Elecciones en Brasil: Dilma ganó pero hay segunda vuelta

18 Oct 2014   |   comentários

Dilma Rousseff ganó el primer turno con 41.6% de los votos, pero no le alcanzó para asegurarse la victoria. Aécio Neves fue la sorpresa obteniendo 33.6% y se mete en la disputa de la segunda vuelta. Marina Silva fue la principal derrotada con 21.3%. Estas elecciones se realizan en el marco de un fuerte deterioro de la economía y de un clima social agitado por el (...)

Dilma Rousseff ganó el primer turno con 41.6% de los votos, pero no le alcanzó para asegurarse la victoria. Aécio Neves fue la sorpresa obteniendo 33.6% y se mete en la disputa de la segunda vuelta. Marina Silva fue la principal derrotada con 21.3%. Estas elecciones se realizan en el marco de un fuerte deterioro de la economía y de un clima social agitado por el descontento.

A pesar de la crisis abierta con las movilizaciones de junio de 2013, que cuestionaron al régimen político y levantaron demandas populares como la salud, la educación y el transporte, con importantes huelgas, como la de los recolectores de residuos de Rio, los choferes de camiones y los trabajadores del metro de San Pablo o los trabajadores de la Universidad de San Pablo, este descontento no tuvo expresión política.
Las clases medias acomodadas, concentradas en el estado de San Pablo, y en estados del sur optaron por la derecha tradicional del PSDB. El PT ganó en los estados del norte, tradicionalmente más pobres, pero perdió su hegemonía histórica en el ABC, la principal concentración obrera de donde surgió Lula, aunque conservó peso entre los trabajadores y sectores populares que optaron por el PT como mal menor frente a la posibilidad de que la derecha neoliberal retornara al poder. Con ese mismo argumento el PT espera ganar en segunda vuelta.

Retroceso del PT

Dilma Rousseff, actual presidenta y candidata por el PT deberá disputar la segunda vuelta con Aécio Neves del neoliberal PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña del expresidente Cardoso, conocidos como “tucanos”), el candidato predilecto de la gran burguesía paulista. El PT obtuvo el porcentaje más bajo desde que llegó al poder hace 12 años.

Marina Silva, candidata del Partido Socialista Brasileño (PSB), que había buscado capitalizar la crisis de representatividad y el desprestigio de la “clase política” tradicional, terminó tercera. Este resultado se debe a su postura reaccionaria frente al derecho al aborto, y neoliberal en lo económico planteando la necesidad de ajustes presupuestarios.

El PT gobierna al servicio de los capitalistas

Más allá de su nombre, el Partido de Trabajadores primero bajo Lula y ahora con Dilma gobierna al servicio de los capitalistas. Es parte fundamental de la corrupción del régimen, y se sostiene en una alianza reaccionaria con sectores evangélicos y el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el partido tradicional de la oligarquía brasilera que salió fortalecido y condicionará aún más al segundo mandato de Dilma si se impone en el ballotage.

Para tranquilizar a los “mercados” Dilma anunció que, en caso de ser reelecta, nombrará a algún empresario como ministro de Hacienda. En el plano regional, se espera que Dilma profundice su avance hacia un mayor acercamiento con EEUU y la Alianza del Pacífico y le dé nuevo impulso a un tratado de libre comercio con la Unión Europea, resistido sobre todo por Argentina y otros socios del Mercosur.

Sin alternativa electoral por izquierda

El PSOL (Partido Socialismo y Libertad) no representó una alternativa nacional a los millones que despiertan políticamente frente a la crisis de representatividad abierta en junio de 2013. Ni tampoco apareció como alternativa para los trabajadores que este año protagonizaron la mayor oleada de huelgas desde los ‘90. Incluso ha llegado a apoyar medidas antiobreras en el parlamento y cuenta con el financiamiento de una importante cadena de supermercados.

Otras organizaciones de la izquierda como el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU) y el Partido de la Causa Obrera (PCO), tuvieron la misma votación marginal que en las últimas elecciones.

Dilma y Aécio son variantes capitalistas

Ambos se preparan para descargar los costos de la crisis económica que se avecina en el país sobre las espaldas de los trabajadores. Para el segundo turno el PSOL llaman “al voto nulo, blanco o a Dilma”: es sólo coherente con la conciliación de clases. Sin embargo, el “voto útil” a Dilma contra los tucanos no es una alternativa porque legitimará las medidas que serán implementadas contra los trabajadores y el pueblo en el próximo período en caso de que el PT se imponga en el ballotage.

Desde la Liga Estrategia Revolucionaria –Quarta Internacional (organización hermana del MTS de México), llamamos a los jóvenes y trabajadores a votar nulo en el segundo turno, al mismo tiempo que llamamos a abrir el debate sobre la construcción de un nuevo partido revolucionario de la clase trabajadora, en base a las lecciones sobre la experiencia del PT y la impotencia de la izquierda actual. Un partido que reúna a los sectores más destacados de las huelgas que sacudieron al país este año y de la juventud que salió a las calles en junio y continúa luchando contra este sistema político de explotación y opresión.

Recuadro:
Brasil-Universidad de San Pablo (USP)
Tras 116 días, los trabajadores de la USP vencen y finalizan la huelga

Fernando Pardal

Los trabajadores de la Universidad de San Pablo (USP) decidieron el 19 de septiembre finalizar la huelga. Con el apoyo de estudiantes y docentes de la USP y de otras universidades estatales paulistas, los trabajadores vienen de protagonizar la huelga más larga de la historia de la universidad contra los diversos ataques de la rectoría y el gobierno.

Declarada contra el ajuste salarial impuesto por los rectores de las universidades, la huelga se extendió y enfrentó ataques como la desvinculación de los hospitales universitarios (de la esfera de las universidades) y un plan de “retiros voluntarios” que tenía como meta eliminar a un tercio de los trabajadores de la universidad.

Basándose en la organización de un comando de huelga con delegados electos en cada facultad y edificio de la USP, los trabajadores y trabajadoras lograron llevar adelante medidas como piquetes en los lugares de trabajo y actos en las calles que levantaban las demandas de la población. Además de eso, la huelga de la USP desplegó acciones de solidaridad con otras luchas obreras como la de Lear y Donnelley en Argentina, o la huelga del metro de San Pablo. Con estos métodos los trabajadores fueron capaces de derrotar las duras ofensivas de la rectoría, como el recorte de salarios de los trabajadores en huelga, la represión policial a los piquetes o la prisión absolutamente ilegal de uno de los delegados del comando de huelga durante 45 días.

De forma inédita la huelga de la USP fue llevada ante la justicia, pero la fuerza de los trabajadores permitió imponerle al tribunal que obligase a la rectoría a conceder un reajuste salarial del 5.2% y un bono salarial retroactivo, con este reajuste, al primero de mayo.

Los trabajadores se mantendrán organizados y en estado de alerta para combatir las medidas que no fueron derrotadas, como los “retiros voluntarios” del Consejo Universitario. De la misma forma, para hacer cumplir y mantener bajo vigilancia de los trabajadores la garantía arrancada públicamente al gobernador del PSDB, Geraldo Alckmin, de no desvincular a los hospitales universitarios y centros de salud de las universidades públicas.









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