Desde Chile PTR

Una postal del futuro

06 Dec 2013   |   comentários

2-12-2013

Nicolás Miranda

La candidatura de Bachelet iniciándose la campaña de la segunda vuelta, está recibiendo distintos apoyos: de dirigentes del PRI, del PRO y de Franco Parisi, de dirigentes estudiantiles como el secundario de la CONES Moisés Paredes, de la CUT dirigida por la presidenta del PC Bárbara Figueroa que aseguró que se pone a su disposición.

A la vez, han comenzado las campañas de presión. La prensa advierte contra el uso de la “aplanadora”, para advertir que no se use la mayoría parlamentaria para hacer aprobar leyes y reformas, si no es con previo consenso. Los empresarios anuncian que “colaborarán”, pero para que las reformas sean de acuerdo a sus intereses.

Ya comentamos que no se trata de un problema de aritmética parlamentaria, es decir, de cuántos parlamentarios, tengan, sino de una relación de fuerzas política. Si dirigentes históricos de la DC hablaban de los “matices” que pueden interpretarse de las promesas electorales, para hacer las reformas lo más cosméticas posibles, ahora vimos una postal del futuro durante la discusión del Presupuesto para el 2014. Vimos las presiones para llegar a consensos en el Parlamento. Y vimos las impugnaciones de la UDI contra los parlamentarios electos de la bancada estudiantil. Una arena de enfrentamientos, donde los votos a Bachelet no le alcanzarán para arbitrar sobre estos enfrentamientos tranquilamente. ¿Mayor vigor o apenas mayor protagonismo parlamentario?

Pero, como decíamos en el CPS n° 178, el partido se juega en otro lado. En la negociación del re-ajuste del sector público de este año, más allá del resultado, lo más destacado es que vivió 4 jornadas de paro nacional. Es este el camino para que las demandas de trabajadores y estudiantes, usurpadas en el programa de la Nueva Mayoría, no sean edulcoradas en el juego parlamentario que ganará mayor protagonismo.

Se inició la campaña de presión

NI siquiera se inició la campaña por la segunda vuelta, que ya está desatada la campaña contra el uso de la mayoría parlamentaria obtenida por la Nueva Mayoría. Lo inició El Mercurio en una editorial: “Envalentonados por el éxito alcanzado en la elección parlamentaria, algunos representantes de la Nueva Mayoría han hecho ver que un eventual gobierno de Michelle Bachelet no necesitaría procurar un acuerdo amplio en torno a varias de las reformas legales y constitucionales por las que aboga su candidatura (…) Hay en ello ecos de aquel “avanzar sin transar” que tanto daño causó a Chile hace 40 años” (27/11). Muchas otras editoriales y columnistas siguieron con lo mismo.

En uno de los centros de pensamiento de la derecha, Libertad y Desarrollo de la UDI en un seminario con una historiadora se planteó que el “programa de Bachelet contempla socialismo con aplanadora”.

De igual modo los empresarios llaman a respetar una política de consensos.
Aunque preocupados, están confiados que es lo que se impondrá.

Mayor protagonismo del Parlamento

Andrés Santa Cruz, presidente de uno de las asociaciones empresariales, la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC) se mostró preocupado ante período que se abrirá, con las demandas de cumplimiento de las promesas de campaña: “Para mí, el gran desafío de la próxima Presidenta de la República será moderar el exceso de expectativas que se han generado en la gente y peor aún, la inmediatez con que la ciudadanía espera que se cumplan”.

Concientes de esto, Bachelet se moverá rápido para presentar sus proyectos de ley. Pero es solo el inicio de nuevos problemas.

Como una postal del futuro, está lo que fue la discusión del Presupuesto para el 2014. Allí, en la partida para Educación, el Gobierno aumentó los recursos que el Estado, mediante subsidios, transfiere a los empresarios de la educación media y básica (la Subvención Escolar Preferencial- SEP). Algunos diputados de la DC, votaron con la derecha. Se espera que el panorama se repita para otros temas, como la educación gratuita, las reformas laborales, el aborto, el matrimonio igualitario, la eliminación del FUT en las reformas tributarias.

La DC debió reunir su Consejo Nacional para definir cómo actuará. Y uno de los dirigentes de la DC, Patricio Cornenjo, más encima del ala bacheletista, advirtió que el rol de la DC será buscar consensos: la DC no actuará como un ‘dique de contención’ pero “tampoco vamos a ser ninguna aplanadora para llevar a efecto esos cambios. Es decir, la situación del país necesita una DC que sea el dique de contención, pero también requiere una DC que, desde una mayoría, construya ojalá los mayores niveles de unidad y de consenso posibles, incluyendo todos los partidos que tengan representación parlamentaria”.

En algo que parece concertado, la UDI se lanzó al ataque contra diputados electos de lo que sería “la bancada estudiantil”: el diputado de ese partido Gustavo Hasbun, quiere que se investiguen las firmas habilitantes para ser candidatos de Giorgio Jackson y Gabriel Boric.

No se limitarán a estos ataques. El Parlamento estará bajo la mira. La historiadora Lucía Santa Cruz en el seminario de Libertad y Desarrollo advirtió que “el programa de Bachelet es el primer escalón en el establecimiento del socialismo en Chile”. Está lejos de la realidad, pero qué expresa. Marx, analizando la situación política en Francia más de 100 años atrás, decía: “Pero lo que no veía la burguesía era la consecuencia de que su propio sistema parlamentario, su sistema de dominación política en total, iba a caer también bajo la condena general como socialista (…) cuando la burguesía tilda de socialista lo que antes llamaba liberal, está confesando que sus propios intereses le dictan eludir el riesgo de su propio gobierno, que para poder lograr la paz en el país, antes debe exigírsela a su Parlamento burgués, que para preservar su poder en la sociedad tiene que atacar su poder político”.

Cada proyecto de ley será fuente de tensiones. ¿Se vigorizará, se fortalecerá, así, el Parlamento? El carácter cosmético de las reformas, difícilmente lo permita. Si, probablemente, el Parlamento gane mayor protagonismo.

Pero no porque se fortalezca esta institución. El partido, se juega en otro lado. La clase patronal está conciente, y en uno de sus diarios alerta: “Es la preocupación que ronda entre los líderes políticos, que entienden que si no consiguen avanzar en el cumplimiento de los compromisos de campaña, la tensión social podría cobrarle la cuenta de manera temprana al gobierno, con manifestaciones como las que han anunciado los estudiantes” (Diario Financiero, 23/11).

Nuevas demostraciones de fuerza

La clase trabajadora sigue haciendo nuevas demostraciones de fuerza. La negociación anual del re-ajuste del sector público, en esta ocasión fue con 4 jornadas de Paro Nacional con movilizaciones (el 22/10, 7/11, 13/11, 25/11). Sigue mostrando una nueva disposición a la lucha.
Es este el camino, el de la lucha de clases, para que las demandas de trabajadores y estudiantes, usurpadas en el programa de la Nueva Mayoría, no sean edulcoradas en el juego parlamentario que ganará mayor protagonismo.

Pero deberá remover las dirigencias burocráticas. Ya la CUT dirigida por el PC con su presidenta Bárbara Figueroa, le dio un cheque en blanco a Bachelet. A pesar de que en la reunión que sostuvieron, esta candidata solo habría hecho mención a asuntos menores: “queremos generar más empleo, sin duda, incorporar a más mujeres al mundo laboral a través de nuevos programas de capacitación y entrenamiento, pero de nuevo: no cualquier tipo de empleo”. Más empleo, más capacitación: lo mismo que dice la derecha. Aunque en su programa se integraron de mala gana otras demandas, como la titularidad sindical, en sus discursos públicos intenta que pase disimulado.

Por su parte, el movimiento estudiantil se prepara a unir a la demanda por educación gratuita –que no está ganada aún- demandas por el co-gobierno y otras reformas al sistema universitario.
Seguir el camino de unidad obrero-estudiantil del 26/7 y 11/7 será decisivo para arrancar las demandas planteadas.

Poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora para la lucha de clases

De no avanzarse por este camino, podría, al menos por un período, pasivizarse la lucha de clases. Aunque la dinámica actual es a intensificarse, aún si se abriera un compás de espera. Avanzándose en la discusión de las reformas, habrá que quitar todo maquillaje, impedir todos los “matices”, no encandilarse con la arena de la disputa parlamentaria. Y eso sólo será posible con los métodos de la lucha de clases.

Para esto, hay que poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora para la lucha de clases.

Que se prepare para luchar -removiendo todos los obstáculos como el PC, sus direcciones burocráticas y los antineoliberales que sólo echan polvo sobre sus ojos-, para que la clase trabajadora, capaz de paralizar y poner en jaque a la clase patronal, una detrás de sus fuerzas, a todas las fuerzas de los estudiantes, pobladores y mapuche. Y abra el camino de una salida de los trabajadores independiente de toda variante patronal, a las contradicciones del conjunto del régimen, y terminar con toda la herencia de la dictadura, que sigue en pie.









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