MTS - Movimiento de los Trabajadores Socialistas

FORO EN LA FACULTAD DE CIENCIAS: “LA IMPOSIBILIDAD DE LA CREMACIÓN DE LOS 43 ESTUDIANTES EN EL BASURERO DE IGUALA”

Erika Millán

El 04 de febrero se realizó en la Facultad de Ciencias de la UNAM un foro titulado “La imposibilidad de la cremación de los 43 estudiantes en el basurero de Iguala”, que contó con la participación de Jorge Antonio Montemayor del Instituto de Física de la UNAM, Pablo Ugalde Vélez de la UAM Azcapotzalco y José Martínez Cruz de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Morelos.

El foro fue organizado por estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias que se reunían en las asambleas celebradas desde octubre pasado, y que han procurado mantener vivo el espíritu de lucha y organización haciendo este primer escenario en el semestre para reorganizar las fuerzas y para llenar de contenido las consignas “Fue el Estado”,“Fuera Peña”, avanzando en la discusión de las estrategias de lucha y entendiendo que hay más sectores de la población que tienen que hacerse parte de la lucha.

Las declaraciones de diversos funcionarios del gobierno intentan apagar la llama que encendió la desaparición de los 43, diciendo que hay que superarlo y afirmando lo indefendible como el hecho de que la “verdad histórica” es que los normalistas fueron calcinados en Cocula por el narcotráfico –hecho que se desmintió por completo en las ponencias-. En ese marco, hicieron la invitación a participar en la próxima asamblea a realizarse el martes 10 de febrero.

No es improbable, es imposible Montemayor y Ugalde iniciaron su ponencia explicando que ellos son la cara visible de un proyecto más amplio de científicos que se han dado a la tarea de corroborar científicamente los “hechos” sobre el supuesto asesinato y calcinación de los normalistas. Dicho esto, procedieron a explicar lo que afirman: los 43 normalistas no pudieron ser cremados en el basurero de Cocula.

¿Cuál es la versión de la PGR? La noche del 26 de septiembre, los 43 normalistas fueron llevados al basurero por sicarios del grupo Guerreros Unidos creyendo que eran parte de “Los Rojos” –el cártel enemigo en la región-. Algunos ya estaban muertos, los que quedaban vivos fueron ejecutados y llevaron todos los cadáveres al basurero. Ahí les encendieron fuego utilizando diésel, llantas y leña. Al día siguiente, cuando los cuerpos estuvieron calcinados, juntaron los restos, los metieron en bolsas y los arrojaron al río San Juan.

Los ponentes revelaron una serie de elementos contradictorios a dicha versión a partir de un análisis después de observar el espacio donde supuestamente se cometió el crimen. Al llegar al lugar hay una pendiente poco lisa, con gran cantidad de rocas, por lo que al bajar rodando 43 cuerpos hubieran dejado restos de sangre, cabello, piel o algún rastro, evidencia que no existe. Para quemar 43 cuerpos con leña y llantas se requieren cerca de mil llantas o 33 toneladas de leña. Resulta imposible que entre seis personas hayan llevado tanto material al lugar en tan sólo una noche.

Según la PGR, por las piedras encontradas en el lugar, se pudo determinar que en el incendio se alcanzó una temperatura de 1 600 grados. Los científicos, basándose en observaciones del lugar cubierto con vegetación dos meses después del incendio, afirman que, por un lado, si se hubiera alcanzado tal temperatura no habría vegetación tan pronto, y por otro, que en un espacio al aire libre es imposible alcanzar esas temperaturas.

En relación a los restos calcinados, recuerdan que el procurador habló de la imposibilidad de hacer muestras de ADN porque el hueso se deshacía entre los dedos. Montemayor mencionó en su ponencia lo difícil que resulta reducir a cenizas los huesos. Aún con tecnología avanzada, siempre quedan restos sólidos. En pocas palabras, la versión de los hechos que da la PGR no es muy improbable, es simplemente imposible.

Sobre la desaparición forzada.
Posterior a la ponencia de los investigadores, tomó la palabra José Martínez, quien explicó que la desaparición forzada es un mecanismo de poder que históricamente ha sido utilizado por el Estado. Se han oído centenas de casos de desapariciones de luchadores sociales desde los años de la guerrilla de Lucio Cabañas, los años de guerra sucia, o incluso en casos domésticos como sucedió en una fiesta en Cuernavaca en 2011, donde desaparecieron a dos jóvenes, Jethro Sánchez y Horacio Hernández, resultando el primero asesinado por el ejército.

Denunció que en el caso Ayotzinapa a la fecha no se ha seguido la línea de desaparición forzada porque, supuestamente,quien mandó cometer el crimen contra los estudiantes fue María de los Ángeles Pineda –que no es funcionaria pública-, pero se trata de desaparición forzada por la intervención directa o indirecta y por acción u omisión de funcionarios públicos; en este caso, Pineda es esposa del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca. Solamente hasta hace unos días, en la visita de los padres a la ONU se reconoció que en el caso se trata de desaparición forzada.

También habló de la posibilidad de que los 43 normalistas sigan vivos y en manos del ejército. A lo largo de la historia de México se ha sabido de casos de presos políticos que han permanecido años en prisiones en los campos militares, por lo que los seguimos buscando vivos. Para finalizar su ponencia, hizo énfasis en que tenemos que defender la vida y por eso debemos mantenernos organizados, como lo hemos hecho hasta ahora en las asambleas de nuestras escuelas y en las movilizaciones por Ayotzinapa.