AMLO, el MORENA y la “campaña de firmas”
23 Aug 2014
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Mario Caballero y Oscar Castillo
El 11 de agosto el MORENA anunció que hasta ese día contaban con 1 millón 600 mil firmas recolectadas, y en voz de Martí Batres, se anunciaban confiados en llegar a los 2 millones de firmas para exigir que se haga una consulta ciudadana sobre la reforma energética, reforma que comenzó a tener vigor ese mismo día.
Andrés Manuel López Obrador en su gira por los distintos municipios del país hace una constante denuncia sobre la corrupción del gobierno y la privatización de PEMEX y sus consecuencias, en cada discurso público habla del descontento que hay entre la gente debido a la aprobación de las reformas. Para AMLO la única forma de parar las reformas estructurales es la consulta ciudadana, confiando en que si junta los 2 millones de firmas, el mismo Congreso que aprobó dichas reformas aceptará la implementación de la consulta. Mientras se juntan las anunciadas firmas la reforma energética avanza, impulsada por los diputados y senadores comprados por las transnacionales que imponen una derrota histórica a los intereses de la nación.
En sus declaraciones, aunque AMLO menciona que los principales afectados por la privatización del petróleo serán las familias de los trabajadores, no les ofrece ninguna propuesta combativa ante esta gran ofensiva al servicio del imperialismo. La promoción de una consulta no solo no basta para frenar las reformas estructurales, sino que inmoviliza a los distintos sectores inconformes, mientras en el Congreso se avanza en la entrega del país y Peña Nieto aprovecha la inmovilidad de los trabajadores para apurar su implementación. Esta política pasiva, hace que las buenas intenciones se vuelvan contra las masas trabajadoras ante la política impotente de AMLO. Años atrás, pese a los miles de firmas, pasaron leyes como las del ISSSTE, el decreto de extinción de Luz y Fuerza o la Reforma Laboral.
Otra vez la misma política de llevar ese descontento al terreno de esas instituciones que han mostrado ya al servicio de quién están. El MORENA no tiene la intención de organizar a las masas de trabajadores y campesinas, ni mucho menos levantar un programa contra la entrega al imperialismo que movilice a todos los sectores de la población para recobrar la industria energética. La estrategia de la recolección de firmas es tan inofensiva para los planes del Estado, que al mismo tiempo el PRD hace su propia campaña de firmas para lavarse las manos de su responsabilidad en la aprobación de las reformas estructurales y su participación en el Pacto por México.
El MORENA y su Programa de lucha
Miles de mexicanos, desilusionados del alineado PRD, ven en el MORENA una opción de resistencia a la entrega del país. Y es que López Obrador ha sido un duro crítico de la reforma energética y de la colaboración del PRD con el gobierno de Peña Nieto. AMLO y el programa del MORENA repiten la palabra “lucha” un sin número de veces, sin embargo no convocan a una lucha efectiva basada en la huelga nacional y la movilización obrera y campesina contra la entrega de PEMEX al capital privado.
Sólo un llamado a los trabajadores y campesinos a organizarse de manera independiente de todos los partidos patronales, por la conquista de sus demandas y para defender sus tierras contra el despojo, y que estos sectores salgan a las calles a luchar por esto, va a detener la ofensiva en contra del pueblo pobre y trabajador que perfilan el gobierno y los patrones.
La “lucha” sin movilización para no romper el marco institucional, ni para aparecer radical ante los empresarios, favorece los planes del gobierno y de los patrones, pese al desacuerdo que López Obrador ha mostrado con la reforma energética. El MORENA a fin de cuentas necesita el visto bueno del sector empresarial para poder cumplir su objetivo electoral de llegar a ser una fuerza política oficial en el país y sacudirse la imagen que le dio el plantón del 2006, por el cual varios empresarios le retiraron su apoyo.
Aunque la denuncia hace énfasis en los aspectos más agudos del neoliberalismo, como la entrega del petróleo a las empresas trasnacionales, no cuestiona el modelo económico capitalista, lo que implicaría levantar una política anticapitalista. Pero el MORENA (cuyo impacto logrado es debido a la oposición de AMLO al gobierno), al obtener su registro como partido político, ha definido dar la “pelea” únicamente en ese Congreso donde no hay opción para los intereses de la población trabajadora, pues es allí en donde se han aprobado todas las leyes antiobreras que afectan a la población.
El MORENA y AMLO pretenden despertar el impacto que tuvo el PRD en sus orígenes. Pero los partidos de centroizquierda en todas partes han mostrado que sirven para legitimar a los regímenes antiobreros, autoritarios y pro-imperialistas.
En esta etapa en que las transnacionales petroleras van por más y no las frenarán las campañas de firmas (contra las que la misma ley energética se blindó), los socialistas del MTS saludamos los esfuerzos de la base del MORENA y los llamamos a organizarse de manera independiente para movilizarnos juntos en las calles y luchar de manera efectiva en contra de los planes económicos que hacen que la crisis caiga en los hombros de los trabajadores, los campesinos y el pueblo pobre. Lo único que va a detener estas reformas es la organización independiente de estos tres sectores, con la perspectiva de cambiar este sistema económico de raíz, dando una lucha frontal en contra del imperialismo y del capitalismo, organizándonos en nuestros centros de trabajo y en nuestras comunidades para construir un gran paro nacional de organizaciones sindicales, campesinas, estudiantiles y sociales para echar atrás sus reformas.
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