Los trabajadores debemos avanzar en la independencia de los partidos del Congreso

Un debate con la política de Martín Esparza

05 Mar 2011   |   comentários

En octubre de 2010 el SME convocó a la formación de una Agrupación Política Nacional (APN), en el Estadio Azteca ante 50 mil personas. El pasado mes de enero hubo una reunión en el auditorio del SME, donde la propuesta de APN se replanteó como OPN, Organización Política Nacional. Y ahí se convocó a formar una Coordinación promotora de la misma, integrada por un representante de cada organización política, que participaría en las discusiones hacia el Congreso fundacional para marzo.
Ante la propuesta del SME, en la LTS consideramos que esto podía representar un paso progresivo, en la medida que apuntase a construir una herramienta política de los trabajadores basada, en primer lugar, en la ruptura con los partidos y candidatos burgueses (PAN, PRI, PRD). Por eso discutimos fraternalmente con los compañeros en lucha del SME y las organizaciones trotskistas y sociales incorporadas a la OPN.
Para nosotros, esta propuesta debía ir acompañada de dos elementos imprescindibles:
 Una discusión abierta y democrática antes del Congreso fundacional, donde se llame a impulsar comités de base de la OPN, con delegados revocables y rotativos. Esto como parte de incorporar a sectores en lucha, trabajadores y sindicatos, organizaciones sociales y de la izquierda, para ser parte del debate de la OPN, sus fundamentos, plataforma, estrategia y principios.
 Plasmar, en sus documentos, una estrategia de independencia de clase, delimitada de los partidos burgueses que forman parte del régimen y un programa acorde a la misma. Esto debe partir de definir que ninguno de los partidos políticos registrados representan los intereses de los trabajadores, y que por ello, el triunfo de cualquiera de los mismos en las próximas elecciones implicará –más allá de los matices y diferencias que existan– un fortalecimiento del régimen y las instituciones del que forman parte.

Como LTS asistimos a las primeras tres reuniones de la Promotora de la OPN; y con estas dos consideraciones centrales, aportamos a las discusiones junto con las organizaciones presentes.
Sin embargo, mientras avanzan los trabajos de organización hacia el Congreso de la OPN, entre la base del SME –la principal fuerza convocante de esta organización– hay un claro desconocimiento de los documentos y trabajos de la misma. Al mismo tiempo que la dirección del SME, impulsa constantes iniciativas de acercamiento con el PRI y Enrique Peña Nieto, que representan una flagrante violación de los principios elementales de la independencia de clase. Martín Esparza anunció que se reuniría con el gobernador del Edomex, para que los votos mexiquenses del PRI en San Lázaro impulsen la construcción de la paraestatal extinguida por el gobierno, que daría empleo a cerca de 16 mil trabajadores, y ofreció los votos de los electricistas para ello. Evidentemente defendemos que el SME, así como cualquier otro sindicato, tenga autonomía en sus decisiones políticas y resoluciones tácticas, para definir el camino a seguir en su lucha. Pero es escandaloso y va en contra de los intereses más elementales de los trabajadores sostener que el acercamiento “táctico” al PRI, pueda llevar al SME a la recuperación de la fuente de trabajo. Es una gran claudicación querer llevar a la base del SME a confiar en este partido burgués y represor, experto dirigente de los planes imperialistas en México.

Siendo el SME la principal fuerza convocante de la OPN, ésta no puede tener una indefinición sobre esta política que impulsa la dirección electricista. Toda ambigüedad sobre ello, dejaría la puerta abierta para que prospere una política como la que anunció Esparza y va en contra de los intereses obreros y populares.
Aunque los documentos mencionan que los actuales partidos políticos no representan a los trabajadores y el pueblo, también señalan que no se niega la posibilidad de “alianzas” por el cumplimiento del objetivo de la OPN –enunciado como “derrocar a la oligarquía y el imperialismo”). Este planteamiento de alianzas no descarta un acercamiento coyuntural al PRI (como dice el SME) u otro partido opositor a Calderón, como el PRD y el PT, algo que es sostenido abiertamente por muchas de las organizaciones participantes y que fue la política impulsada por la dirección del SME durante la lucha contra la extinción de LyFC.

¿Una OPN independiente donde su principal fuerza llame a votar al PRI?

Martín Esparza dice: “Peña quiere votos, nosotros una empresa, con la mayoría de los legisladores mexiquenses en la Cámara de Diputados la podemos sacar adelante” y así lleva las movilizaciones a esta entidad, como presión para que el PRI sume su fuerza a los conteos. Los trabajadores electricistas deben recordar que fue el PRI, el asesino de estudiantes, campesinos y obreros durante décadas (las huelgas ferrocarrileras, de maestros, electricistas, mineros, etc.), el impulsor de la mayoría de las privatizaciones del país, el creador del TLC, el aval de la reforma laboral de Calderón. Peña Nieto reprimió en Atenco, gobierna una entidad con cientos de despedidos, desempleados, rechazados a la educación, sin seguridad social, con sindicatos blancos, luchas derrotadas por aislamiento, ignora el crecimiento de La Familia y otros grupos del narco (todos los cuales sostienen relaciones de complicidad con muchos funcionarios públicos), sostiene una policía represora que detiene jóvenes y obreros a diario.
¿Qué podría hacer confiar a los trabajadores en que Peña Nieto, fortalecido en el Congreso, estaría dispuesto a darnos una empresa a cambio de votos? Y si así fuera, ¿Qué consecuencias tendría para el resto de los trabajadores y para los propios electricistas el fortalecimiento del PRI hacia su carrera presidencial? Y ¿Cuál será el futuro político de un sindicato como el SME, ligando su destino a un partido patronal como el PRI? Sin duda, implicará una subordinación de los trabajadores y su organización sindical a este político, enemigo de las reivindicaciones de los trabajadores electricistas, de la mano del PRI los trabajadores sólo pueden esperar nuevos engaños y más mecanismos de explotación y miseria. ¡Hay que repudiar esta propuesta de Esparza! Toda participación electoral debe difundir el programa y los métodos de lucha de los trabajadores y no puede implicar el apoyo (“crítico” o no) a partidos ajenos a nuestros intereses, incluyendo en esto a los “opositores” del PRD, el PT y AMLO, mucho menos al PRI.

¿Y qué pasa con el PRD?

En los documentos, se llama a crear un “nuevo bloque social” con los pequeños y medianos empresarios, y es evidente que su adhesión está vinculada a lograr un programa que no cuestione sus intereses de clase. Por ello, no se menciona al PRD, ni a AMLO; sabemos que, más allá de sus críticas al neoliberalismo salvaje y su “al diablo con las instituciones”, el proyecto amlista y perredista no va más allá de un perfeccionamiento (“democratización”) de las instituciones políticas, y atenuar las políticas llamadas neoliberales, para sostener los principios económicos y sociales del capitalismo mexicano.
Ya que AMLO genera simpatía de muchos trabajadores y jóvenes, es fundamental delimitarse claramente del PRD y de AMLO, y establecer explícitamente que la OPN no apoyará electoralmente a los candidatos de este partido ni del PRI. Hay que criticar el capitalismo “posneoliberal” de AMLO, que no puede ni quiere dar ninguna salida de fondo a las reivindicaciones y demandas de los que sufren la miseria, el desempleo, el trabajo precario y la explotación.

Por una herramienta política de los trabajadores

Es necesario plantearnos una organización que llame a los trabajadores a confiar en sus propias fuerzas y no en alguno de los “opositores” al PAN, como el PRI, cuyos gobiernos de opresión y miseria ya los ha vivido la clase trabajadora antes.
Es posible construir una organización independiente de los partidos patronales, basada en impulsar la movilización de los trabajadores y el pueblo para imponer el triunfo de sus luchas. Pero implica dejar claramente establecido la independencia respecto al PRI, el PRD y AMLO, y no apoyar sus candidaturas. Esta discusión llevamos a la Promotora de la OPN.
El SME debe darle la espalda enérgicamente a la propuesta de Esparza y llamar a la base electricista a crear una organización confiando en sus propias fuerzas y acciones sin ninguna expectativa en las instituciones, y llamando convocando al resto de los sindicatos y trabajadores del país a discutir un programa de emergencia frente a la crisis, para que la misma sea pagada por los capitalistas.
Para enfrentar la carestía de vida y el desempleo, luchar por aumento salarial de emergencia, escala móvil de salarios y reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados con igual salario. Frente a la explotación y miseria capitalista, luchar contra la Reforma Laboral y para expropiar sin pago a toda empresa que cierre o despida, bajo control de sus trabajadores. Ante la expoliación imperialista, dejar de pagar la deuda externa, romper con el TLC y nacionalizar bajo control de los trabajadores los sectores entregados al capital extranjero. La OPN debería hacer propias las demandas de los oprimidos y explotados: por una reforma agraria radical en el campo, por la autonomía a las comunidades indígenas y la disolución de los grupos paramilitares así como por los derechos de nuestros hermanos migrantes (mexicanos y centroamericanos). Junto a eso, por pensiones dignas y respeto a los derechos de los trabajadores jubilados, y por frenar la militarización y los asesinatos de mujeres y jóvenes en todo el país, exigiendo el juicio y castigo a los responsables.
Consideramos que la OPN tiene una definición por delante que marcará si se convierte en un apéndice de los partidos patronales o avanza en un camino favorable para las luchas de los trabajadores. Sin duda del resultado de esta discusión dependerá la participación de los socialistas de la LTS y otras organizaciones, y de muchos compañeros y compañeras que puedan ver en la misma una real alternativa de clase. Al mismo tiempo que planteamos nuestra propuesta hacia las discusiones abiertas por la iniciativa del SME, luchamos en la perspectiva de la toma del poder por los trabajadores y campesinos,; al servicio de esto, buscamos la construcción de un partido revolucionario, socialista e internacionalista, confiando en esta herramienta de organización para derrotar a los capitalistas y su gobierno.









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