MTS - Movimiento de los Trabajadores Socialistas

Las claves de esta reforma incluyen la creación de una Constitución propia, el establecimiento de demarcaciones territoriales -gobernadas por un alcalde y concejales- que sustituirán a las actuales 16 delegaciones. Asimismo, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal dará paso a un Congreso Local, que tendrá la facultad de aprobar reformas constitucionales.

Según señalan distintos medios, 23 congresos estatales aprobaron la reforma política del DF. Entre ellos, Aguascalientes, BCS, Campeche, Chiapas, Chihuahua, Coahuila, Durango, Edomex, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Puebla, Querétaro, Quintana Roo, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas.

Así es que el Congreso de la Unión ratificará la constitución de la Ciudad de México como el estado número 32, que seguirá siendo sede de los poderes nacionales.

El represor Miguel Ángel Mancera -que llegó a jefe de gobierno del Distrito Federal como candidato independiente del PRD- con la aprobación de esta reforma política en acuerdo con el PRI, se anotó un punto a su favor en la carrera de los presidenciables hacia los comicios de 2018.

Una Asamblea Constituyente antidemocrática
Se convocarán elecciones para los diputados a la Asamblea Constituyente que elaborará Constitución Política de la Ciudad de México, que se prevén para el próximo 5 de junio, la misma fecha de las elecciones a gobernador, legisladores locales y presidentes municipales en 14 estados.

La Asamblea estará compuesta por cien diputados constituyentes. Sesenta de ellos serán electos según el principio de representación proporcional, mediante una lista votada en una sola circunscripción plurinominal. Esto significa que no se votan candidatos, sino partidos.

A su vez, 14 senadores serán designados por el voto de las dos terceras partes de los integrantes presentes de la Cámara, a propuesta de su Junta de Coordinación Política (Jucopo). Y 14 diputados federales designados por el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes de la Cámara, a propuesta de su Junta de Coordinación Política.

Por último, seis diputados constituyentes serán designados por el presidente Enrique Peña Nieto y seis más por Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal.

La juventud, los trabajadores y los sectores populares serán los convidados de piedra.

Como decíamos acá, “De esa forma se aseguran además prácticamente una mayoría de asambleístas que respondan a estos partidos e instituciones. Por otra parte, el restante 60% será electo con base en la antidemocrática legislación electoral, que impide, apelando a todo tipo de restricciones y mecanismos procriptivos, que las organizaciones obreras y de izquierda podamos, en caso de así considerarlo, participar con nuestro programa en los procesos electorales. Esto muestra, además, que este régimen es profundamente antidemocrático, y que está lejos de ser ‘reformable’, como sostiene la dirección de Morena.”

La tarea de estos constituyentes, muchos de ellos parte del PRI-PAN-PRD -los partidos de las reformas estructurales- será elaborar la Constitución política de la Ciudad de México.

Nada bueno se puede esperar de los partidos que reprimen al magisterio combativo que ha enfrentado la reforma educativa, a quienes votaron la entrega de los recursos energéticos del país al capital privado nacional y extranjero, la nefasta reforma laboral que hizo de México el paraíso de las inversiones por los bajos salarios que se perciben en la industria.

Nada se puede esperar del PRI-PAN-PRD, los sórdidos partidos responsables de la noche negra de Iguala y la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, de la criminalización de la protesta social, de la represión de las manifestaciones.

A pesar de que los dados de esta jugada ya están cargados, el Morena, liderado por Andrés Manuel López Obrador, anunció su participación en las elecciones a representantes para la Asamblea Constituyente.

¿Qué intereses pueden ventilarse en esa cueva ladrones? Seguramente no serán los de los trabajadores precarizados y controlados por la CTM y la CROC; ni de los de cientos de mujeres asesinadas bajo el régimen de la alternancia, ni los crímenes de odio, ni la mafia policial que asesina, tortura y extorsiona; ni bajará los impuestos a los capitalinos; ni mucho menos desconocerá la deuda pública de la Ciudad que pagamos los que vivimos en ella.

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