Los sindicatos podrían ir al paro nacional
12 Nov 2014
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Diana Valdez
México D.F. / @yellikann
La semana pasada en medio de la tercera jornada de lucha por Ayotzinapa, se reunió el Comité Ejecutivo del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), comandado por Francisco Hernández Juárez. El sindicato puso en la mesa la posibilidad de realizar un paro de 24 horas el próximo 20 de noviembre en apoyo a los normalistas de Ayotzinapa.
Si bien son los trabajadores de la educación los que principalmente se han movilizado por la desaparición de los normalistas, es necesario que los sindicatos llamados opositores se sumen de manera contundente a las protestas populares contra la policía represiva del gobierno y aprueben en sus asambleas una política de solidaridad activa.
La participación de los telefonistas en la pasada marcha del 5/11 se podría fortalecer con un impulso contundente al paro de 20 de noviembre. A su vez, las demandas laborales de las trabajadoras y los trabajadores del STRM se combinan con el rechazo a las recientes modificaciones hechas por la reforma en telecomunicaciones que afectarán su calidad de vida, e incluso afectará directamente en su forma de contratación, el sueldo y las prestaciones.
El descontento de la base por estas cuestiones ha hecho que la dirección sindical tenga que replantearse su accionar ante la coyuntura nacional.
La indignación particular por el caso Ayotzinapa y en general por las condiciones de vida de las y los trabajadores mexicanos es lo que ha impulsado a la base para presionar por acciones como el paro.
Las horas extras, las intensas jornadas de trabajo con metas de productividad, los bajos salarios y la gravedad de la coyuntura nacional han puesto a las trabajadoras y los trabajadores a reflexionar sobre su participación en el movimiento que hoy lucha por la aparición de los estudiantes.
Y aunque aún no se hace oficial el paro de 24 horas, la importancia de que las trabajadoras y los trabajadores salgan organizados a pelear por los estudiantes desaparecidos y al mismo tiempo expresen sus demandas laborales, reside en la posibilidad de unificar las luchas, que abonaría directamente a su triunfo.
Los trabajadores telefonistas están ante la posibilidad de ponerse a la cabeza del descontento obrero popular.
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