La crisis en Bolivia
Curas y Prefectos se reúnen en Cochabamba
11 Apr 2008
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Durante los últimos días se ha vuelto a recalentar la situación boliviana. Se reavivan los forcejeos entre la política conciliadora del gobierno de Evo Morales (MAS) y la derecha, referenciada en los comités cívicos de la llamada “media luna” (región conformada por Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) que intenta imponer su reaccionaria autonomía, llamando a un referéndum para principios de mayo. Evo Morales y la derecha se encuentran entre el diálogo y la confrontación.
La crisis política se tensa a medida que se acerca el 4/5, fecha en que el Prefecto Costas y el Comité Cívico de Santa Cruz impulsan un referéndum para legalizar su reaccionario y antidemocrático “estatuto autonómico”, y dar así nuevos pasos en una autonomía departamental de hecho. A este le seguirían referendos similares en la “media luna”. Esta fuerte ofensiva de la oposición proimperialista plantea una prueba de fuerza clave, puesto que mientras las burguesías regionales de la “media luna” quieren imponer sus autonomías como muro defensivo del control de las tierras y recursos naturales, el MAS intenta avanzar con la nueva Constitución Política del Estado (CPE), clave de su proyecto de reformas.
Esta situación de “régimen quebrado”, hace crecer la preocupación en los medios regionales por una escalada incontrolable en la confrontación y aumenta las presiones para una negociación.
La semana anterior Dante Caputo, Secretario de Asuntos Políticos de la OEA y altos representantes de Argentina, Brasil y Colombia, arribaron a Bolivia para reunirse con miembros del gobierno y la oposición y explorar una “mediación”. Caputo señaló “Soy consciente de las dificultades, de los niveles de desacuerdo que se han planteado en Bolivia, pero también soy consciente de la necesidad de resolverlo (...) las tensiones deben resolverse por vía pacífica”. Por su parte el canciller Amorim, de Brasil, comparó a Evo con Lula, dándole un importante respaldo político. La OEA y los gobiernos vecinos pusieron algunos límites a las pretensiones más exageradas de los autonomistas del Oriente, despertando el disgusto de varios voceros que piden una mayor injerencia de Estados Unidos y la Unión Europea.
El 7/4, después de largos contactos “entre bambalinas”, la Iglesia (que con su viejo olfato reaccionario se propone como “facilitadora”) y los prefectos de la “media luna” se encontraron en Cochabamba para discutir los términos en que podría reabrirse el “diálogo” con el gobierno. Aunque el MAS, por boca de García Linera, insinuó reabrir el tratamiento de la CPE y Evo pide a la Iglesia y los “gobiernos amigos” que se inicie el diálogo; los cívicos cruceños insisten en mantener el referéndum del 4/5 buscando asegurarse un triunfo político contra el gobierno para, en todo caso, volver a la mesa de negociaciones con mejores cartas en la mano.
Es posible que, mientras se siguen tanteando condiciones, el forcejeo se endurezca (con choques e incluso muertos y heridos) aunque nadie parece querer enfrentamientos como los de Sucre y Cobija a fines de 2007. Más bien, tienden a converger en las urnas pese a la pugna en torno a los referéndums; como muestra Chuquisaca donde el enfrentamiento entre el MAS y el Comité Interinstitucional ha sido canalizado de común acuerdo a las elecciones del 29/6 para elegir nuevo prefecto.
El debilitamiento de Evo
La táctica de “pegar para negociar” impulsada desde fines de 2007 para lograr la aprobación de la nueva Constitución está fracasando y la oposición ve su oportunidad de “pegar”. Esto provoca disputas internas en el MAS, como lo muestra la renuncia del vocero presidencial Contreras-, figura importante del gabinete que renunció atacando al ala más “dura”.
El desgaste político es acelerado por los problemas económicos(inflación y desabastecimiento que afectan al bolsillo popular) cuando se acerca la mitad del mandato de Evo. Así, comienza a percibirse un cierto “efecto UDP” (o sea, a un agotamiento acelerado, jaqueado entre la derecha y el descontento popular), ya que el curso a la derecha de la política oficial no alcanza para satisfacer a la burguesía ni recuperar apoyo en las clases medias urbanas, pero aumenta la impaciencia entre los trabajadores y el pueblo pobre. Los elementos de crisis se extienden a la izquierda del MAS, como muestran los tímidos escarceos de la Central Obrera Boliviana (COB) y otros sectores sindicales. Por ejemplo, como la Central Obrera Regional (COR) de El Alto, cuyo ejecutivo, el masista Edgar Patana, reclamó cambios en el gabinete y advirtió que el gobierno “si no cambia de timón podría caer” (El Alteño, 2/04/08). Sin embargo, el reciente congreso de la FSTMB (mineros) mostró que el oficialismo puede mantener el control burocrático y “disciplinar” a los sectores críticos.
La estrategia de la derecha
El MAS y sus aliados denuncian conspiraciones de la embajada yanqui, la amenaza de “división del país” y el peligro de guerra civil... pero para justificar su estrategia de conciliación con la reacción. Sin descartar que una escalada en la confrontación actualice esas amenazas reales ante un salto en la crisis o nuevas erupciones de la lucha de clases, la estrategia actual de los sectores clave de la burguesía y el imperialismo sigue siendo desgastar al MAS, diluir al máximo sus reformas o hacer que queden en el papel, para imponer una reconstrucción del régimen político-estatal más favorable a sus intereses.
Sin embargo, la oposición no tiene todas las cartas a favor, pues enfrenta a un poderoso movimiento de masas, que aunque contenido por la política de colaboración de clases del MAS, mantiene su fuerza y combatividad. Además, la enorme polarización social y política, si bien empuja a la derecha a la clase media urbana, también se hace sentir en las regiones cuestionando el control de los “cívicos”. El ejército y la policía (pese a la crisis de ésta última) se mantienen alineados con la “institucionalidad”, preservándose, y sus cúpulas aparecen afines al gobierno. Además, la derecha es más bien un frente único de oposición con varias corrientes que un sólido bloque. El autonomismo es fuerte a nivel local, pero no constituye una alternativa política nacional unificada y la oposición parlamentaria (PODEMOS, UN, MNR) sigue siendo débil. En este marco, seguir la estrategia de presión y desgaste sobre el gobierno le está dando buenos resultados a la derecha y permitiendo avanzar como hace dos años hubiera parecido imposible. Así, buscan imponer fuertes autonomías como contrapeso al gobierno central, dejar en el aire la nueva Constitución, obligar a Evo a administrar las dificultades económicas con medidas impopulares, mientras preparan un recambio burgués para 2010 o antes (si se “udepiza” el gobierno).
Crece la impaciencia entre los trabajadores y el pueblo
Al mismo tiempo que en amplios sectores populares se discute cómo parar a la derecha, y organizaciones de masas en sectores de Santa Cruz (San Julián, Yapacani, Plan 3.000), discuten cómo enfrentar el referéndum de los “cívicos”, la situación económica alimenta un extendido malestar social y tendencias a luchas populares. Esto se expresa en medidas progresivas de minoristas como los carniceros de La Paz-El Alto, rechazando el aumento del precio por los ganaderos, protestas populares contra la suba del aceite, la importante movilización y paro cívico de Camiri que planteó la nacionalización petrolera, el malestar en la policía (huelga de los efectivos “asimilados” de Seguridad Física Privada), y luchas obreras como la huelga de dos semanas de los mineros de Colquiri, el actual paro indefinido de los 4.900 mineros de Huanuni por aumento salarial, el paro nacional de 24 horas de los trabajadores de salud, protestas del magisterio urbano, de ECOBOL (Correos) y otras.
Sin embargo, más allá de algunos gestos, las cúpulas de la COB (que no volvió a plantear medidas desde marzo), COR-El Alto, la nueva FSTMB y otras, se niegan a desarrollar y centralizar este proceso, frenando y “mirando para otro lado” para no perjudicar al gobierno, con lo que sólo favorecen a la demagogia de la derecha que trata de capitalizar el legítimo descontento popular.
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Para derrotar la ofensiva reaccionaria
Para derrotar la ofensiva de la reacción, el único camino es la movilización. Desde la LOR-CI llamamos a luchar por:
¡Boicot al referéndum autonomista del 4 de mayo!
Por el aumento salarial de emergencia del 30%, en el camino de un salario equivalente a la canasta familiar y con escala móvil. Impulsar Comités populares de control de precios y abastecimiento.
Nacionalización de las aceiteras, la agroindustria y el petróleo, sin pago y bajo control de los trabajadores.
Monopolio estatal del comercio exterior.
Comités de autodefensa obrera y popular contra los ataques de los grupos de choque de la reacción.
Imponer un verdadero plan de lucha de la COB, ampliamente discutido y preparado desde las bases.
Recuperar la independencia política y organizativa de la COB y los sindicatos.
Es necesario superar la subordinación al gobierno y su política de colaboración de clases con la burguesía que sólo sirve para atar las manos de los trabajadores, campesinos y pueblos originarios.
Por ello, es impostergable el combate por poner en pie un polo por la independencia política de los trabajadores y el reagrupamiento de los sectores más avanzados de los trabajadores y la juventud que están avanzando en la experiencia política con el proyecto reformista y populista-indigenista del MAS.
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