En defensa del normalismo y la educación pública

Por una agrupación normalista independiente, combativa y revolucionaria

21 Nov 2012   |   comentários

En defensa del normalismo y la educación pública

Por una agrupación normalista independiente, combativa y revolucionaria
Aldo Santos, miembro del Consejo Estudiantil de la ENSM

La brutal represión a los normalistas michoacanos, ocurrida luego del asesinato de los dos compañeros de la Normal Rural de Ayotzinapa, Gro., a manos de la policía estatal, muestra que el gobierno y los partidos del régimen –más allá de sus matices– quieren imponer a toda costa los planes neoliberales dictados por la OCDE en contra de las normales y la educación pública.

Las autoridades de la SEP mantienen nuestras escuelas en el abandono y con filtros como el cobro de cuotas, el promedio mínimo de 8 y el examen del CENEVAL, consiguen reducir la matrícula y que cada vez menos aspirantes puedan ingresar. Con la “reforma curricular” buscan adecuar los planes y programas de estudio de las normales al enfoque pro-empresarial que están imponiendo en la educación básica.

A su vez, con el “concurso para la asignación de plazas” obstaculizan que los egresados normalistas consigan trabajo en condiciones cada vez más precarias. Esto es parte de la “reforma laboral” contra el magisterio, encubierta tras la llamada “Alianza por la Calidad de la Educación” pactada entre Elba Esther Gordillo y Calderón.

La lucha del Consejo Estudiantil de la ENSM

La Escuela Normal Superior de México también padece esta situación. Por ello, desde la LTS junto a compañeros independientes, promovimos la formación del Consejo Estudiantil del que formamos parte en el último año, impulsando la organización de los normalistas en defensa de sus derechos.
Partimos desde lo más elemental como el reclamo de credenciales. Participamos también junto a cientos de compañeros en la lucha por el pago de las becas del PRONABES y PROBAPISS, por lo que nos movilizamos conjuntamente con compañeros de las demás normales del DF, con los que formamos el Frente Independiente de Escuelas Normales (FIEN).

También hicimos nuestra la demanda de plazas de nueva creación basificables para todos los egresados normalistas, participando de un plantón que duró tres semanas junto con compañeros de la Generación 2007-2011. Promovimos el paro de la Escuela en repudio al asesinato de nuestros compañeros de Ayotzinapa y participamos en las movilizaciones de los maestros de la CNTE contra la ACE y la “evaluación universal”.

Apoyamos la organización de decenas de compañeros que fueron rechazados en el “proceso de selección” para ingresar a este ciclo escolar, uniéndonos con el Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior, participando de sus movilizaciones y un plantón frente a la SEP, con lo que conseguimos que en la ENSM la mayoría de los “rechazados” pudieran ingresar. Finalmente, nos sumamos a las movilizaciones en repudio a la brutal represión que sufrieron nuestros compañeros de las normales rurales de Michoacán.

Por una nueva agrupación normalista

Esto fue posible gracias a la participación decidida de un núcleo de compañeros con los que hicimos una gran experiencia política este último año.

Junto a ellos creemos que ante el duro ataque al sistema educativo y los normalistas, ha llegado el momento de avanzar en nuevas definiciones. Ante la próxima renovación del Consejo Estudiantil de la ENSM, vemos necesario redoblar esfuerzos para fortalecerlo como una instancia amplia e incluyente.
Al mismo tiempo, con los compañeros más decididos, nos proponemos construir una fuerte agrupación combativa, donde discutamos cómo seguir luchando en defensa de nuestras demandas y hacernos parte de una dinámica que ha sacudido a miles de jóvenes en México, como lo demuestra el paro en la UACM, la lucha de los estudiantes del politécnico, las acciones de la vanguardia de la UNAM y por supuesto los normalistas en Michoacán. Nos apostamos a poner en pie un agrupamiento independiente de las autoridades, instituciones y partidos del régimen; que desde los salones y en las calles luche en defensa del normalismo y la educación pública, pero se proponga transformarlos para ponerlos realmente al servicio de los trabajadores y del pueblo; que impulse la unidad con el magisterio democrático y otros sectores de trabajadores que padecen la ofensiva patronal, en contra del charrismo sindical; que cuestione no sólo la educación sino al conjunto de la sociedad de clases y se proponga su transformación radical.









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