Por la unidad internacionalista con los trabajadores norteamericanos

31 Jan 2008   |   comentários

Para luchar contra el TLC y la opresión imperialista, los trabajadores y campesinos mexicanos tenemos un aliado fundamental en los trabajadores norteamericanos.

Más de 30 millones de personas de origen mexicano viven en Estados Unidos, y la mayoría trabajan, fundamentalmente en la construcción y los servicios, así como también como jornaleros. La burguesía imperialista (con el apoyo de la propia burocracia sindical norteamericana) siembra la división, fomentando la idea de que los trabajadores mexicanos le «roban» el empleo a sus hermanos norteamericanos (o de que las transnacionales se llevan empresas a México o Centroamérica para no pagar los salarios establecidos en EEUU.). Es necesario enfrentar esta campaña reaccionaria, ya que la unidad de los explotados y oprimidos a ambos lados de las fronteras es necesaria para enfrentar mancomunadamente el ataque que los gobiernos junto a los capitalistas de EEUU y México, llevan adelante.

Para eso, hay que convocar a los trabajadores norteamericanos y a las organizaciones sindicales y campesinas de EE.UU., a pronunciarse a favor de las demandas de los campesinos y trabajadores de México, así como por derechos elementales para los migrantes al interior de los Estados Unidos (como pro ejemplo igual trabajo igual salario, o la legalización inmediata y sin restricciones de todos los migrantes). Esto debilitaría al propio gobierno de Bush y fortalecería la lucha a ambos lados de la frontera.

La unidad con la clase obrera norteamericana es una tarea de primer orden: mientras que, bajo el dominio de la burguesía imperialista, la «integración» propugnada por el TLC significó subordinación y expoliación, sólo a partir del triunfo revolucionario de la clase obrera norteamericana contra su propia burguesía imperialista, se podrá lograr una verdadera integración, planificada de común acuerdo y en función de los intereses de las grandes mayorías a ambos lados de la frontera, y basada en la instauración de una sociedad sin explotadores ni explotados.

El campesinado y la revolucion socialista

Desde la LTS, al mismo tiempo que proponemos un programa de acción como el que postulamos arriba, consideramos que la salida estratégica pasa por soldar la unidad entre el campo y la ciudad, elaborando un plan común voluntario, entre campesinos y obreros, para ir superando la pequeña parcela aislada, económica y técnicamente atrasada, (ejido) y avanzar hacia una agricultura colectivizada, tecnificada y altamente productiva en beneficio de todo el pueblo mexicano. Los socialistas de la LTS luchamos por la colectivización agrícola e industrial. Pero para llegar allí es necesario darle a los campesinos pobres la posibilidad de determinar su propio destino: El gran revolucionario ruso León Trotsky lo expresaba así: «Afirmamos que nuestra meta final, como forma más elevada del progreso, es la colectivización de la agricultura tanto como de la industria. Sin embargo, el proletariado no puede imponer este objetivo, al campesinado. Sólo puede facilitar su avance hacia el mismo.

El proletariado sólo puede hacer propuestas en ese sentido, que luego habrán de ser completadas, corregidas y ampliadas por la experiencia conjunta de ambas clases, igualmente oprimidas por los explotadores capitalistas. Lo primero que debemos hacer es asegurar a los campesinos una oportunidad real de determinar su propio destino, decidir el uso que darán a sus fuerzas y a su propiedad, expresar sus preferencias en métodos agrícolas, aplicar su propio juicio a la elección del momento en que pasarán de la economía privada a la economía colectiva.»









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