Nuevo enfrentamiento en Michoacán deja once muertos

10 Jan 2015   |   comentários

Sergio Moissen El 6 de enero 11 ex miembros de las autodefensas de Michoacán fueron asesinados por la Policía Federal y el Ejército en un enfrentamiento en el Palacio Municipal de Apatzingán. Según el diario mexicano La Jornada “Los civiles tomaron la alcaldía el 22 de diciembre para exigir el retiro de las fuerzas federales y ser reconocidos como autodefensas de Apatzingán, sobre todo después de que 250 elementos del grupo especial de la Fuerza (...)

Este enfrentamiento se da a dos días del encarcelamiento de Hipólito Mora, uno de los fundadores de las autodefensas, acusado de alentar un tiroteo entre grupos de la Fuerza Rural en que fue asesinado su hijo y 11 miembros más de la nueva “corporación”.

Dicho enfrentamiento fue entre los grupos rivales de las Fuerzas Rurales de Hipólito Mora y Antonio Torres El Americano. Ambos líderes decidieron abandonar su carácter irregular y en abril de 2014 firmaron el acuerdo de integrarse en calidad de “Grupos Rurales” que forman parte de los Cuerpos de Defensa Rurales de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). En el enfrentamiento del 16 de diciembre, según Excélsior, los grupos rivales se enfrentaron con “armas de calibre 50, lanzagranadas y cuernos de chivo (fusiles AK-47).”

Hipólito Mora, en entrevista a medios nacionales declaró “sentirse como un pendejo” pues no sabía si era legal defenderse de forma armada ante la crisis de “seguridad que vive el estado”. No obstante consideró que aun “así tiene confianza en las instituciones”, y piensa en lanzarse a una diputación local.

La detención del ex líder de las autodefensas y el tiroteo de ayer en Michoacán es la respuesta que han obtenido los grupos de autodefensa al confiar en que el gobierno de Enrique Peña Nieto combate al narcotráfico y el crimen organizado.

Como se ha demostrado con el caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa, de forma cruda, violenta y extrema, el Estado mexicano está asociado a los grandes capos de la droga. La llamada “guerra contra el narco” fortalece los planes de seguridad de los Estados Unidos en México y permite la expoliación imperialista.

En esta falsa “guerra contra las drogas” de limpieza social, que ha dejado más de 160 mil muertos y casi 30 mil desaparecidos, el Estado y el crimen organizado colaboran en unidad de intereses de clase contra los trabajadores, los estudiantes y campesinos pobres.

Fortaleciendo el estado capitalista: ¿Qué son los grupos de autodefensa?

Hace un año grupos civiles armados, los llamados grupos de autodefensa, irrumpieron en la escena política nacional. Armados con arsenal de alto calibre y financiados por los grupos de aguacateros y campesinos ricos de Michoacán, comenzaron a rondar con sus Pietro Beretta calibre 9 milímetros y fusiles AK-47 y R-15 los páramos y municipios del estado. Los grupos civiles de autodefensa surgieron a raíz de la espiral de violencia desatada por la presencia del cártel de “Los Caballeros Templarios”.

Los grupos civiles de autodefensa fundados por Hipólito Mora y José Manuel Mireles depositaron confianza en el Estado mexicano y en el gobierno de Enrique Peña Nieto, a pesar de contar en su historial con represiones como la de Atenco.

Según autores como Luis Hernández Navarro, en su libro Hermanos en armas, los grupos de autodefensa “nacieron de la confluencia de intereses de los grandes agricultores privados, del Ejército y, muy probablemente, de cárteles rivales de Los caballeros templarios.”

Aunque la relación entre los ex grupos de autodefensa y el Estado es conflictiva, debido a la política de la SEDENA del desarme, en le hechos la confianza de los dirigentes de las hoy Fuerzas Rurales en el Estado dirigido por Enrique Peña Nieto fortaleció el Estado capitalista.

A diferencia de las experiencias autonómicas de fuerte composición indígena como Cherán y Ostula en Michoacán, algunos municipios controlados por la CRAC–PC en Guerrero y el EZLN en Chiapas, los grupos de autodefensa tienen una carácter de clase distinto (sectores acomodados del campesinado) y no se transformaron en una movilización social armada, como sostenían algunos intelectuales.

Mientras la CRAC, el EZLN y los normalistas de Cherán y Ostula han participado de las acciones globales en solidaridad con Ayotzinapa bajo la consigna #FueElEstado junto a telefonistas, maestros, estudiantes y sectores populares, los Cuerpos de Defensa Rurales, según el diario La Jornada, han amedrentado a manifestantes del estado en solidaridad con los 43 normalistas desaparecidos.

Según indígenas de la Meseta Purépecha “la Fuerza Rural dispararon al aire y contra uno de los 20 autobuses en los que normalistas y paterfamilias se trasladaban a Morelia para participar en la marcha en apoyo a los estudiantes de Ayotzinapa que exigen la aparición con vida de sus compañeros.”
Según estudiantes de la Normal Rural de Cherán, en octubre del 2014 las Fuerzas Rurales, antes autodefensas, intimidaron con armas largas a los normalistas de Tiripetío a unos días de la manifestación por los 43 en Morelia.









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