Para luchar contra las reformas de Peña Nieto, conquistemos la democracia sindical
01 May 2013
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Mediante la aplicación de las llamadas reformas estructurales, el gobierno de Enrique Peña Nieto continúa con los planes que dejó pendientes Felipe Calderón. Pero ha sido desde el Pacto por México donde el gobierno, partidos patronales y empresarios, acuerdan la implementación de duras reformas como la laboral y la educativa, afinando sus argumentos para continuar con la privatización de Pemex y el cobro del IVA en alimentos y medicinas. Desafortunadamente, este Pacto en contra de las y los trabajadores avanza sin que las direcciones opositoras llamen a la movilización, donde nosotros opondríamos a las direcciones sindicales un programa ante la crisis y contra las reformas anti-obreras impuestas recientemente, llamando a luchar, en amplia unidad en las calles a los trabajadores sindicalizados, precarizados y desempleados.
Direcciones sindicales que se reclaman opositoras como la UNT, después de la movilización del pasado 31 de enero no han llamado a movilizarse, porque su “plan de lucha” no es organizar la protesta de los trabajadores, sino sumarse al Pacto por México (al que solamente le critican que no sea “incluyente”) para desde ahí tratar de hacer “sugerencias” que amortigüen tibiamente algunas medidas contra los trabajadores, justo cuando el Acuerdo por México es para esclavizar a la clase trabajadora.
Este agrupamiento sindical contiene el descontento de millones de trabajadores pues quiere dar la imagen de ser una central sindical “responsable” con el gobierno, ya que no convoca a movilizaciones que enfrenten directamente los planes de EPN. En vez de ello, le proponen un “Nuevo Pacto Social de carácter nacional” que surja de una mesa de diálogo desde donde se pueda discutir con los explotadores y sus representantes, la “democratización de mundo del trabajo” (es decir, de “mundo” de la explotación).
La UNT lleva de nueva cuenta al Congreso de la Unión lo que considera nuestras demandas, pero esta política que busca canalizar el descontento de las bases hacia la confianza en “ganar” sin luchar, y en la buena disposición de Peña Nieto a escuchar a los trabajadores, solo implicará.
El Pacto por México es la forma mediante la cual los partidos patronales, el gobierno y los ricos de México se ponen de acuerdo para enriquecer a unos cuantos a costa de la explotación y bajos salarios de millones, por ello, cualquier promesa de que mediante la adhesión de la UNT a este pacto, como representante de los trabajadores nos beneficiaría es una mentira.
Este Pacto antipopular debe ser rechazado ampliamente por millones de trabajadores, y con ello cualquier intento de negociación a nuestras espaldas que acuerden las direcciones de estos sindicatos. Los trabajadores no tenemos aliados ni amigos en el Congreso de la Unión, ni en los tribunales, ya que es desde ahí donde se lanzan los golpes que hoy recibimos (como pasó con el SME y Mexicana de Aviación, y antes con las lesivas reformas a la ley en ISSSTE y el IMSS ). Por ello, confiar en que estos representantes de los patrones puedan recapacitar para no votar planes que nos perjudiquen, va en contra de su principal tarea encomendada: favorecer a los grandes poseedores de la riqueza. Es importante que impongamos desde las asambleas de trabajo un giro en el plan de lucha contra estas reformas, pero antes debemos imponerle a las direcciones de nuestros sindicatos que acaten la voluntad de la mayoría de sus afiliados para hacer efectiva la lucha contra el gobierno y sus planes.
La democracia sindical es letra muerta, y ante ello, un puñado de burócratas toma las decisiones a nuestras espaldas. Para revertir esto, es importante impulsar en cada centro de trabajo asambleas desde donde podamos ejercer nuestro derecho democrático a decidir cuál debe ser el rumbo que deben tomar nuestros sindicatos y así conquistar el mínimo derecho a opinar diferente a las decisiones de los comités ejecutivos. Es de primer orden democratizar nuestros sindicatos por medio de la elección democrática de nuestros representantes, anteponiendo el criterio de que cualquier puesto de elección sea rotativo y revocable, incluyendo al comité ejecutivo, acabando así con las décadas de control y acumulación de poder político de la burocracia y que los mecanismos democráticos imperen en las asambleas de los trabajadores, organismo supremo de decisión de nuestros sindicatos.
Para combatir en contra de las reformas que impulsa el Pacto por México, es de primer orden la organización independiente de los trabajadores, llamando a la más amplia unidad de la clase trabajadora del campo y la ciudad bajo un programa obrero que unifique nuestras demandas, para enfrentar este Pacto anti obrero.
Para ello es necesario avanzar en la elección, desde las bases, de direcciones sindicales honestas y combativas que en verdad se opongan a los planes de explotación que impulsa el gobierno. Tenemos que
luchar contra la antidemocracia en los sindicatos y su subordinación al gobierno para poder organizarnos combativamente y luchar contra estas reformas, y conquistar así organizaciones plenamente democráticas que apuesten a la unidad de los trabajadores y a la movilización para frenar el duro ataque impulsado por los partidos del Congreso al servicio de los empresarios.
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