Los trabajadores debemos avanzar en la independencia de los partidos del Congreso

Un debate con la política del SME impulsada por Martín Esparza

22 Feb 2011   |   comentários

El 30 octubre de 2010 el Sindicato Mexicano de Electricistas convocó a la formación de una Agrupación Política Nacional (APN), en un acto realizado en el Estadio Azteca ante 50 mil personas, entre electricistas y miembros de distintas organizaciones sociales y de izquierda. Iniciativa lanzada bajo la premisa de formar una nueva organización política, que agrupe a nivel nacional a amplios sectores de trabajadores y sectores populares contra el gobierno.
En enero de este año se realizó una reunión en el auditorio del SME, donde la propuesta de APN es replanteada y se define como OPN, Organización Política Nacional (explicaron, debido a los tiempos electorales). Además se convoca a la formación de una Coordinación promotora de la misma, integrada por un representante de cada organización política, que quisiera ser parte de las discusiones hacia el Congreso fundacional para los primeros días de marzo.
Los miembros de la Liga de Trabajadores por el Socialismo participamos en esta discusión y a través de nuestros materiales, desde octubre 2010, por que consideramos que la posibilidad de discutir la construcción de una herramienta política de los trabajadores sería un paso progresivo, que debería ir en camino con organizaciones independientes que impulsan la ruptura con los partidos burgueses. Por eso abrimos una discusión fraternal con los compañeros en lucha del SME y con las organizaciones trotskistas y sociales incorporadas a la OPN. Consideramos que el llamado a crear una nueva fuerza política para los trabajadores debe ir acompañado de dos elementos imprescindibles:
 Una discusión abierta y democrática que busque incorporar a los sectores en lucha, a los trabajadores y sindicatos, a las organizaciones sociales y de la izquierda, para formar parte del debate de la OPN, sus fundamentos, plataforma, estrategia y principios; esto antes del Congreso fundacional e impulsando comités de base de la OPN, con delegados rotativos y revocables.
 Una estrategia de independencia de clase y un programa acorde a la misma, claramente delimitada de los partidos burgueses que forman parte del régimen, como base fundamental de esta organización, para que todas sus resoluciones giren en torno a un plan de lucha nacional y de organización independiente.

Como LTS asistimos a las primeras tres reuniones de la Promotora de la OPN, con estas dos consideraciones centrales, intentando aportar a las discusiones junto con las organizaciones ahí presentes.
Para nosotros, esta organización desde su convocatoria, debe plantear explícitamente que hoy no existe un partido político que represente los intereses de los trabajadores, ya que enarbolan un programa que sostiene al capitalismo. Se limitan, en el caso del PRD, a buscar democratizar el sistema. Y debe alertar que el triunfo de cualquiera de los partidos (PRI, PAN, PRD), en las próximas elecciones implicará (más allá de matices y diferencias existentes entre ellos) un fortalecimiento del régimen y las instituciones del que forman parte.
Sin embargo, mientras avanzan los trabajos de organización hacia el Congreso de la OPN y el desarrollo de sus distintas comisiones, entre la base del SME -la principal fuerza convocante de esta organización- hay un claro desconocimiento de los documentos y trabajos de la misma. Al mismo tiempo que la dirección del SME, impulsa constantes iniciativas de acercamiento con el PRI y Enrique Peña Nieto, que representan una flagrante violación de los principios elementales de independencia de clase.
Martín Esparza anunció que se reuniría con el gobernador del Edomex, para que los votos mexiquenses del PRI en San Lázaro impulsen la construcción de la paraestatal extinguida por el gobierno, que daría empleo a cerca de 16 mil trabajadores y ofreció los votos de los electricistas para ello.
Evidentemente defendemos que el SME, así como cualquier otro sindicato, tenga autonomía en sus decisiones políticas y resoluciones tácticas, para definir el camino a seguir en su lucha. Sin embargo, cuestionamos profundamente que sea el acercamiento “táctico” al PRI, el camino correcto a la recuperación de la fuente de trabajo y consideramos un gran error llevar a la base del SME a confiar en este partido burgués y represor, experto dirigente de los planes imperialistas en nuestro país.
Además, consideramos que, siendo el SME la principal fuerza convocante de la OPN, la misma no puede tener una indefinición sobre esta política que impulsa la dirección electricista. Cualquier ambigüedad sobre ello, dejaría la puerta abierta para que prospere una política como la que anunció Esparza.
Con relación a esto, aunque los documentos plantean que los actuales partidos políticos han dejado de representar a los trabajadores y el pueblo, señalan que no se niega la posibilidad de alianzas por el cumplimiento del objetivo de la OPN, que es derrocar a la oligarquía y el imperialismo.
Este planteamiento de alianzas no descarta una alianza coyuntural con el PRI (como propone el SME) o con cualquier otro partido opositor a Calderón, como el PRD y el PT.
Actualmente distintos documentos ya públicos de la OPN, incorporan la idea de que ésta tendría autonomía y convoca a sus filas de manera individual a trabajadores y sectores populares. Sin embargo, esta organización, queda abierto a los “pequeños y medios empresarios”, los cuales sin duda intentarán conducirla de acuerdo a sus intereses de clase, lo cual bien podría coincidir con un eventual voto al PRI o al PRD.

¿Una OPN independiente donde su principal fuerza llame a votar al PRI?

El secretario general del SME dice: “Peña quiere votos, nosotros una empresa, con la mayoría de los legisladores mexiquenses en la Cámara de Diputados la podemos sacar adelante” y así lleva las movilizaciones a esta entidad, como medida de presión para que el PRI sume su fuerza a los conteos.
Los trabajadores electricistas deben recordar que fue el PRI, el asesino de estudiantes, campesinos y obreros durante décadas (las huelgas ferrocarrileras, de maestros, electricistas, mineros, etc.), el impulsor de la mayoría de las privatizaciones del país, el creador del TLC, el aval de la reforma laboral de Calderón.
Peña Nieto reprimió en Atenco, ignora los feminicidios, gobierna una entidad con cientos de despedidos, desempleados, rechazados a la educación, sin seguridad social, con sindicatos blancos, huelgas ignoradas por años, luchas derrotadas por hambre y aislamiento, ignora el crecimiento de La Familia y otros grupos del narco (todos los cuales sostienen relaciones de complicidad con muchos funcionarios públicos), sostiene una de las policías más represoras que detienen a decenas de jóvenes y obreros todos los días.
Con estos elementos nos preguntamos, ¿qué podría hacer confiar a los trabajadores en que Peña Nieto, fortalecido en el Congreso, estaría dispuesto a darnos una empresa a cambio de votos? Y si así fuera, ¿Qué consecuencias tendría para el resto de los trabajadores y para los propios electricistas el fortalecimiento del PRI hacia su carrera presidencial? Y ¿Cuál será el futuro político de un sindicato como el SME, ligando su destino a un partido patronal como el PRI?
Sin duda, implicará una subordinación de los trabajadores y su organización sindical a este político burgués, enemigo de las reivindicaciones de los trabajadores electricistas (no olvidemos que el PRI ha sido uno de los grandes impulsores de las privatizaciones), de la mano del PRI los trabajadores solo pueden esperar nuevos engaños y mayores mecanismos de explotación y miseria.
Por eso, toda participación electoral debe difundir el programa y los métodos de lucha de los trabajadores y no puede implicar el apoyo (“critico” o no) a partidos ajenos a nuestros intereses, incluyendo en esto a los “opositores” del PRD, el PT y AMLO, mucho menos al PRI.

El rumbo de la OPN debe ser claramente independiente

Retomar la discusión de una organización alternativa para los trabajadores, pasa por impulsar una estrategia, programa y política con independencia de clase.
Es necesario plantearnos una organización que llame a los trabajadores a confiar en sus propias fuerzas y no en alguno de los “opositores” al PAN, como el PRI, cuyos gobiernos de opresión y miseria ya los ha vivido la clase trabajadora antes.
En la LTS opinamos que es posible construir una organización independiente de los partidos patronales (PAN, PRI y PRD), basada en impulsar la movilización de los trabajadores y el pueblo para imponer el triunfo de sus luchas. Pero ello implica dejar claramente establecido la independencia respecto al PRI, el PRD y López Obrador, y no apoyar sus candidaturas. Esta es la discusión que llevamos a la Promotora de la OPN.
Además, consideramos fundamental, que el SME le de la espalda a la propuesta de orientación realizada por Esparza (que va tras el PRI) y que llame a la base electricista a crear una OPN confiando en sus propias fuerzas y acciones sin ninguna expectativa en las instituciones, y sí llamando al resto de los sindicatos y trabajadores del país a discutir un programa de emergencia frente a la crisis, para que la misma sea pagada por los capitalistas. Para enfrentar la carestía de vida y el desempleo, luchar por aumento salarial de emergencia, escala móvil de salarios y reparto de las horas de trabajo entre empleados y desempleados con igual salario. Frente a la explotación y miseria capitalista, luchar contra la Reforma Laboral y para expropiar sin pago a toda empresa que cierre o despida, bajo control de sus trabajadores. Ante la expoliación imperialista, dejar de pagar la deuda externa, romper con el TLC y nacionalizar bajo control de los trabajadores los sectores entregados al capital extranjero. La OPN debería hacer propias las demandas de los oprimidos y explotados: por una reforma agraria radical en el campo, por la autonomía a las comunidades indígenas y la disolución de los grupos paramilitares así como por los derechos de nuestros hermanos migrantes (mexicanos y centroamericanos). Junto a eso, por pensiones dignas y respeto a los derechos de los trabajadores jubilados, y por frenar la militarización y los asesinatos de mujeres y jóvenes en todo el país, exigiendo el juicio y castigo a los responsables.
Los compañeros de la LTS hemos participado de las discusiones en la OPN bajo esta perspectiva clasista e independiente, pero consideramos que la misma tiene una definición por delante que marcará si se convierte en un apéndice de los partidos patronales o avanza en un camino favorable para las luchas de los trabajadores. Por eso abrimos esta discusión fraternal con los compañeros en lucha del SME y con las organizaciones trotskistas y sociales incorporadas a la OPN.
Sin duda el resultado de esta discusión dependerá la participación de los socialistas y de muchos compañeros y compañeras que puedan ver en la misma una real alternativa de clase.
Al mismo tiempo que planteamos nuestra propuesta hacia las discusiones abiertas por la iniciativa del SME, luchamos en la perspectiva de la toma del poder por los trabajadores y campesinos, al servicio de esto, buscamos la construcción de un partido revolucionario, socialista e internacionalista, confiando en esta herramienta de organización para derrotar a los capitalistas y su gobierno.









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