VIVOS SE LOS LLEVARON, VIVOS LOS QUEREMOS

¡Tiremos a EPN y el régimen asesino del PRI-PAN-PRD!

18 Nov 2014   |   comentários

Por una estrategia revolucionaria para el movimiento

El enorme movimiento nacional que exige la aparición con vida de los 43 normalistas desaparecidos sigue desarrollándose y en ascenso, extendiéndose a sectores más amplios, pero también planteándose consigas política mas profundas, como la caída de Peña Nieto y su gobierno. Se aproximan dos escenarios clave que podrían representar un parte aguas en la situación si la clase trabajadora entran en escena este 20N y el 1D con los llamados a paro nacional que hacen la UNT-STRM y la CNTE. Poner todos los esfuerzos del movimiento estudiantil en ligarse con la clase trabajadora y potenciar la lucha a través de la auto organización democrática en las asambleas es el único camino para que el proceso triunfe. Lo que está en discusión es cuál es la mejor estrategia para que el gobierno de Peña Nieto y el conjunto del régimen caigan. Queremos polemizar con la política del Partido Comunista de México (marxista-leninista) – Frente Popular Revolucionario y su Unión de la Juventud Revolucionaria de México (PCMml-FPR-UJRM) y por esta vía con la lógica de las acciones dislocadas y por fuera de la correlación de fuerzas que buscan “que la lucha escale a través de la radicalización de los métodos” y fetichizando las acciones callejeras/directas, intentando imponerlas o impulsándolas por fuera de espacios de organización y discusión democrática como la AI. Y es que la intervención de esta corriente, que en la última AGI se desplegó con delegaciones con incierta representatividad de algunas escuelas, sólo ha revelado una total incomprensión del proceso y sus tareas, ignorando y pasando sobre todo espacio de auto organización que se viene construyendo con una política que no dialoga con el fenómeno democrático para desarrollarlo, sino que intenta imponerle burocráticamente sus métodos y política.

1. Sobre la situación nacional, las perspectivas y la política que levantamos los revolucionarios

La crisis política que cimbra el país debido a la gran deslegitimación que atraviesan los partidos de la transición pactada (PRI-PAN-PRD) y el aumento del cuestionamiento a las instituciones de esta democracia asesina (Congreso, SCJN, INE, fuerzas represivas), así como el ascenso de la movilización a nivel nacional ponen sobre la mesa cuál es la estrategia para que el gobierno de EPN, el régimen y todas las instituciones pilares del Estado caigan. En primer lugar, consideramos que es imprescindible tener una política para la masificación y profundización del movimiento, que con convocatorias centrales y coordinadas permita canalizar el descontento concentrando su fuerza en acciones amplias y unitarias, a las que puedan sumarse las distintas organizaciones obreras y populares, en lugar de disiparlo en convocatorias a las que sólo acude el movimiento estudiantil de forma aislada y nuclear. En segundo lugar, somos partidarios de que la única fórmula que puede potenciar el impacto de la organización estudiantil y que podría desarrollar los elementos de la situación para profundizar la confrontación con el régimen político, es la aparición en escena y con sus métodos de lucha de la clase trabajadora. Consideramos además que para derribar al gobierno de Peña Nieto, que es la nueva consigna el movimiento, hay que construir y preparar el Paro Nacional para los próximos 20N y 1D como los primeros paros que permitan prepara la Huelga General Política. Desde el movimiento estudiantil debemos seguir haciendo llamados públicos a parar a los sindicatos como la Unión Nacional de Trabajadores, la CNTE y la Nueva Central de Trabajadores. Volquemos a los estudiantes al brigadeo en centros de trabajo y a agitar sobre la necesidad de que la clase trabajadora se movilice y ejercite sus músculos.

El cuestionamiento estructural que viene implícito en las demandas que hoy motorizan el descontento denunciando los vínculos entre todos los niveles de gobierno y el narco, las reformas estructurales y los procesos de despojo en las zonas rurales que refrescan la cuestión de la lucha por la tierra y la autodeterminación, plantea que la resolución de las reivindicaciones de las grandes mayorías está íntimamente ligada a la ruptura con la subordinación al imperialismo estadounidense y a las trasnacionales extranjeras, así como a la expropiación de los grandes magnates mexicanos —que controlan las principales empresas beneficiadas con las reformas estructurales: mineras e hidroeléctricas, telecomunicaciones, servicios y maquila electrónica, autopartista y textil. Pero esto solo será posible si logramos con la Huelga General Política derribar a Peña Nieto, y barrer con las instituciones del régimen asesino e imponer un Gobierno Provisional de las organizaciones obreras, campesinas y populares en lucha que convoque a una Asamblea constituyente Libre y Soberana dónde se pueda dar respuesta a todas las demandas e intereses de los campesinos, pueblos originarios, la juventud y los trabajadores.

La dinámica de todo proceso revolucionario en México, impulsado por demandas democrático-estructurales, tendrá que desarrollar un programa anticapitalista y socialista que avance en conquistar un gobierno de los trabajadores en alianza con los sectores populares y el campesinado pobre que logre expropiar a los capitalistas, nacionalizar los recursos e instituciones estratégicas (petróleo, gas, agua, minerales, banca, comercio exterior) y conquistar aliados del otro lado de la frontera sur y norte. Para esto, es vital que todas las fuerzas del movimiento estudiantil, columna vertebral hasta ahora de este fenómeno democrático nacional, estén encaminadas a ligarse con los trabajadores, conquistando la unidad obrero-estudiantil.

En síntesis, lo que está en discusión es cuál es la mejor estrategia para que el gobierno de Peña Nieto y el conjunto del régimen caigan. Queremos polemizar con la política del Partido Comunista de México (marxista leninista) – Frente Popular Revolucionario y su Unión de la Juventud Revolucionaria de México (PCMml-FPR-UJRM) y por esta vía con la lógica de las acciones dislocadas y por fuera de la correlación de fuerzas. Desde nuestro punto de vista, la política de dicha organización carece de una estrategia para vencer. Si bien es las asambleas plantean que buscan “que la lucha escale a través de la radicalización de los métodos”, estos planteamiento obvian por un lado la correlación de fuerzas y por otra, cómo la vanguardia del movimiento logra tender un puente con el movimiento de masas para que el mismo avance y profundice su cuestionamiento del conjunto del régimen político.

La fetichización de las acciones las acciones callejeras/directas, intentando imponerlas o impulsándolas por fuera de espacios de organización y discusión democrática como la AI solo dificulta el frente único de masas, hoy encabezado por el movimiento estudiantil que es lo nuevo que se ha expresado con la emergencia de un movimiento democrático a escala nacional. Y es que la intervención de esta corriente, que en la última AGI sólo ha revelado una total incomprensión del proceso y sus tareas, ignorando y pasando sobre todo espacio de auto organización que se viene construyendo con una política que no dialoga con el fenómeno democrático para desarrollarlo, sino que intenta imponerle burocráticamente sus métodos y política.

Esto se profundiza frente al hecho de que el FPR, además de las acciones y la convocatoria a una Organización Nacional Estudiantil, es silente frente a qué perspectiva levantar para que en verdad Peña Niego y el conjunto del régimen caigan. Por ello guardan silencio sobre la necesaria entrada en escena de los trabajadores, sobre cómo plantear una salida radical al movimiento de masas y sobre qué tipo de acciones y políticas puede soldar una poderosa alianza obrera y popular sobre la base de que el movimiento de masas están tomando las calles.

2. Sobre el Congreso Nacional Estudiantil y la Organización Estudiantil Permanente (OEP)

Consideramos que cualquier discusión sobre OEP tiene que leerse desde esta óptica, planteando que un organismo de esas características debería apostarse a conquistar mejores condiciones dentro del movimiento estudiantil para ligarse a las luchas de los trabajadores, en primer lugar los trabajadores de la educación, poniendo todas las fuerzas juveniles al servicio de difundirlas y fortalecerlas. El PC-FPR-UJRM vienen planteando que la necesidad prioritaria del movimiento estudiantil debe ser impulsar un “Congreso Nacional Estudiantil” en la que los comités o consejos estudiantiles surgidos en las asambleas, cohesionen el proceso del movimiento estudiantil a corto, mediano y largo plazo, con el objetivo de sumarse a la convocatoria que hace la CNTE a realizar un congreso nacional estudiantil este 30 de noviembre” (http://www.ujrm.org/).

Lo que no dicen es que vienen cocinando este espacio desde febrero con el objetivo de conformar una Federación Estudiantil (FE) y es una propuesta que trabajan sus militantes de la Sección XX de la CNTE, en Oaxaca, junto a su brazo juvenil, la UJRM, es decir, es una propuesta de su organización, que intentan hacer pasar como surgida del movimiento estudiantil. Avanzar en la organización estudiantil permanente planteándola sólo en términos de la “urgencia de superar la coyuntura y la espontaneidad” es no darle al clavo de la discusión y escapa a plantear el elemento central para que una OEP funcione: la autoorganizacion y el trabajo desde abajo, acordado plenamente con la base estudiantil a partir de un espacio democrático de toma de decisiones. Lo que no queda claro de la propuesta de Federación o Coordinadora Nacional Estudiantil —levantada desde Ayotzinapa— es si surgirán con un funcionamiento que permita la participación pública de todas las tendencias políticas del movimiento estudiantil sin invisibilizar o acallar a las voces minoritarias y disidentes, permitiendo que el estudiantado se permee de discusiones políticas y defina de forma crítica cual considera la mejor estrategia para el triunfo de las reivindicaciones juveniles. Pero sobre todo, la clave está en que esta OEP se base en la tradición del movimiento y la auto organización, que aporte a vincular el movimiento estudiantil con los trabajadores al mismo tiempo que se plantea la necesidad de una perspectiva de independencia respecto al régimen y sus partidos (PRI-PAN-PRD y MORENA). Importante tradición y lección del CGH, donde el movimiento de la UNAM rompió su subordinación al PRD, política que no recupera el estalinismo, que ha apoyado, cuando puede, a sectores dela burocracia sindical opositora, mismas que actúan como agentes de esos partidos en el movimiento obrero o incluso ha apoyado a candidatos de esos partidos, como fue el caso de Gabino Cue en Oaxaca.

Lo que el movimiento estudiantil necesita es pensar cómo potenciar su acción desde la estrategia, definiendo sus acciones tácticas en función de ese objetivo primordial, que para nosotros, no sólo en esta coyuntura sino a partir de la situación nacional que se desprende del proceso, debe ser ligarse a la clase trabajadora y sus luchas. Frente a la realidad nacional donde esta planteada una gran lucha para tirar a Peña Nieto y a la convocatoria de organizaciones sindicales y sociopolíticas a construir espacios de coordinación, un Encuentro Nacional Estudiantil como política central del movimiento estudiantil es impotente e insuficiente para abonar a profundizar la crisis política y construir una fuerza que logre impulsar una Huelga General Política que barra con el régimen en su conjunto.

Por eso, desde la Juventud del MTS proponemos que las convocatorias que haga el movimiento estudiantil apunten a construir espacios de confluencia y coordinación más allá del estudiantado, como el Encuentro Nacional de Lucha que ha sido resolutivo de varias asambleas pero que aún hoy todavía no tiene fecha, proponemos se realice como punto intermedio entre la jornada del 20N y la del 1D.

3. Sobre la auto organización y funcionamiento democrático del movimiento

Como Juventud del Movimiento de los Trabajadores Socialistas defendemos la decisión de adoptar el modelo organizativo que los estudiantes pusimos en pie en la Huelga de la UNAM de 1999-2000 para enfrentar el intento de imponer cuotas en la UNAM y el avance en la privatización de la educación superior. Nos referimos al modelo del Consejo General de Huelga (CGH). Este se basaba en el principio de delegados con mandatos de asamblea, rotativos y revocables, votados por las asambleas de base o Comités de Huelga (CH), cada escuela era soberana para votar cinco delegados que la representarían en el pleno del CGH. Los mismos debían llevar al CGH el mandato de sus escuelas, aunque él estaba abierto a la palabra de cualquier huelguista y organización solidaria, que tenía la voz generalmente al inicio de la sesión, y se tomaba las resoluciones por mayoría que expresaran el mandato de base de la mayoría del movimiento estudiantil.

Consideramos que es clave pare el desarrollo del movimiento que hoy ya no solo se plantea la lucha por la aparición con vida de los 43 compañeros normalistas desaparecidos sino la lucha contra el gobierno priísta de Peña Nieto y el régimen asesino de PRI-PAN-PRD recuperar la experiencia del estudiantado mexicano (tanto del 68 como del 99), que es diferente y superior a la de otros estudiantados del continente que adoptan formas organizativas burocráticas —como federaciones y centros de estudiantes—, donde tras la supuesta democracia del voto cada año, se impide la viva y real participación política de la mayoría estudiantil. La fortaleza, de lucha de la huelga del 99 que enfrentó y golpeó al autoritario régimen priísta, tiene fundamento en el que mediante los principios de mandato, revocabilidad y rotatividad facilitó que se expresase directamente la posición y el estado de ánimo de la base estudiantil, permitiendo controlar la acción de las distintas corrientes políticas evitando que manipularan las decisiones.

Por eso, cualquier estudiante (independiente o parte de cualquier corriente política), en la Asamblea Interuniversitaria (AI), como en el CGH deberá convencer a la asamblea de sus propuestas. El control de la base estudiantil desde las asambleas será fundamental para impedir el triunfo de imposiciones o actuaciones por fuera del movimiento como algunos sectores intentaron hacer las dos últimas Asambleas Interuniversitarias, pues por ejemplo en la realizada el 15 de Nov. en UACM San Lorenzo se intentó imponer una medida como la toma del aeropuerto con una votación minoritaria de alrededor de 13 votos frente a poco más de 40 que votaron por otras propuestas o se abstuvieron de votar por no tener mandato expreso para ello, mientras la mesa compuesta mayoritariamente por la UJRM (3 de 4) intentaba maniobrar y evitar la votación democrática del plan de acción. En la huelga del 99, cada paso a dar, se sometía a la discusión y decisión de las asambleas; los delegados llevaban a sus asambleas las distintas posturas vertidas en el CGH, y sobre esa base los que sostenían la huelga día con día resolvían los pasos a dar y se resolvía de acuerdo a las posturas que reunían el apoyo de una mayoría de escuelas. Si no había mayoría, se volvía a las escuelas hasta que hubiera acuerdo. La mesa de las plenarias se resolvía mediante sorteo y estaba sujeta a la remoción en la misma sesión.

Fue un gran ejercicio de democracia directa que algunos acusaron como lento y dilatorio, pero ese calificativo expresaba la molestia de algunos sectores burocráticos por los “candados” que impedían que un pequeño grupo tomase decisiones “ejecutivas” a su antojo, y por encima del sentir de la base estudiantil. Quieran o no estas corrientes, esos mecanismos democráticos permitieron mantener la huelga durante más de 9 meses y que se frenase el alza de cuotas. Tanto en el CGH como en la Asamblea Interuniversitaria actuábamos y actuamos colectivos y agrupaciones de izquierda, pero la influencia que eventualmente alcancen las distintas propuestas, debe ser resultado de un proceso de discusión real de la base estudiantil, de lo contrario, sucederá como en la Huelga de la UNAM, donde cuando alguien intentaba imponer sus posiciones era rebasado por el movimiento y los miles de estudiantes que sostenían la lucha daban la espalda a sus propuestas. Desde la Juventud del MTS consideramos que hay que ratificar en los hechos los principios adoptados del CGH, como el mandato de asamblea, la rotatividad y revocabilidad de los delegados.

Por eso, para corregir los errores cometidos hasta el momento y recuperar el funcionamiento democrático de la AI hacemos las siguientes propuestas:

• Reimpulsar y nutrir nuevamente las Asambleas de las escuelas para que el rumbo del movimiento lo decida la base que ha nutrido el movimiento y no un pequeño sector.
• Que queden asentadas por escrito las decisiones de cada asamblea y la designación de delegados votados por mayoría para presentarlas en la sesión de la AI, permitiendo controlar que los delegados voten realmente las propuestas que se les han mandatado y ninguna otra, garantizando un verdadero funcionamiento democrático de la AI.
• Que se especifique también por escrito el número de participantes de las asambleas por escuela, los números de la votación por cada propuesta (mayoría y minoría) y de la votación de delegados. Para tener certeza de la representatividad real de las asambleas y evitar que existan quienes se quieran arrogar la representación de escuelas con falsas “asambleas” no representativas para hacer pasar propuestas propias como resolutivos de asamblea.
• Que los delegados sean verdaderamente rotativos y cada asamblea vote nuevamente a los compañeros que la representen en la siguiente AI, evitando que un sector acapare la “representación” y la facultad de votar en asambleas para las que no ha sido mandatado.
• Que la mesa sea rotativa, en relación a las personas que la integran, pero también en relación a las escuelas o corrientes políticas que la formen. Es decir, que la mesa de la AI se sortee y esté integrada por varias posiciones distintas, evitando que una se imponga ante otras por acaparar la mesa para favorecer sus posturas.
• Que los puntos del orden del día de la AI se definan según de los resolutivos de las asambleas y que las decisiones y propuestas se aprueben por al menos la mitad más uno de las asambleas que lleven resolutivo al respecto, expresando realmente el sentir de la mayoría de las escuelas.

Pelea y organízate por esta perspectiva junto a la Juventud del MTS
Plenaria Abierta: Sábado 22, 10am, Ave. Chapultepec 151, a dos cuadras de Metro Cuauhtémoc.

www.mtsmexico.org
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