¿Quién frena al movimiento obrero?
17 Jun 2010
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Por: Aldo Santos
El magisterio de la CNTE se moviliza por sus demandas, con paros, marchas y un plantón en el Zócalo de la Ciudad de México. Exigen la derogación de la reforma a la Ley del ISSSTE y la cancelación de la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), pactada entre el gobierno federal y Elba Esther Gordillo. En el Zócalo, decenas de electricistas están en huelga de hambre, esperando el fallo de la Suprema Corte de Justicia contra el decreto de extinción de Luz y Fuerza, mientras sus compañeros son reprimidos en Morelos. Tras más de dos años de resistencia, los mineros de Cananea fueron desalojados de las instalaciones de la mina por la Policía Federal, acompañada de esquiroles, luego de que la huelga fue declarada ilegal por los tribunales laborales al servicio de la patronal.
Se esperaría que la brutal ofensiva del gobierno contra los trabajadores, con la propuesta de reforma laboral esclavista del PAN, los ataques contra los sindicatos y el derecho de huelga, la militarización del país y las violaciones a las libertades democráticas, sumado al desprestigio de Calderón y el descontento de amplios sectores populares, propiciaran una mayor intervención de las organizaciones obreras en la escena nacional.
Sin embargo, a pesar de la disposición a luchar que mostraron los electricistas y los mineros en los últimos meses, sumadas a la tradición combativa del magisterio, la tendencia a la unidad obrera y popular que se expresó con las movilizaciones del año pasado en apoyo el SME no se desarrolló, quedando aislados y en condiciones muy difíciles los sectores que resisten. Esto hizo posible que Calderón pudiera golpear duramente a los electricistas y ahora a los mineros.
Con la represión en Cananea, el gobierno busca imponer una relación de fuerzas que le permita imponer sus planes, apelando a la “mano dura” contra los trabajadores. Pero esta acción represiva generó un repudio generalizado.
La dirección del Sindicato Minero llamó a recuperar la mina y anunció un plan de movilizaciones, que incluye toma de puertos y carreteras, en tanto la UNT y el SME rompieron el diálogo con el gobierno. Las agresiones de Calderón pueden resultarle contraproducentes, alimentando las tendencias a la movilización y a la unidad obrera y popular que en los últimos meses estuvieron contenidas por la política conciliadora de las direcciones sindicales y campesinas, tanto oficialistas como opositoras.
Los charros de la CTM: pilar de la alternancia
Los charros del Congreso de Trabajo y la CTM, han aceptado los topes salariales, los paros técnicos, los despidos y la precarización del trabajo, etc.; legitiman los planes del gobierno y los patrones; dividen a la clase obrera; debilitan los sindicatos y evitan que éstos se conviertan en verdaderas herramientas de lucha para defender los derechos de los trabajadores.
Históricamente afín al PRI, en los últimos sexenios esta burocracia sindical mafiosa se alineó con los gobiernos panistas para garantizar la “paz laboral”, la aplicación de los planes antiobreros y sostener al régimen de la “alternancia”. Recientemente, ante el desgaste de Calderón, la CTM criticó la propuesta de reforma laboral del PAN, para preservar sus intereses y reposicionarse ante las próximas elecciones presidenciales. Sin embargo, no se puede esperar de los charros una lucha consecuente contra esta reforma, cuando son quienes han permitido que ya se aplique de hecho en los lugares de trabajo.
Mención aparte merecen Elba Esther Gordillo y los líderes del SNTE, que formaron su propio partido (Nueva Alianza) para fortalecer su control del sindicato y ofertar su apoyo electoral al panismo. Han sido el “brazo derecho” del gobierno federal en la definición de la política educativa que incluye la precarización y flexibilización laboral.
Pero estos charros también enfrentan el repudio de sectores cada vez más amplios del magisterio, que cuestionan sus pactos con el gobierno.
La crisis de la burocracia sindical opositora
Con un discurso opositor, la UNT ha criticado a los gobiernos panistas y sus planes, exigiendo un “cambio de rumbo” en la política económica. Sin embargo, los líderes de la UNT han permitido que se impongan dichos planes, como sucedió con la reforma al Régimen de Jubilaciones y Pensiones del IMSS, que inició el perredista Roberto Vega Galina y continuó Valdemar Gutiérrez al frente del SNTSS.
Valdemar se fue directamente al PAN y recientemente el Comité Ejecutivo del SNTSS anunció su salida de la UNT. El resto de la UNT, con Hernández Juárez como diputado federal del PRD forma parte del Congreso donde los partidos patronales aprueban los planes contra la clase trabajadora.
El proyecto de la UNT como referente “unitario” de un sindicalismo opositor “responsable” está en crisis, ante los estrechos márgenes de maniobra que les deja la ofensiva capitalista a estos dirigentes sindicales reformistas, impotentes para ofrecer otra cosa más que migajas o ajustes patronales. Esto es consecuencia de la adaptación al régimen de estos sindicatos, subordinados al PRD, o directamente al PAN y el gobierno, que les exige mayor sometimiento.
A pesar de decirse “democráticos”, son sindicatos cuyos líderes llevan décadas en el cargo, como Agustín Rodríguez del STUNAM y Hernández Juárez del STRM; que persiguen a la oposición, como sucede en el SNTSS; y se niegan a luchar consecuentemente en unidad con otros sectores, aunque a veces tengan que aparecer al frente de las movilizaciones.
Los líderes de la UNT deben dejarse de promesas y convocar junto al Sindicato Minero, el SME y la CNTE, a un plan de lucha nacional en defensa de la huelga de Cananea, del derecho de huelga, de los sindicatos y del resto de las conquistas de los trabajadores. A su vez, es necesario que los trabajadores, que se oponen a la burocracia sindical tanto en los sindicatos oficialistas como en los opositores, se organicen y agrupen bajo un programa para echar a los charros de los sindicatos, por la democracia sindical y por la independencia de los sindicatos del Estado; que se proponga enfrentar con la movilización obrera el ataque del gobierno y los patrones, desde una perspectiva de independencia de clase frente a las instituciones.
El Sindicato Minero
En el Sindicato Minero el gobierno federal y los patrones promovieron una oposición de derecha, integrada por sectores “disidentes” de la burocracia sindical, que con un discurso “anticorrupción” contra Napito levantan un programa abiertamente pro patronal. Estos sectores lanzaron esquiroles contra las secciones en lucha, que los medios hicieron aparecer como “enfrentamientos entre trabajadores”. Ya preparaban la represión en Cananea.
Es que, más allá de los distintos sectores de la burocracia, con las huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete los trabajadores mantenían la resistencia, exigiendo mejores condiciones de trabajo y el respeto de la autonomía sindical. Aunque la dirección del sindicato, leal a Napo, formalmente respaldó estas luchas, las mantuvo aisladas, negándose a nacionalizar la lucha minera para no confrontarse con otros sectores de la patronal minera con quienes tiene más acuerdo.
Ahora, a raíz del golpe en Cananea, la dirección del sindicato convocó a movilizarse a nivel nacional. Hay que preparar seriamente esta lucha, para lo cual es necesario que los trabajadores minero metalúrgicos la organicen e impulsen desde abajo, realizando asambleas y formando comités de lucha en todos los lugares de trabajo, que garanticen las acciones y definan democráticamente los pasos a seguir.
El SME: sector obrero de la “resistencia civil y pacífica”
La estrategia de la “resistencia civil y pacífica” que adoptó la dirigencia del SME, siguiendo la estrategia de López Obrador, se mostró impotente para enfrentar el ataque.
La confianza en una salida legal para el conflicto y la ausencia de verdaderos mecanismos democráticos para el debate y la toma de decisiones en las asambleas, debilitó la enorme disposición que la base electricista tenía para la lucha y la llevó a una resistencia en condiciones extremas.
La negativa del SME de exigirle seriamente a la UNT la realización de una verdadera huelga nacional, legitimó la pasividad cómplice de ésta organización ante la extinción de la Compañía. Los sectores de vanguardia que sostienen los plantones y la huelga de hambre están en condiciones muy difíciles y ni las asambleas del sindicato ni las Asambleas Nacionales de la Resistencia Popular se han abierto a un balance y un debate serio de la estrategia a seguir, avalando incondicionalmente la política de los líderes del SME, que desde hace tiempo recurren a mecanismos antidemocráticos para acallar las críticas.
En el momento crucial, la dirección del SME se mostró incapaz de ofrecer una perspectiva alternativa frente a la burocracia sindical oficialista u opositora, alrededor de la cual se agrupen los sectores de la vanguardia obrera y popular para enfrentar los ataques del gobierno. Aun así, es el momento de exigir a la dirección del SME que abandone la confianza en la reaccionaria Suprema Corte y que llame a reagruparse para movilizarse e impedir que el sindicato sea liquidado.
Por la más amplia unidad contra los planes del gobierno
Es necesaria la más amplia unidad de las filas obreras y la alianza de los trabajadores con los demás sectores populares del campo y la ciudad; la solidaridad de clase con las luchas en curso y la movilización en las calles para que triunfen y derroten el ataque del gobierno. Los socialistas de la LTS proponemos un Encuentro Nacional de Lucha que vaya más allá de declaraciones, organizado en base a delegados con mandato de todos los rincones del país y todos los lugares de trabajo, para discutir un plan de acción unificado y cómo llevarlo adelante. Que organice la lucha en defensa del SME, de los mineros de Cananea y de todas las organizaciones obreras frente a los ataques del estado; contra la reforma laboral esclavista del PAN; contra los despidos, las suspensiones y la flexibilización laboral; por la defensa del derecho de huelga; por la salida de la Policía de Cananea; por la defensa de las huelgas de Taxco y Sombrerete; por el cumplimiento del pliego petitorio del magisterio; etcétera. Que retome demandas democráticas como la libertad de los presos políticos, contra la militarización del país y los paramilitares.
Por una corriente de trabajadores clasista
Es necesario construir una corriente de trabajadores clasista, que busque insertarse en los principales batallones de la clase obrera; que luche por la democracia sindical y por echar a los charros y neo charros de los sindicatos.
Esto significa pelear por la ruptura de los vínculos de los sindicatos con el Estado, bajo una perspectiva de independencia política de la clase trabajadora. Una corriente que agrupe a los mejores elementos de la vanguardia obrera y que levante un programa para que la crisis la paguen los patrones.
¡Todos conos mineros Cananea!
¡Tomemos las calles contra la represión a los mineros y el derecho a huelga!
¡Que el Sindicato Minero prepare el paro de todas sus secciones en apoyo a Cananea!
DESEMPLEO
* 2 millones 540 mil, es la cifra de desempleados en el país en el mes de abril.
* 300 mil más que los registrados en marzo.
* La tasa de desempleo femenino creció
* 72% de desempleados cuenta con amplia preparación académica.
* Los trabajos que consigue la población joven son cada vez más con menos prestaciones, bajos salarios y sin contrato.
*México 2° país de la OCDE con mayor cantidad de jóvenes de entre 15 y 29 años que no estudian ni trabajan.
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