Es urgente recomponer las filas obreras para la lucha
Por la movilizacion unitaria contra los planes de miseria
26 Sep 2011
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En los últimos años, la clase trabajadora ha protagonizado importantes luchas para enfrentar los fuertes golpes que le han dado con el fin de quitarle importantes conquistas. Sin embargo, y pese a estos golpes, sectores de los trabajadores resisten.
Ante el avance de la crisis económica internacional y en un contexto de mayor subordinación del régimen de la alternancia al imperialismo norteamericano, la patronal redobla al ataque a los sindicatos - incluso a los más colaboracionistas que están en el Congreso del Trabajo,- mediante ataques más duros al salario, intensificando la jornada de trabajo y recortando los derechos laborales para incrementar su plusvalía. Al servicio de esto, está la reforma laboral que preparan los partidos del Congreso (principalmente el PAN y el PRI), que son apoyados por el viejo aparato charro.
Los trabajadores podemos y debemos encontrar las vías para recomponer nuestras fuerzas. La crisis económica y financiera que recorre el mundo, y sus efectos sobre nuestro nivel de vida, incrementan el descontento por tanta miseria y carestía de la vida, aumentando la polarización y el descontento. Y aunque todavía no son grandes luchas ni asumen aún una dinámica independiente, expresan que, ante esta ofensiva patronal, los trabajadores pueden comenzar a ponerse en pie y a tensar sus fuerzas. Tal como lo muestran las y los trabajadores del magisterio a nivel nacional, o el SME -que aunque mermado sigue siendo un factor de polarización en las calles-, quienes pueden convertirse en la punta de lanza de un nuevo empuje de la resistencia obrera y popular.
Para avanzar en este camino, es muy importante que los trabajadores que han participado de las luchas de los últimos años, saquen las conclusiones necesarias para evitar nuevas derrotas y para retomar el camino de la movilización en las calles junto a otros contingentes de la clase trabajadora. Eso implica dejar de lado la política impulsada por la mayoría de las direcciones sindicales que se reclaman “opositoras”, las que han privilegiado la confianza en los acuerdos con el gobierno y los patrones, en defensa de sus cuotas de poder e intereses particulares.Y recuperar nuestras organizaciones como herramientas de lucha de la clase obrera, que hoy están en manos de la burocracia sindical, impulsando la más amplia democracia al interior de los sindicatos, a la vez que nuevas formas de organización para la lucha que unifiquen a los sindicalizados con los trabajadores no sindicalizados.
Una política para recomponer las filas obreras
Es imprescindible impulsar un gran frente combativo y de lucha, basado en la más amplia democracia al interior de las organizaciones obreras y populares. Para esto, es necesario que los sindicatos que resisten la ofensiva patronal y gubernamental, levanten una política ampliamente unitaria, por encima de caudillismos y de intereses burocráticos. Los trabajadores deben emplazar a sus direcciones a recomponer las divididas fuerzas del movimiento obrero, e impulsar un gran plan de lucha nacional para golpear como uno sólo, y que apunte a la preparación de un gran paro nacional contra los planes patronales.
En esta perspectiva, es fundamental enfrentar al régimen antidemocrático y hambreador en su conjunto. No es solamente el gobierno panista el que aplica los planes; son todos los partidos de la burguesía en el Congreso de la Unión -junto con las cámaras patronales-, los que mantienen un frente único reaccionario contra la clase trabajadora y los sectores populares. Hay que combatir toda confianza en los políticos burgueses “democráticos”, que solo buscan utilizar la fuerza obrera al servicio de sus disputas palaciegas y llevarlas al callejón sin salida de las “negociaciones” en las instituciones de esta democracia para ricos.
Opuesto a ello, los trabajadores tenemos nuestra fuerza en los millones de asalariados en los centros de trabajo, y nuestros aliados en los millones de campesinos, pobres urbanos y sectores populares del campo y la ciudad. Sólo con una política independiente del Congreso y sus partidos, confiando en estas fuerzas y en nuestros métodos de lucha –el paro, la huelga y la movilización- podemos torcerle el brazo a la clase patronal y sus políticos.
Es en las movilizaciones del magisterio y otros sectores obreros de los últimos meses, y en el descontento popular con el gobierno y su política antidemocrática y represiva justificada en la “guerra contra el narco”, que debemos basarnos para impulsar la más amplia unidad en las calles y un verdadero plan nacional de lucha.
Al servicio de ello, hay que organizar un gran Encuentro Nacional de Organizaciones Obreras y Populares, donde se resuelvan las medidas a adoptar y un programa cuyos ejes deben ser el rechazo a la reforma laboral y en contra de cualquier negociación a espaldas del pueblo trabajador; el cese a los despidos y cierres de empresas, así como la exigencia de aumentos salariales por encima de la inflación y un aumento general de emergencia para todos los trabajadores.
El objetivo debe ser claro y debe convertirse en un grito de guerra de la clase trabajadora: movilización y lucha unitaria en las calles, preparando desde las bases el camino para un gran paro nacional contra los planes de miseria y explotación del gobierno y su política antidemocrática y represiva.
Desde la LTS, que participamos de las movilizaciones de los trabajadores de la educación y que nos hacemos parte de la resistencia de los electricistas, ponemos nuestras fuerzas al servicio de impulsar la lucha unitaria de los trabajadores y para que la misma adopte una perspectiva de independencia política de los trabajadores contra los capitalistas, sus instituciones y sus partidos.
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