López Obrador y las elecciones anticipadas
18 Nov 2014
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Pablo Oprinari
En el mitin que realizó el 26 de octubre en el Zócalo de la Ciudad de México, AMLO denunció la masacre y la desaparición de los 43 estudiantes normalistas y propuso la convocatoria a elecciones presidenciales anticipadas para el próximo año. Esta propuesta genera simpatía en amplios sectores que corean Fuera Peña en las calles y asambleas, y abre una importante discusión al interior del movimiento democrático que ha surgido en México.
Los límites de las “elecciones anticipadas”
Ante cientos de miles se desnuda el carácter anti democrático y autoritario de la “transición democrática”. La masacre de Ayotzinapa y la desaparición de los compañeros normalistas evidencian la complicidad que existe entre los distintos niveles del Estado mexicano y el narcotráfico. Las instituciones comienzan a ser cuestionadas en las calles.
En ese contexto, una eventual convocatoria a elecciones anticipadas no cuestionaría radicalmente a las instituciones de la “alternancia democrática” –quienes organizarían esas elecciones– bajo las cuales se consumó el asesinato y la desaparición de los normalistas, así como el ataque a las libertades democráticas de la población que en los últimos años se ha incrementado.
Llevaría, a lo sumo, a un cambio del personal político al frente del ejecutivo federal, pero no permitiría –como ha sido en cada elección de esta “democracia” – una discusión real de las aspiraciones y demandas de las grandes mayorías que hoy se están comenzando a mover en México y que son los grandes ausentes de todo proceso electoral.
En unas elecciones anticipadas, las organizaciones obreras, populares y de izquierda no podrían siquiera participar, porque las organizaría el mismo Instituto Nacional Electoral que proscribe a los sindicatos y la izquierda.
La propuesta de López Obrador es parte de una política que –aunque repudia la represión y las desapariciones–, en lugar de proponer una movilización para echar abajo las instituciones, se orienta a reformarlas y democratizarlas, llamando a ejercer presión sobre las mismas.
Las elecciones anticipadas, en caso de llevarse a cabo, colaborarían a que las instituciones hoy cuestionadas en las calles, podrían –por la vía de una nueva “transición democrática”– recuperar parte de su legitimidad.
Ante eso, desde el MTS llamamos a impulsar una gran movilización nacional, para lograr que se vaya Peña Nieto, echar abajo este régimen asesino e imponer una Asamblea Constituyente Libre y Soberana.
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