Censura en los medios mexicanos: Carmen Aristegui, los motivos reales del despido

18 Mar 2015   |   comentários

El despido de Carmen Aristegui y dos de sus colaboradores de MVS Radio es sin duda un acto de censura a quienes han ejercido una labor crítica situada al margen de una tradición periodística subordinada al poder o instalada en "la crítica prudente a la que muchos se acomodan”, como decía Julio Scherer. Sofía Yañez @Sophiemexdf

Censura en los medios mexicanos: Carmen Aristegui, los motivos reales del despido
El despido de Carmen Aristegui y dos de sus colaboradores de MVS Radio es sin duda un acto de censura a quienes han ejercido una labor crítica situada al margen de una tradición periodística subordinada al poder o instalada en "la crítica prudente a la que muchos se acomodan”, como decía Julio Scherer.

Sofía Yañez
@Sophiemexdf

El "crimen" de la comunicadora fue exigir la reinstalación de los periodistas Daniel Lizárraga e Irving Huerta, quienes dirigieron la investigación sobre la "Casa Blanca" de Angélica Rivera, que desnudó el pago de favores entre la constructora Higa y la presidencia de la República.
Los intereses económicos y políticos van por delante en estos ceses: contratos gubernamentales y licitaciones pérdidas son el trasfondo en la decisión tomada por la acaudalada familia Vargas, que además buscóevitar a toda costa aparecer como una empresa donde los empleados mandan, sin importar de quién se trate.
En 2014, México se ubicó como el país "más mortífero del continente americano para los periodistas" según informes de Reporteros Sin Fronteras. En ese contexto, la salida de Aristegui deja en condiciones más adversas al ejercicio periodístico crítico en el país.
Sin ser Carmen una comunicadora que haya desarrollado su profesión en situaciones represivas o de hostigamiento de caciques o narcos (como muchos de los reporteros asesinados o exiliados) su despido sienta precedente para el despliegue de una mayor censura y “control” sobre el periodismo considerado independiente, de acuerdo con los dictados e intereses del régimen político y los poderosos, que pretende inhibir toda voz que le incomode.
Estos despidos se inscriben en la actual ofensiva reaccionaria que impulsa el gobierno y la clase dominante, después de las multitudinarias movilizaciones de octubre y noviembre, y que hoy busca "superar" la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, criminalizar la protesta en calles del país, por desviar el descontento a las urnas electorales.
Es un ataque a las libertades democráticas y pretende sentar un “ejemplo” de lo que le sucede a quienes critican al gobierno, aún si son periodistas reconocidos internacionalmente y con altos niveles de audiencia. Pretende también restablecer la imagen de fortaleza e “intocabilidad” del gobierno y sus funcionarios, suprimiendo a una periodista que se había vuelto “incómoda”.
Ataques a los trabajadores de prensa
Si bien existe la posibilidad de que Aristegui y su equipo mantengan su ejercicio periodístico en Internet, en su sitio web o en otro, su suspensión cierra además un espacio de crítica y análisis al que podían acceder millones de trabajadores, estudiantes o amas de casa gracias a la potencialidad de la radio, tal como sucede hoy con la televisión pública donde prevalecen los contenidos basura.
Un punto adicional que sale a la luz con el escandalosa rescisión de periodistas como Lizárraga, Huerta y la misma Aristegui es la situación que atraviesan cientos de trabajadores de los medios de información, donde prevalecen los contratos individuales, las diferencias salariales abismales y la carencia de cualquier organización independiente que permita hacer frente a injusticias patronales.
El derecho legítimo a la asociación y a la defensa de intereses colectivos como trabajadores de los medios informativos están vedados. Los más desprotegidos en la ruptura Aristegui - MVS son sin duda los colaboradores, reporteros, redactores y demás personal operativo que no goza de un nombre que les “abra las puertas” laborales en otros medios y que deberán acatar los “nuevos lineamientos” patronales y lesivos de toda libertad de expresión si desean mantener el empleo, sin contar con que al ser del equipo “disidente” seguramente estarán bajo escrutinio y acoso constante para que no vayan a cometer la osadía de cuestionar las decisiones de la empresa.
Tú no pierdes Joaquín
Al difundirse la noticia del cese de Carmen, diversos periodistas progresistas expresaron su repudio al despido e incluso colaboradores como Denise Dresser y Enrique galván Ochoa anunciaron su salida de MVS en solidaridad con Aristegui.
El alfil del régimen peñanietista Joaquín López Dóriga se unió a las voces que lamentaron el hecho. Publicó en Twitter: “Lamentable. Carmen Aristegui fuera de MVS. Perdemos todos”
El tuit parece una broma de mal gusto pues no, el periodismo chayotero y criminalizador que representa López Dóriga no pierde nada, ni la sonrisa.









  • No hay comentarios para este artículo