NEGOCIACIÓN ENTRE GOBERNACIÓN Y SME
Un retroceso en la lucha electricista
31 Aug 2010
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Transcurridos largos meses de lucha, desde el Octubre del decreto con el que se liquido la Compañía de Luz y Fuerza hasta hoy, han desfilado ante nosotros importantes experiencias y lecciones de las cuales es vital hacer un balance a la luz de estos meses de resistencia que generaron, un amplio sentimiento de lucha, tal como se vio en las marchas y guardias a las afueras de las subestaciones, pero que tuvieron un limite concreto ante la negación de las direcciones para formar la unidad obrera entre las bases. La negociación con la cual se determino levantar la huelga de hambre que sostuvieron durante 90 días compañeros electricistas en el zócalo capitalino ha sido un duro golpe a la lucha, gobernación hábilmente prometió la toma de nota y el reconocimiento de 26 miembros de la dirección del SME a condición de levantar el plantón, pero ha cerrado las puertas sobre la recontratación de los 17 mil electricistas que no se han liquidado, recientemente vimos como la JFCA negó el amparo para emplazamiento a huelga que interpuso el SME, negando la posibilidad para que la CFE asumiera el papel de patrón sustituto, incluso, uno de los supuestos acuerdos en las negociaciones con gobernación que era la toma de nota ha venido encontrando nuevas trabas y ya ha declarado Lozano y gobernación que no piensa retroceder para otorgar esta a la plana mayor de Martín Esparza.
Para el gobierno la misión esta casi cerrada y ahora se apresura a aprobar la reforma laboral, por eso mañosamente ofreció la toma de nota, evitando que el plantón despertara aún mayor simpatía entre trabajadores y estos empezaran a buscar distintas formas de protesta ante la dureza del gobierno y los nulos resultados de la confianza en los tribunales y los métodos de resistencia civil y pacifica reproducida de la política de AMLO que viene tomando la dirección del SME.
Hoy la situación viene de importantes golpes que ha propinado el gobierno de Calderón, con lo cual ha impuesto un retroceso y un difícil panorama y de las implicaciones que ha tenido la política impuesta hasta hoy a la lucha. Demostrado está que no se puede confiar en ninguna de las opciones que nos llaman a tener confianza en la voluntad de los magistrados, como es la política de Obrador y que adopto Martín Esparza, estos resultados han sido desastrosos para el movimiento obrero mexicano. Veámoslo desde esta óptica, el gobierno de Calderón propino fuertes golpes a los electricistas en los meses anteriores y hoy avanza en su intención de matar la posibilidad de patrón sustituto, ¿pero acaso fue solo la voluntad del gobierno lo que hizo posible esto? o la dirección del SME tuvo responsabilidad al detener el transcurso de la lucha al dejar pasar los álgidos meses de Octubre y Noviembre donde primaban las ganas de salir a luchar y enfrentar a Calderón hasta derrotar el decreto mediante la movilización y la huelga general.
Las viejas formas del sindicalismo mexicano que moviliza cuando se siente amenazado, esto, solo para poder negociar dentro de los marcos del régimen burgués encontró una prueba que no fue capaz de superar, ya que las direcciones sindicales siguen sin aceptar que el capitalismo se encuentra en una etapa donde iba a lanzar ataques brutales contra los trabajadores, y que para derrotar el decreto solamente se logaría con métodos de lucha propios de los trabajadores. Alrededor del mundo se muestra la misma dinámica como el caso de Grecia y por supuesto que México no sería la excepción, este ha sido uno de los grandes errores de la dirección del SME, que confío en una salida negociada en un periodo donde el capitalismo no pretende retroceder, sencillamente porque de ello depende salvaguardar sus ganancias y seguir descargando los costos de la crisis económica sobre las espaldas de millones de trabajadores.
¿Una derrota inminente?
En su documento El movimiento de resistencia, la huelga de hambre y la negociación, la dirección del SME habla en las primeras líneas sobre una derrota que parecía inminente inmediatamente después del decreto, nos parece que esta visión es incorrecta, es precisamente en el mes de Octubre y Noviembre cuando el escenario para conformar una verdadera alianza de clase hubiera podido concretarse y avanzar en construir un frente único para derrotar el decreto, esto tendría que haber sido nuestro eje de lucha. La simpatía que despertaron con sus ganas de luchar los electricistas en enormes franjas populares, expresadas en la participación de organizaciones y sindicatos en las convocatorias del SME mostraron cual era el camino a seguir, por ello de haber sido consecuentes en la movilización, el frente para luchar hubiera sido de masas y no habría sido debilitado ni por las intromisiones del esquirol Muñoz ni si quiera por los miles que se liquidaron y no les importo la lucha. Pero para poder avanzar en esta perspectiva solo había una ruta, democratizar las asambleas de base con delegados revocables y ampliar la ANRP con las mismas garantías democráticas a todos los sectores organizados que querían luchar, alejándonos de los partidos de la burguesía o la influencia de AMLO.
Desgraciadamente este camino no fue el que se siguió y se confió en los tribunales que dictan sentencias a favor de la clase para la que trabajan. Al enfocar sus fuerzas en este terreno para tratar de convencer por medio de la razón a jueces con salarios insultantes, la dirección del SME dejo pasar el momento ideal para realizar una Huelga General en Noviembre y el gobierno de Calderón encontró la posibilidad de atacar al movimiento mientras lo empantanaba en promesas y negociaciones para llevarlo al terreno donde controla los hilos de la legalidad burguesa, los tribunales.
A pesar del retroceso nuestra lucha sigue siendo en contra del decreto
Es visible que la lucha se encuentra en duras condiciones, el retroceso de la dirección al rebajar las demandas iniciales a la contratación de solo 17 mil electricistas bajo la figura de patrón sustituto abrió la posibilidad a Calderón para derrotar la resistencia smeita, en contracara, lo que se vio, fue la disposición a seguir resistiendo con la huelga de hambre, con la cual mantuvimos una importante solidaridad y actividad a pesar de que fuimos críticos de esta acción impulsada de manera desesperada por parte de la dirección, ya que no apuntaba a la reorganización política y clasista de movimiento obrero. La huelga de hambre se mantuvo como un emblema de resistencia y heroicidad electricista, ante esto, Calderón prefirió negociar una salida para levantarla sin comprometerse a resolver ninguna de las demandas centrales de los electricistas, pero tampoco la dirección del SME vio la importancia de llamar a la reorganización en torno a la simpatía que despertó la huelga de hambre, esto le permitió al gobierno federal volver a negarle la toma de nota a Esparza y meter en una nueva encrucijada al SME con el bloqueo de la política de patrón sustituto. Si bien estaba ya en peligro la salud de compañeros electricistas y era necesario levantar la huelga de hambre, el plantón debía permanecer pero solo como el siguiente paso para reorganizar la lucha de manera ofensiva, con mítines, marchas, nuevos brigadeos asambleas de base etc.
Ante las duras condiciones nos parece que es necesario seguir planteando un programa que apunte a la unidad de clase ante el régimen, así como también consideramos importante que las organizaciones formadas por las luchas de los trabajadores permanezcan como herramienta organizativa y de defensa ante el capital, por ello la existencia del SME como una conquista de las gestas de los electricistas desde el periodo revolucionario mexicano tiene un valor histórico, pero con una crisis económica como la actual lo único que puede defender la existencia del sindicato es la movilización de la base electricista (la cual sigue sin tener respuesta sobre el restablecimiento de su fuente laboral) y no la confianza en las promesas de Gobernación.
Hoy es crucial sacar las conclusiones correctas de la lucha que nos permita avanzar en recomponer el camino, esto se va a dar solo con un programa concreto que apunte a la reorganización de movimiento obrero nacional ante los ataques del régimen, por ello desde la LTS hacemos un llamado a cerrar las filas obreras ante los inminentes ataques del régimen como una medida elemental, que movilice a la clase obrera de conjunto, que llame a paros, huelgas, que sume a más a trabajadores, precarizados, sin contratos ni sindicatos, que nos permita sentar de vuelta las bases para mantener la lucha electricista por las 44 mil plazas laborales como un primer escalón para reorganizarnos y luchar hasta derrotar el decreto, que la repartición de las plazas de los que ya se liquidaron y que mantuvieron posiciones contrarias a la lucha sean repartidas entre gente que lucho en contra de la extinción de Luz y Fuerza al lado de los electricistas.
Esto abre las puertas, a pesar de las condiciones actuales, a una primera fase de nueva acumulación de fuerzas con gente comprometida con la lucha y permite bajo estricto acuerdo político y discusión democrática en asambleas de base que estas plazas alimenten las filas para preparar la contraofensiva contra el decreto.
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