Sobre la organización y la lucha por la anulación de elecciones
#YoSoy132, la organización y la lucha contra el régimen antidemocrático
25 Aug 2012 | En la Asamblea General Interuniversitaria (AGI) realizada en la ciudad de Morelia, los pasados 28 y 29 de julio fueron dos los debates que suscitaron mayor discusión.
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El primero de ellos, la Organización del Movimiento; sobre este punto, se planteó una propuesta de “descentralización del movimiento regionalizando los sectores, pero quitándole a la AGI su carácter resolutivo y de máxima toma de decisiones políticas" [1] para poner en pie una Coordinación Nacional Estudiantil no resolutiva, y “sólo operativa”.
Esta propuesta intenta arrogarse la simpatía y el apoyo de las Asambleas #YoSoy132 en los estados, que legítima y justificadamente han reclamado en reiteradas ocasiones desde la segunda AGI (11 junio) en la Universidad Iberoamericana, que se les otorgue verdadera representatividad dentro de las asambleas del Movimiento.
Esta propuesta de “regionalización” del movimiento, parece tener la intención de revivir a un ente similar a la antigua “Coordinadora Universitaria” (CU), que precisamente impuso en una de las Asambleas más antidemocráticas y burocráticas del movimiento la asignación de sólo dos votos para voceros de los estados, sin tomar en cuenta el número de Asambleas existentes en cada uno de ellos; en lugar de otorgarles tantos votos como asambleas existieran en ellos, de la misma forma que en el D.F., donde cada Asamblea cuenta con un voto.
La idea de regionalización evitaría la posibilidad de que hubiera acuerdos comunes para todo el #132, surgidos de la AGI, producto de la discusión política más amplia y democrática con base en el mandato de las asambleas locales. Haría posible que el pequeño sector que integrase la Coordinación Nacional Estudiantil se colocara por encima de las Asambleas Regionales y presentara como acuerdos posicionamientos políticos que atendieran a sus planteamientos y visiones. Como hizo la Coordinadora Universitaria en su momento y como vienen haciendo aún hoy algunos sectores, desconociendo ante los medios de comunicación por ejemplo los acuerdos de la Convención Nacional Contra la Imposición (CNCI) y el bloqueo a Televisa propuesto en ella, sin haberse discutido democráticamente en las Asambleas locales y en la AGI.
Los compañer@s de ContraCorriente consideramos que para garantizar la unidad del movimiento es indispensable que todo sea discutido en las asambleas de base de escuelas y facultades, desde las cuales salgan resolutivos hacia una Asamblea central como lo es hoy la AGI y que desde allí y atendiendo a los mandatos de estas asambleas de base se acuerden las acciones y posiciones políticas del #Yo Soy132. Toda decisión debe ser tomada por quienes sostienen el movimiento, para garantizar que su sentir se vea reflejado en el curso que tome. De esta manera lograremos que el movimiento siga unificado y pueda golpear como uno solo para continuar la lucha contra la “imposición” y encarar de mejor manera la situación que se abre en el periodo post electoral.
Por una Organización Nacional Estudiantil como herramienta de lucha
Existen voces que hablan de la conformación de una Federación Estudiantil u organismos similares, el problema es que este tipo de formas organizativas, suelen adoptar mecanismos burocráticos de funcionamiento, como la inexistencia de mecanismos de democracia directa, donde los “representantes” que son votados sólo cada determinado número de años, no atienden a la opinión de sus representados sobre la política a impulsar, elevándose por sobre ellos y transformándose en diques para la expresión de la base. Además, esta falta de sujeción constante al sentir de todos los estudiantes facilitaría la cooptación por parte los partidos políticos del régimen.
Es necesaria la conformación de una Organización Nacional Estudiantil (ONE) que esté pensada para la lucha y que funcione mediante mecanismo asambleario, con elección de delegados rotativos y revocables que actúen bajo mandato de asamblea. Así se garantizaría una democracia directa, que no reproduzca los vicios de esta “democracia formal” que el #YoSoy132 cuestiona. Una organización de este tipo funciona mejor ante escenarios de lucha, permitiendo que el sentir y opiniones de la base estudiantil que cambian al calor de la propia lucha y los acontecimientos, decida el rumbo a seguir. Estos mecanismos de democracia directa han mostrado su efectividad en el movimiento estudiantil del ’68 y la huelga del ’99 en la UNAM, con organismos como el CNH y el CGH. Esta tradición es la que hay que recuperar para poner en pie una herramienta hecha para la lucha independiente de los estudiantes.
Luchemos contra las instituciones de este régimen antidemocrático
El segundo tema que suscitó un debate fue la demanda de anulación de la elección, sobre la cual algunos consideran que debe ser la base de la lucha. Pero la cuestión es saber a qué nos enfrentamos realmente para conseguir éste y todos los reclamos que nacen de la antidemocracia del régimen. Cualquier lucha en este sentido debe tener en cuenta que pelea contra instituciones como el IFE, nacido luego del fraude del ’88 para legitimar al entrante gobierno salinista y las futuras elecciones de la falsa y desenmascarada “transición democrática”. El IFE y el TEPJF ya nos mostraron su papel en el fraude del 2006 y no hay porque esperar hoy algo distinto de ellas, cuando ya nos han anunciado que no existen causales de anulación de la elección, a pesar del escándalo del posible lavado de dinero a través de Monex o del desvío de recursos públicos a través de Scotiabank, los contratos de publicidad con Televisa y la compra de votos con tarjetas Soriana, la compra y coacción de votos, etc.
Por esto, la batalla por defender un derecho como el voto y echar atrás la “imposición” no puede ser separada de la lucha por la caída de las instituciones que avalan la antidemocracia y la intentan revestir de legitimidad. Solo sobre las ruinas de estas instituciones podemos garantizar el respeto de los elementales derechos y libertades democráticas. Hay que salir a gritar pues: ¡Abajo el IFE y el TEPJF, cómplices de las maniobras fraudulentas!
Como ha planteado el #YoSoy132 y la CNCI la lucha no debe detenerse aquí, pues tanto la democratización de los medios, como la defensa de nuestros derechos laborales, de la educación (como la importante lucha de los rechazados que el #YoSoy132 debería apoyar con todo), de la salud, de los recursos energéticos, también demandas del movimiento, requieren que confiemos sólo en nuestras fuerzas y métodos de lucha. Las movilizaciones y los paros propuestos en la CNCI debemos impulsarlos con todo en nuestros centros de estudio, ampliando nuestras asambleas y continuar llamando a los trabajadores y sus organizaciones a impulsarlos desde las bases mediante el método asambleario de discusión.
Pero para nosotros, ante esta lucha por la defensa de nuestras demandas, la salida de fondo para los millones de explotados y oprimidos, que padecen la antidemocracia, la explotación y expoliación imperialista, la represión y la pobreza, es luchar por un gobierno obrero, campesino y popular, que expropie a los “dueños de todo” (como los capitalistas de la TV) y reorganice a la sociedad en perspectiva socialista.
Sabemos que esta perspectiva revolucionaria no la comparte aún el conjunto de los jóvenes y trabajadores que se movilizan; ante eso, nosotros les proponemos luchar conjuntamente por una Asamblea Constituyente Libre y Soberana organizada democráticamente. En que participen en igualdad de condiciones todos los sectores, trabajadores, campesinos, jóvenes, mujeres, etc., presentando sus candidatos, sin limitaciones, con pleno acceso a los medios de comunicación y con representantes electos de un único distrito nacional (por ejemplo, 1 representante cada 20 mil habitantes).
En esta Asamblea Constituyente, cualquier trabajador, estudiante y organización podrá discutir cómo dar respuesta a sus intereses y reivindicaciones. Incluso, aunque no es un eje de nuestro programa como tal, cualquier individuo u organización podrá proponer allí la realización de nuevas elecciones, en las que no exista restricción de participación para ninguna organización obrera, campesina, política o social, incluyendo a las organizaciones socialistas y revolucionarias.
Es evidente que una Asamblea Constituyente de estas características no será convocada por las instituciones de este antidemocrático régimen. Para imponerla, será necesaria una gran movilización en las calles, con la más amplia organización democrática desde las bases, y donde la clase obrera y sus organizaciones se pongan al frente. Sólo con una gran lucha podrá garantizarse el respeto a la voluntad de las masas obreras, campesinas, juveniles y populares.
En ese camino, en unidad con los trabajadores y el pueblo, tendremos que poner en pie organismos amplios y democráticos e impulsar la preparación de una verdadera huelga general, como parte de una gran lucha contra los planes de hambre y miseria impuestos por la clase dominante y el imperialismo.
[1] Minuta oficial de la Asamblea General Interuniversitaria del Movimiento #YoSoy132 en Morelia, Michoacán.
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