Marisela Escobedo, madre asesinada por buscar justicia para su hija víctima de feminicidio

23 Dec 2015   |   comentários

El 16 de diciembre se cumplió un año más del asesinato de Marisela Escobedo, quien fue muerta de un balazo en la cabeza afuera del Palacio de Gobierno de Chihuahua, donde mantenía un plantón para exigir castigo al asesino de su hija de 16 años Rubí Marisol Frayre Escobedo.

No normalicemos el feminicidio

En los años 90´s ya se alertaba sobre el incremento de asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua. Han pasado más de 2 décadas y con indignación vemos como algo cotidiano notas rojas sobre mujeres a las que se les ha arrancado la vida de manera sádica, las fotos de mujeres violadas y mutiladas forman parte de las noticias diarias.

Según la ONU durante el 2013 en promedio se asesinaron a 7 mujeres cada 24 horas y según el INEGI entre 1985 y 2013 hubo 44,646 mujeres asesinadas de manera violenta. En 2014 Marcia Castro, coordinadora de la ONU en México ya alertaba sobre la violencia en México que superaba por mucho la violencia a nivel mundial.

En este panorama en el 2008 Marisela Escobedo Ortiz se convirtió en activista para exigir justicia para su hija Rubí Frayre, asesinada a manos de su pareja Sergio Rafael Barraza Bocanegra. Ella financió la investigación para dar con el paradero de Sergio B. quien confesó el asesinato de su hija, a quien quemó y tiró sus restos en un basurero, revelando el lugar exacto donde abandonó el cuerpo de Rubí F. Aun con estas pruebas los jueces Catalina Ochoa Contreras, Netzahualcóyotl Zúñiga Vázquez y Rafael Boudid, concluyeron que no había elementos suficientes para condenar a Sergio B. y lo dejaron en libertad.

No hay justicia para las mujeres bajo este régimen político

Cuando Marisela Escobedo escuchó las palabras de los jueces absolviendo al asesino de su hija, rompió en llanto como otras madres lo han hecho a lo largo de todo el país al darse cuenta que no existe justicia para las mujeres. Esto aunque un papel diga que hay leyes para mejorar la vida de la mujer. Por eso se volvió una luchadora incansable: denunciaba y exigía justicia, al igual que Irinea Buendia madre de Mariana Lima lo ha hecho desde hace años en el Estado de México. Esos ejemplos de lucha son los que debemos rescatar de las tragedias.

Sí por cada mujer desaparecida, asesinada o violentada, saliéramos miles a exigir un alto a la opresión y violencia machista, otra situación viviríamos. Es que no podemos esperar que la justicia venga del Estado, pues es el mismo que está coludido con las redes de trata y prostitución, al que sólo le importa hablar sobre la violencia machista para tener un botín electoral y que legisla con una supuesta “perspectiva de género” como forma de desviar el descontento y porque sus políticos ven una posibilidad de enriquecerse más al desviar recursos de programas destinados a estas políticas.

Impunidad de los feminicidios y su propagación

Después del asesinato de Marisela Escobedo el 16 de Diciembre de 2010 durante el gobierno de José Reyes Baeza en el estado de Chihuahua, su familia tuvo que exiliarse debido a las amenazas constantes y ante la complicidad de las autoridades. En diciembre de 2009 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a México por las desapariciones, violencia sexual y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, además del hostigamiento y agresión sistemática contra las familias y defensores de víctimas que exigen justicia.

En los años 90´s se hablaba sobre las muertas de Ciudad Juárez y se quedó en el imaginario de la población como el lugar más peligroso para ser mujer, sin dar cuenta que con el paso de los años y la impunidad, este fenómeno se expandió por todo el país. En el 2014 los estados con mayor número de feminicidios eran Estado de México, Guerrero, Jalisco y la Ciudad de México, con cifras que superaban por mucho a Chihuahua en los ’90.

¡En la guerra contra el narco las que mueren son mujeres!

En el sexenio en el que gobernó Felipe Calderón se inició la llamada guerra contra el narco, dejando detrás decenas de miles de víctimas civiles, despreciadas mediante la frase “daños colaterales”, y en el caso de las mujeres, a éstas no sólo las asesinan, sino que antes son sometidas a una serie de vejaciones sexuales. Una de cada cinco mujeres muere a manos de su agresor, según datos de ONU Mujeres. Estos asesinatos quedan impunes cuando son cometidos por personal encargado de la “seguridad nacional”, para quienes las mujeres somos consideradas botín de guerra.

No es casual que en Chihuahua se detonara el incremento de los feminicidios después de la militarización. El problema del feminicidio es usado por los gobiernos en turno como pretexto para militarizar regiones bajo un discurso de género. La prueba de esto está en que las mujeres asesinadas en el ámbito público o privado no cesan, sino que aumentan. En el 2005 en Ciudad Juárez se registraron 31 asesinatos de mujeres y en el 2010 389 (61.3% ocurrían en vía pública, teniendo un aumento del 40% en 3 años). En tanto que 27.2% de los feminicidios ocurrían en Chihuahua en el 2010, según datos de ONU Mujeres a partir de INEGI.

La voz de Marisela sigue vigente…

En una ciudad fronteriza aterrada por el narcotráfico y los feminicidios, donde la mayoría de las mujeres asesinadas por más de veinte años eran obreras de las maquiladoras industriales, sumamente precarizadas, madres solteras, provenientes de zonas populares hoy vienen alzando la voz exigiendo el aumento salarial, el derecho a un sindicato independiente y la denuncia al hostigamiento sexual que se vive al interior de sus centros de trabajo.

A 5 años sin Marisela se hace indispensable continuar su lucha, uniendo fuerzas a una misma voz contra todas las terribles condiciones que enfrentamos las mujeres. Hay que hacerle frente a la violencia feminicida y a la precarización por la vía de levantar un gran movimiento de mujeres en las calles que tome estos ejes de lucha y que sea transformador de nuestra rabia en organización. Así mismo se hace necesario dotarnos de una estrategia política que nos permita sentar otras bases estructurales para que las mujeres podamos acabar de raíz con toda la opresión y explotación que a diario padecemos. #NiUnaMenos

Fuentes:
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES). INEGI. ONU Mujeres.









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