Las próximas elecciones mexicanas y una campaña militante contra el régimen asesino

31 Mar 2015   |   comentários

Pablo Oprinari // Se aproximan las elecciones en México. En las mismas se renueva el Congreso de la Unión y se realizan elecciones locales en 17 estados. La maquinaria priista (PRI) está ya en funcionamiento.

Se aproximan las elecciones en México. En las mismas se renueva el Congreso de la Unión y se realizan elecciones locales en 17 estados. La maquinaria priista (PRI) está ya en funcionamiento.

A pesar del descrédito en amplios sectores de la población, el partido de Peña Nieto apuesta a aprovechar la crisis del PRD y el hecho de que el PAN, después de su derrota del 2012, no levantó cabeza. El objetivo de las elecciones es claro: desviar el descontento y darle a un régimen golpeado, la estabilidad que requiere para continuar con la agenda mandatada por EE.UU.

El panorama de las próximas elecciones

En las últimas semanas, aprovechando el retroceso de la movilización, el gobierno volvió a desplegar la combinación reaccionaria que lo caracterizó desde diciembre del 2012. Esto es, el anuncio de duras reformas estructurales -como la Ley de Aguas, las modificaciones a los contratos colectivos de los trabajadores del sector público, así como el despido de miles de trabajadores petroleros- y una profundización del autoritarismo, como la represión al magisterio y más recientemente a los jornaleros en San Quintin, Baja California. Estas reformas estructurales se enmarcan en una nueva ofensiva imperialista de Estados Unidos sobre América Latina.

Asimismo, hechos como la designación del siniestro personaje Eduardo Medina Mora como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y el despido de la periodista Carmen Aristegui de la cadena de noticias MVS -quien había denunciado varios de los escándalos de corrupción del gobierno- se inscriben en esta lógica política donde el gobierno está pasando a la ofensiva.

Sin embargo, el panorama político nacional está también cruzado por los oscuros nubarrones que cubren la economía, con una devaluación de la monedaque ronda en lo que va del 2015 el 20%, y una escalada inflacionaria que está afectando el bolsillo popular y provocando una enorme carestía de vida.

Además, aunque -como decimos antes- el nivel de movilización multitudinaria de los meses de octubre y noviembre bajó ostensiblemente, el descontento con el régimen político y el gobierno continúa presente, y emerge en distintas manifestaciones de lucha en diversos entidades del país: como las acciones dispuestas por las organizaciones en lucha por Ayotzinapa (ver video del 9na. Acción Global), la lucha de los jornaleros en Baja California, o la reciente movilización de los campesinos en la Ciudad de México.

Esto mientras en los últimos meses vimos protestas de los trabajadores y estudiantes de enfermería y de sectores de trabajadores de la universidad, y procesos -aún moleculares- de reorganización dentro de los trabajadores petroleros.

El gobierno sabe bien que ese descontento puede volver a expresarse en las calles en estos próximos meses. Junto a esto, si bien las elecciones intermedias se caracterizan históricamente por un alto abstencionismo (en el 2009 llegó al 58%) el descrédito existente puede aumentar estos niveles.

Una campaña política militante

En ese marco, los padres de los normalistas llamaron a boicotear, por distintas vías, el próximo proceso electoral. A la vez, muchas organizaciones que integran la Convención Nacional Popular, no han definido aún una clara política, dejando abierta la posibilidad de apoyar en diversas entidades, a formaciones políticas opositoras.

Se abrió una importante discusión, particularmente con intelectuales y militantes del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), que consideran que el voto al mismo es el camino para no “hacerle el juego al PRI”.

Sin embargo, a los miles de trabajadores y jóvenes que honestamente ven en López Obrador una alternativa opositora, les decimos que la política de éste ha distado de enfrentar las instituciones del régimen político.

La estrategia de López Obrador -primero en el PRD, y ahora con el MORENA- ha sido “reformar” el régimen político, como se vio, por ejemplo, en el 2006: mientras cientos de miles protestaban contra el fraude, aquel evitó que el movimiento adoptase una clara perspectiva de lucha contra las instituciones.

En ese sentido, un eventual fortalecimiento del MORENA, lejos de ser un paso adelante, fortalecería a un régimen político hambreador y proimperialista, por la vía de apuntalar y darle mayor peso institucional a lo que se postula como su nueva “ala izquierda”. Por eso, en estas elecciones, decimos que los trabajadores y el pueblo no tienen ninguna alternativa favorable a sus intereses.

Lo que Ayotzinapa mostró -como expresión concentrada de la barbarie capitalista- es que este régimen político es irreformable. Y que toda política que se desvíe de una perspectiva para enfrentarlo, va en contra de la necesidad impostergable: acabar con el régimen de los capitalistas, trasnacionales y terratenientes.

Por eso, desde el Movimiento de los Trabajadores Socialistas proponemos impulsar un gran movimiento que exprese, en las calles y ante el próximo proceso electoral, el repudio a esta democracia asesina del PRI-PAN-PRD (ver video de la campaña).

A la par que sostenemos la necesidad de reimpulsar la movilización y la coordinación de los sectores que vienen resistiendo al gobierno -lo cual estamos proponiendo concretamente hacia la próxima Convención Nacional Popular-, consideramos fundamental poner en pie una gran campaña que exprese, en las urnas, el reclamo de aparición con vida de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos, la gran bandera que unificó a cientos de miles en las calles de México desde fines de septiembre del 2014.

Por eso es que estamos llamando a anular el voto, inscribiendo en la boleta electoral la consigna de “Nosfaltan43”, y otras que expresen el repudio a esta democracia bárbara. Ponemos nuestras fuerzas militantes y nuestro registro legal como Agrupación Política Nacional, al servicio de esta campaña. Llamamos a las demás organizaciones obreras, populares y políticas, así como a organismos de derechos humanos y personalidades, a sumarse y organizarla conjuntamente, poniendo en pie este gran movimiento por la anulación del voto.

En los próximos meses, llevaremos esta campaña política a centros de trabajo, plazas públicas, escuelas y facultades, repartiendo cientos de miles de volantes, y difundiendo en redes sociales, medios impresos y todas las vías para llegar a amplios sectores del pueblo trabajador y la juventud.

Queremos que el 7 de junio se escuche la voz del movimiento que desde octubre del 2014 ha hecho cimbrar las calles de México y ha resonado en decenas de países: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
A la par, desde el MTS, impulsamos la construcción de una gran herramienta política, socialista y revolucionaria, de las y los trabajadores y la juventud combativa. Una necesidad cada vez más urgente en México. Para que frente a los embates de los partidos de la clase dominante, surja una organización que luche a favor del triunfo de los explotados y oprimidos.









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