Tortura en México: el pan nuestro de cada día

24 Sep 2014   |   comentários

La Federación Internacional de Derechos Humanos y organizaciones humanitarias pidieron a la Corte Penal Internacional que investiguen crímenes de lesa humanidad en México a partir de un informe sobre tortura y desapariciones forzadas entre 2006 y 2012. En días pasados Amnistía Internacional presentó su informe anual titulado “Tortura y otros malos tratos en México”.

Según el informe, las denuncias se han incrementado seis veces en los últimos años y encontraron su punto más alto con la llamada “guerra contra el narco” al fin del sexenio de Felipe Calderón pero persisten durante el gobierno actual. Se trata de una práctica generalizada en la actuación de militares, policías y agentes de seguridad.

Mujeres, migrantes e indígenas las principales víctimas

De acuerdo con el informe, los sectores más vulnerables frente a la tortura son las mujeres, los migrantes, los niños y los pueblos originarios.
Como atestigua un migrante hondureño en el citado informe, durante su tránsito por México “Ya adentro me decían que me iban a matar, que era un ‘pinche migrante’ por el que nadie se iba a preocupar. Me metieron agua mineral por la nariz, me amarraron con cinta adhesiva manos y pies. Me dieron golpes en estómago y pecho, me asfixiaban con una bolsa en la cabeza y me exigían que les dijera quién me vendía la droga. Yo no sabía de qué me hablaban”.

Al mismo tiempo, se documentan casos de violencia sexual y violaciones contra mujeres, en especial indígenas por las que según las instituciones policiacas, “nadie se va a preocupar”. Cuando las familias se atreven a denunciar, estás son perseguidas, amenazadas y hostigadas por las propias corporaciones policiacas.

Impunidad

A pesar de las entre 5 y 7 mil denuncias presentadas por tortura durante los últimos años, sólo 123 casos han sido juzgados.
La tortura muchas veces se utiliza para enjuiciar a gente inocente que, después del abuso físico psicológico sufrido, luego enfrentará condenas por delitos que no cometió. Los políticos y funcionarios avalan, toleran y promueven esta práctica.

Militarización y tortura

Como se plantea en el informe de Amnistía Internacional que empata con el presentado por la ONU en mayo del año pasado y con las interminables denuncias de organizaciones de derechos humanos, la tortura se ha incrementado exponencialmente al calor de la llamada “guerra contra el narco” y la militarización. Si en primer lugar afecta a los sectores más desposeídos, esto se recrudece en el caso de aquellos que se oponen al gobierno.

De ahí que la tortura, el encarcelamiento y la desaparición forzada se hayan recrudecido contra luchadores sociales campesinos, indígenas o más recientemente contra los integrantes de las llamadas policías comunitarias.
Los trabajadores de Honda en Jalisco, que están luchando por el reconocimiento de su sindicato independiente y contra los despidos, fueron encarcelados y torturados en los meses previos.

Es fundamental redoblar nuestros esfuerzos en México para exigir el alto a la represión, juicio y castigo a los torturadores y represores, la libertad de los presos políticos, la aparición de los desaparecidos y la desmilitarización inmediata.









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