Memoria militante en la Casa Museo León Trotsky
27 Sep 2014
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Se proyectó al inicio el cortometraje Mi nombre es Trotsky, de Contraimagen de Argentina. Esteban Volkov (nieto del revolucionario, NdeE), que no pudo asistir, nos envió un saludo al evento. Sus palabras nos transportaron a la difícil época en que Trotsky habitó esta casa, hoy convertida en un museo que alberga su memoria militante. En el final del saludo Volkov señaló: “León Trotsky... abandonó la vida con la serenidad asombrosa del deber cumplido, de haber dedicado ésta a la tarea –en palabras de él– ‘al anhelo más caro del género humano: la construcción de un mundo mejor, donde quede erradicado el odio, la opresión y la violencia’. León Trotsky tuvo la certeza absoluta inamovible de este logro en el futuro del género humano”.
Por su parte, el profesor José Antonio González de León, director del museo, reivindicó la fructífera relación entre el Centro de Estudios, Investigaciones y Publicaciones León Trotsky (CEIP) y la Casa Museo, que se expresa en las coediciones de las Obras Escogidas de León Trotsky. Respecto al libro de Van Heijenoort, señaló el importante aporte que constituye la obra, que tuvo una primera edición en 1979 y estuvo agotada por muchos años hasta esta publicación. (...)
Pablo Oprinari, por el CEIP León Trotsky, partió de resaltar la dureza de los años de exilio, y la pelea por forjar una dirección revolucionaria internacional, la IV Internacional. (...) Señaló que “en los momentos cruciales del sexenio cardenista, Trotsky consideró que medidas tales como las expropiaciones petroleras eran medidas de defensa nacional altamente progresistas, que había que enfrentar la ofensiva de las compañías petroleras inglesas y estadounidenses, y al mismo tiempo consideraba que estas medidas se inscribían, íntegramente, en los marcos del capitalismo de estado, esto es, no eran acciones de tipo comunistas.”. (…) Al final, planteó la vigencia de estos análisis y de sus lecciones para la actual situación de México ante la entrega de Pemex, y ante la deriva de los llamados gobiernos “progresistas” en América Latina, siendo uno de los principales legados de Trotsky su actividad incansable, militante, por construir una organización internacional revolucionaria, la IV Internacional.
Por su parte, Jimena Vergara, maestra de la UNAM y referente del MTS, reivindicó el carácter testimonial del libro de Van Heijenoort, que retrató las duras condiciones del exilio de Trotsky, de su peregrinar por “el planeta sin visado”, como definieron los surrealistas al mundo donde el gran revolucionario ruso no era aceptado por ningún gobierno, hasta que Octavio Fernández, dirigente trotskista mexicano, junto con Diego Rivera, consiguieron que Cárdenas le otorgara el derecho de asilo. (…) Planteó también, vinculado a esto, la vigencia de las lecciones que nos legaron los revolucionarios de los años ’30, y en especial de las ideas de León Trotsky, plasmadas en numerosas obras. Y que estas lecciones cobran nueva vida en la intervención de nuestros compañeros del PTS (organización hermana del MTS) en Argentina, en las luchas de los trabajadores de Lear Corporation (autopartista) y Donnelley (gráfica), ambas trasnacionales, contra los despidos y suspensiones (...)
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