EDITORIAL
UN NUEVO PERIODO DE LA RESISTENCIA OBRERA Y POPULAR PARO NACIONAL CONTRA LAS REFORMAS
19 Sep 2013
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Desde que Peña Nieto asumió la presidencia, le declaró la guerra a los trabajadores y el pueblo. Primero fue la reforma laboral y ahora la reforma educativa y energética, impulsadas con el apoyo del PAN y del PRD, sus aliados en el Pacto por México y contra la clase trabajadora.
El gobierno suponía que golpeando rápido y varias veces le asestaría una paliza a los trabajadores y que éstos no reaccionarían. Contaba a su favor con que direcciones sindicales como la de la UNT, dejaban pasar las reformas sin llamar a la lucha, mientras pedían que “el Pacto por México fuera incluyente”, y que la “oposición” del PRD estaba comprometida en su alianza con el PRI.
Pero, a pesar de eso, Peña Nieto encontró una contundente respuesta del combativo magisterio, que muestra que sí se puede enfrentar las reformas y que el descontento con el retorno del PRI se hace presente en las calles. Durante semanas, miles de maestras y maestros ocuparon el Zócalo, desafiando las amenazas de represión y la satanización de los medios, movilizándose día con día y realizando paros de labores como el del 4/9, haciendo temblar a los charros del SNTE y a los funcionarios de la SEP. Y, mientras tanto, miles de trabajadores y jóvenes se manifestaron contra la privatización de Pemex. Ambas movilizaciones pueden confluir en las calles contra las reformas antiobreras y privatizadoras.
Esto es un peligro para la clase dominante, y por eso Peña Nieto decidió retroceder de su intención original de imponer el IVA en alimentos y medicinas, lo que podría acrecentar las luchas en curso. La movilización ya abrió divisiones en el PRD a la hora de votar la reforma educativa, ya que un sector del mismo quiere posar de “opositor” y evitar que crezca el desprestigio de este partido; por eso también es que Cuauhtémoc Cárdenas reapareció llamando a “enfrentar” la reforma.
Generalizar la lucha magisterial
Estamos en un nuevo periodo de resistencia obrera y popular, impulsado por la acción combativa de las y los maestros. No hay que confiar en las promesas del gobierno -como lamentablemente hicieron, en otras luchas, sectores de la dirección de la CNTE- que el cual sólo buscará tender trampas para frenar la movilización. El camino para imponer la abrogación es fortalecer y extender la movilización; sólo con una gran lucha nacional le torceremos el brazo a Peña Nieto. Para eso, los socialistas de la LTS consideramos que hay dos tareas muy importantes.
Hay que extender la lucha a las bases magisteriales que están bajo el control de los charros del SNTE. Hoy hay condiciones para recuperar nuestras organizaciones para la lucha, y sacarnos de encima a la burocracia sindical enquistada en el SNTE, porque son decenas de miles de maestros los que desconfían de los charros y quieren luchar contra las reformas. Para eso la CNTE tiene que llamar a organizar desde las bases al conjunto del magisterio, en el camino de democratizar las organizaciones sindicales y desconocer al charrismo. Hay que convocar a las bases del SNTE a unificarse en las movilizaciones y paros. Es el camino para extender la lucha, fortalecer el paro magisterial y debilitar al principal socio del gobierno en el movimiento magisterial.
Preparar el paro nacional
Junto a eso, hay que unificar las movilizaciones que recorren las calles del país: los que pelean contra la reforma educativa, los que se oponen a la entrega de Pemex y todos aquellos que protestan contra este gobierno antiobrero. Para eso, se requiere un plan de acción unificado, donde los trabajadores y sus organizaciones encabecen la movilización, dotándose de un programa cuyas primeras reivindicaciones sean echar abajo las llamadas “reformas estructurales”. La primera gran medida de ese plan de acción debe ser ponerle fecha y realizar un Paro Nacional. Los llamados generales al “paro cívico” son insuficientes; es imprescindible que las organizaciones que se reclaman opositoras -como la Unión Nacional de Trabajadores- se coordinen con el magisterio y le pongan fecha ya a un paro que muestre la fuerza obrera y popular paralizando el país.
El gran peligro que enfrenta el magisterio es que no se articule -tras un plan de acción y un programa- con otros sectores en lucha, lo que permitiría impulsar a que sectores más amplios de los trabajadores se pongan en movimiento. Ya vimos, en luchas previas, lo que ocurrió cuando no se logró el frente único de los trabajadores y el pueblo: como en la lucha del SME, donde a pesar de la combatividad de sus bases, no se contó con la solidaridad efectiva, mediante paros y huelgas, de los grandes sindicatos. Lamentablemente direcciones que se reclaman opositoras -como la del STUNAM- se oponen abiertamente a preparar el paro. En tanto que quienes encabezan las movilizaciones contra la reforma energética (como Cárdenas y López Obrador) no son partidarios de unificar las luchas, ni mucho menos de que el magisterio y otros sectores de trabajadores encabecen la movilización.
Por eso, es fundamental que la CNTE -con la autoridad que le da enfrentar la ofensiva del gobierno-, llame a los demás sindicatos a coordinar y unificar la lucha en un verdadero paro nacional contra las reformas energética y educativa.
Esto debería ser acompañado de proponer organizar un Gran Encuentro de Organizaciones obreras, campesinas, juveniles y populares, con delegados de base, donde discutamos el programa y el plan de acción para derrotar los planes del gobierno. Ése es el camino para poner contra las cuerdas al gobierno e imponer nuestras reivindicaciones
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