La Caravana al Sur
Continúa la lucha contra la militarización
26 Sep 2011
| comentários
Del 9 al 19 de septiembre se realizó en los estados del sur del país una segunda caravana convocada por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD). Los participantes de la Caravana al Sur, entre ellos la delegación de la Liga de Trabajadores por el Socialismo, recorrieron los estados de Morelos, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, cruzaron la frontera sur hacía Guatemala y, de regreso al D.F., pasaron por Tabasco, Veracruz y Puebla.
La participación de la delegación de la LTS en esta nueva caravana es parte de las acciones contra la militarización que como parte de la Coordinadora Metropolitana contra la Militarización (COMECOM) impulsamos después de la primera Caravana a Cd. Juárez y luego de la firma del Pacto Ciudadano en aquella ciudad, por parte de las organizaciones sociales, de izquierda, de derechos humanos y estudiantiles que nos sumamos a la misma.
Antes de la Caravana y al lado de las organizaciones que conforman la COMECOM impulsamos ya un par de Fiestas contra la Militarización, la última de ellas el 19 de agosto; y también tres Caminatas contra la Militarización del país, el 17 de julio, el 18 de agosto y el primero de septiembre de este año, además de una campaña contra la Reforma a la Ley de Seguridad Nacional, misma que incluyó un importante Foro en la Facultad de Derecho de la UNAM. Estas actividades, para exigir el regreso de los militares a los cuarteles y el fin de la “guerra contra el narcotráfico”, han contado con la participación de cientos de personas, en su mayoría jóvenes.
La intención de estas acciones y de estas movilizaciones en las calles, así como nuestra participación en la COMECOM y la Caravana al Sur es la de apostar a la conformación de un gran movimiento en las calles contra la militarización del país, sobre la base de la organización independiente del pueblo y los trabajadores, mediante comités en centros de trabajo, barrios, escuelas y poblados. Consideramos que es esto lo único capaz de terminar con la militarización del país y su secuela de encarcelamientos, torturas, desapariciones y muertes de la población inocente.
Los testimonios recogidos a lo largo de la Caravana al Sur del país nos muestran nuevamente, como lo hiciera ya la Caravana al Norte, el panorama de criminalización, desapariciones forzadas, asesinatos y violación a derechos humanos que ha traído consigo la militarización; pero nos ha traído también valiosos ejemplos de cómo debe enfrentarse el clima represivo y de muerte consecuencia de la presencia de los militares en las calles. Uno de estos testimonios, es el de los profesores de preescolar, primaria y secundaria de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), quienes mantienen desde hace varias semanas un paro de labores en protesta contra la “guerra al narcotráfico” y los niveles de violencia que implica para los trabajadores y sectores pobres de la población.
Retomar estos ejemplos, así como la organización y movilización independiente de los trabajadores, se hace más que urgente hoy frente a la intención del Congreso de refomar la Ley de Seguridad Nacional que afianzará, en caso de ser aprobada, la presencia del ejército en las calles y legalizará tanto el recorte de libertades democráticas como la impunidad de los militares ante violaciones a derechos humanos.
Los retos después de la Caravana
En algunas ciudades de las que ha pisado la Caravana al Sur existen sectores y organizaciones que consideran que la estrategia de diálogo y acercamiento con el gobierno calderonista impulsada por Javier Sicilia y los dirigentes del MPJD ha tenido nulos resultados positivos y que por el contrario ha permitido debilitar el movimiento y legitimar al gobierno responsable de los 50 mil asesinatos, los secuestros de migrantes, las desapariciones forzadas, las narcofosas, los juvenicidios y los feminicidios. Por otra parte, Sicilia ha planteado una vez más su confianza en el régimen político, al proponer la idea de un “candidato de unidad” para el 2012, como la forma de “garantizar el cumplimiento de las demandas ciudadanas, como el cambio a la estrategia de seguridad”; cuando es evidente que las instituciones como el Congreso de la Unión y los partidos que lo integran son impulsores de la actual “estrategia de seguridad”, como se muestra en las reformas a la LSN.
Las críticas existentes a la postura de Javier Sicilia, que es visible entre las organizaciones asistentes a la Caravana al Sur y aquellas que reciben a la misma y participan de los actos que se realizan en cada ciudad, debe ser aprovechada para sumar a las organizaciones de trabajadores, de izquierda y populares a la lucha contra la militarización del país y sus fatales consecuencias, cosa que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad encabezado por Sicilia se ha negado a hacer.
Es necesario poner en pie un Movimiento Nacional contra la militarización, que exija la salida inmediata de los militares de las calles y su vuelta a los cuarteles, a la vez que permita la participación en forma democrática de los sectores que enfrentan la militarización y que sea independiente de las instituciones y el gobierno reaccionario de Calderón. En ese sentido, es fundamental que las organizaciones obreras se sumen a esta tarea: los sindicatos tienen que impulsar acciones de movilización para enfrentar la militarización, unificando las demandas laborales con la lucha en defensa de los derechos democráticos de la población oprimida y explotada. Esta es la perspectiva que impulsan nuestros compañeros de la delegación de la LTS en el viaje por el sur del país y Guatemala, convocando al Encuentro Nacional contra la Militarización que se realizará en el mes de octubre y que es impulsado por la Coordinadora Metropolitana contra la Militarización (de la cual formamos parte) y por distintas organizaciones más, que vienen luchando contra la militarización en varios estados del país.
En este Encuentro desde la LTS y la Agrupación estudiantil Contracorriente propondremos se resuelva un plan de lucha nacional y un programa que debe retomar lo más avanzado del Pacto de Ciudad Juárez, acordado como parte de la primera Caravana al Norte del país y desconocido luego por Sicilia y sus cercanos; esto es, la demanda de desmilitarización inmediata del país, la cancelación del Plan Mérida y de toda “cooperación” en materia de seguridad con el gobierno de EE.UU.
Pero además, el Encuentro debe superar estas demandas integrando la de la legalización de las drogas y el ataque a las finanzas del narcotráfico, poniendo fin a los negocios de la banca cómplice de lavado de dinero, como única forma de acabar con el poder económico de los cárteles de la droga, expropiando sus propiedades.
También Debe retomar la necesidad de poner en pie organismos de autodefensa que permitan a los trabajadores, campesinos, pueblos indígenas y el pueblo pobre defender su vida e integridad física del ejército, los paramilitares y las bandas de narcotraficantes.
No hay comentarios para este artículo