MTS - Movimiento de los Trabajadores Socialistas

En un intento del PAN por reacomodarse y sumar en los próximos comicios los 650 mil votos de los católicos asistentes al evento, Calderón fue a recibir al Papa en Guanajuato, bastión del partido en el poder donde podía garantizarse un público a modo para el jerarca eclesiástico.

El gobierno de Calderón no se arriesgaría a llevar al pontífice a otras entidades como el D.F., donde se dieron manifestaciones en contra de la visita del Papa y donde se han logrado derechos como la legalización del aborto.

La asistencia de los candidatos presidenciales a la misa al pie del cerro del Cubilete muestra la subordinación al clericalismo católico de los tres partidos en disputa por el poder y el acuerdo que tuvieron para la modificación constitucional al artículo 24.

Esta reforma es parte de toda una ofensiva contra la laicidad para ampliar la acción de la Iglesia en la sociedad mediante educación religiosa en las escuelas, la adquisición de estaciones y programas de radio y televisión, etc., así como se pretende una participación directa de esta institución reaccionaria en el régimen político proponiendo que los curas puedan ser votados para cargos públicos.

PRI y PAN: unidos por la reaccionaria relación iglesia-Estado

Vázquez Mota, en consecuencia con el conservadurismo católico que profesa el PAN, afirmó que “en sus oraciones” pidió por las familias mexicanas y las víctimas de crimen organizado o cualquier clase de abuso, así como por un país en paz y por la reconciliación.

Peña Nieto subrayó que “así como en el país se puede profesar la fe con libertad, de la misma forma se puede manifestar el laicismo”. Recordemos que EPN, siendo gobernador mexiquense gastó millones en llevar con todo lujo al Vaticano a su familia y un grupo de 50 colaboradores cercanos.

Por su parte, López Obrador admitió que encontraba en el discurso papal “un mensaje de unidad y reconciliación”, similar al de su “república amorosa” y el que predica en su campaña, sobre todo ante sectores empresariales.

Durante su visita, Ratzinger abogó por una supuesta “libertad religiosa” que en realidad significa imponer la visión conservadora de la iglesia contra los derechos democráticos, de género, sexuales y reproductivos.

El Papa también habló de la necesidad de que la iglesia haga lo posible contra el narco, prometió rezos por las víctimas de la violencia, e hizo un llamado a la reconciliación.

¿Pero acaso pueden reconciliarse con los curas pederastas las víctimas de sus abusos? ¿Puede haber unidad con los militares y policías asesinos de jóvenes, campesinos e indígenas? ¿Con los jueces que condenan a 35 años de prisión a una mujer porque presuntamente abortó?

A diferencia de otros países como EU, Alemania, Austria o Portugal, Ratzinger no se entrevistó con las víctimas de pederastia, en una actitud indolente ante las víctimas de Marcial Maciel y los legionarios de Cristo.

En un discurso cínico sobre el cuidado de los niños, no hizo mención de las violaciones y demás delitos cometidos por los sacerdotes pederastas; con este silencio el papa se hace cómplice de los victimarios, al impedir que se esclarezcan y castiguen estos crímenes, siendo el encubrimiento y la complicidad los elementos que perpetúan la impunidad en el México de los más de 60 mil muertos por la guerra de Calderón y los más de 4 mil feminicidios. [1]

Los trabajadores y sectores oprimidos debemos oponernos en las calles a la reforma al artículo 24. ¡Abajo la reaccionaria alianza Iglesia-Estado! ¡Fuera las manos de la Iglesia de la educación! ¡Juicio y castigo a los curas culpables de pederastia y violaciones! ¡Alto a la impunidad!