Un debate con López Obrador y los promotores del “voto útil”
26 Apr 2015
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Un debate con López Obrador y los promotores del “voto útil”
¿Cómo repudiar la trampa electoral?
Pablo Oprinari
Como decimos en el editorial de este periódico es en los sectores juveniles donde más creció el descreimiento y el repudio al proceso electoral y a la “clase política”. Este proceso en la juventud no es, como muchos fanáticos de la “participación ciudadana” en las elecciones pretenden interesadamente, la expresión de apatía e indiferencia. Se extiende también a sectores de trabajadores y del conjunto del pueblo.
En los últimos tres años, distintos acontecimientos marcaron profundamente a la juventud. En el 2012 fue el #Yosoy132 contra el regreso del PRI a Los Pinos. Al año siguiente, miles de estudiantes se solidarizaron activamente con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, reprimida con salvajismo por los poderes en turno. Por su parte, desde fines del 2012 y con la llegada de Peña Nieto, se recrudeció la criminalización de la juventud, llevada adelante no sólo por el gobierno federal, sino también por el gobierno perredista de la Ciudad de México, con multitud de nuevos presos políticos, entre los cuales estuvieron militantes de lo que hoy es el Movimiento de los Trabajadores Socialistas.
Finalmente, en octubre del año pasado, el movimiento democrático que sacudió las principales ciudades del país tuvo un protagonista de peso en el estudiantado. Fueron miles los estudiantes que pararon sus escuelas y facultades, nutrieron asambleas masivas como no se había visto desde la huelga del 99 en la UNAM, y se manifestaron en verdaderos ríos humanos que recorrieron las calles en las movilizaciones de octubre y noviembre. Empezó a hacerse notar una nueva generación, desencantada con los políticos “tradicionales” y con esta democracia asesina, que amenazaba confluir con sectores de los trabajadores y del pueblo. Algo que, por supuesto, generaba inquietud en los defensores de este régimen de la alternancia.
Es frente a este nuevo fenómeno que recorre a franjas de la juventud y los trabajadores, que se levanta la furibunda campaña a favor del voto, con la cual pretenden restablecer la imagen de las instituciones y los partidos que fueron señalados en las calles como la expresión de la llamada “narcopolítica”.
El debate con López Obrador y los promotores del voto “útil”
Pero mientras esta operación política y publicitaria del gobierno es evidente, el líder del Morena, Andrés Manuel López Obrador, insiste en que la abstención y el voto nulo favorecen al PRI, estigmatizando de esa forma tanto a la izquierda independiente como a los padres de familia de Ayotzinapa.
Estamos ante un debate que está tomando mayor vuelo debido a que el voto nulo y la abstención es la forma en que amplios sectores descontentos buscarán manifestarse el próximo 7 de junio, lo cual es respondido por quienes pretenden fortalecer el proceso electoral y las alternativas políticas que defienden.
Como ya planteamos, en otros procesos electorales la alta afluencia de votantes no debilitó, necesariamente al PRI o al PAN. Y, más allá de las comparaciones y análisis que puedan efectuarse de los procesos previos, es indiscutible que en el momento político presente, la intención es garantizar la participación ciudadana y la realización de las elecciones del 7 de junio sin mayores sobresaltos, que permitan cerrar lo abierto por el movimiento por Ayotzinapa.
El debate entonces está planteado en el terreno de cuál es la política correcta hacia el 7 de junio, que permita fortalecer la lucha contra la democracia asesina del PRI, PAN y PRD. Ninguno de los partidos con registro levanta una perspectiva que defienda los intereses de los trabajadores y el pueblo, mucho menos que llame a profundizar la movilización obrera y popular contra el régimen político.
López Obrador -en quien confían honestamente muchos trabajadores y jóvenes que nutrieron las movilizaciones por Ayotzinapa-, a pesar de sus denuncias a la “mafia en el poder”, sostiene una perspectiva política que no cuestiona a las instituciones ni a los planes de opresión y explotación, y se limita a pretender democratizar y reformar lo que a todas luces es irreformable. Expresión de esto es su actual campaña, donde busca convencer de que mediante el voto al Morena y a través del Congreso de la Unión, antiobrero y proimperialista, podrán resolver sus demandas las grandes mayorías.
En esas circunstancias, el “voto útil” o “critico” que promueven distintos intelectuales y sectores que se reclaman de izquierda (incluidos quienes promueven el boicot en Guerrero pero llaman a votar por el Morena en otros estados), terminaría fortaleciendo a un partido que no es alternativa para los trabajadores y la juventud.
Para despejar toda duda, ya en los años previos vimos las consecuencias de la política de AMLO, cuando -como parte del PRD, en el 2006- desvió el descontento obrero y popular e impidió la radicalización de la movilización.
Como tantas otras veces, el debate en torno a qué hacer frente al proceso electoral expresa una disyuntiva que está más que vigente: fortalecer al “mal menor” y por esa vía a una dirección política opuesta a toda lucha radical contra la opresión y explotación; o bien bregar por una política independiente que, en el proceso electoral, apuntale la lucha contra estas instituciones y los partidos de la clase dominante. Esa es la perspectiva que proponemos desde el MTS, y en torno a la cual te convocamos a organizarte.
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