Se consolida la alianza reaccionaria entre Obama y Peña Nieto
10 Jan 2015
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“¿Quiénes son Ayotzinapa? Todos somos Ayotzinapa”, “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, “¡No eres bienvenido Peña Nieto!” y “¡Ayotzinapa vive y vive, la lucha sigue y sigue!”, clamaron los manifestantes en Washington, y en 40 ciudades de Estados Unidos, de acuerdo con declaraciones de Rubén Tapia, vocero de la Coalición Latinoamericana por Ayotzinapa.
Ajenos a todo reclamo, Barak Obama y Enrique Peña Nieto tuvieron su reunión para tratar temas bilaterales: el intercambio comercial, la cuestión migratoria, y la continuidad de la “ayuda” económica para la denominada “guerra contra el narco”.
Mientras el presidente estadounidense felicitó a Peña Nieto por la aprobación de las reformas estructurales y agradeció la ayuda ante la crisis por la afluencia de menores migrantes no acompañados, el jefe de Estado mexicano le retribuyó la gentileza agradeciéndole las medidas ejecutivas que permitirán la estancia legal de alrededor de 5 millones de migrantes indocumentados. Recordemos que con estas medias más de 6 millones de personas quedan expuestas a deportaciones.
Peña Nieto, incluso cuestionado, es el gendarme de la frontera, y se reforzó la militarización tanto al sur como al norte, como señalamos acá.
México y Estados Unidos: lazos cada vez más estrechos
Según datos del periódico El País, el comercio entre ambos países supera los 530.000 millones de dólares anuales, 40% de los bienes importados por EE.UU. desde México poseen alguna pieza de manufactura estadounidense.
Después de Canadá, México es el segundo mayor mercado para las exportaciones estadounidenses: adquiere más productos estadounidenses que Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica juntos. En contraparte, 77.6% de las exportaciones mexicanas fueron a Estados Unidos.
En 2013 las inversiones de México en Estados Unidos ascendieron a 17.600 millones de dólares, y a su vez, es el tercer proveedor de crudo de EE.UU.
A esto se le suma la entrega de Estados Unidos de fondos para la Iniciativa Mérida –148 millones de dólares para el año fiscal 2015– venta de armas (tanto legal como ilegalmente) –que ascendió a 45 millones de dólares en 2012–, y tráfico de drogas –que ronda los 40 millones de dólares para los cárteles del narcotráfico y sus filiales en Estados Unidos–.
Son los fondos y las armas para criminalizar la protesta social, para torturar, para desaparecer, para realizar ejecuciones sumarias que utilizan las fuerzas represivas mexicanas y los cárteles del narcotráfico.
Ecos de Ayotzinapa en el gigante del norte
De más de 319 millones de habitantes, más de 50 millones son hispanohablantes. La mayoría de estas personas son originarias de México, o hijos de mexicanos, y otra parte son centroamericanos.
Muchos tienen familia en cualquiera de los estados de la república mexicano. Muchos tienen un pariente o un conocido desaparecido o asesinado por el ejército, la policía o el narco, al sur de la frontera estadounidense.
Mientras se consolida la alianza reaccionaria de los de arriba, la solidaridad a ambos lados de la frontera también crece. Marchas, mítines, performances, son múltiples las expresiones de apoyo a la lucha por los normalistas desaparecidos.
El Frente Ayotzipana-USA anunció que luchará por la caída de Peña Nieto, por el retiro del ejército, la marina y la gendarmería nacional de Guerrero, así como por la derogación de las reformas estructurales y por una nueva Constitución para México.
Se escuchan también voces que denuncian cómo los ataques de trasnacionales, militares y sicarios del narcotráfico empujan a mexicanos a migrar, como el caso de una empresa canadiense que aterrorizó a indígenas para apropiarse de sus tierras y construir una Hidroeléctrica en la falda del Popocatépetl.
Son importantes pasos en la construcción de la solidaridad internacionalista que tanto necesitan la clase trabajadora y los sectores populares de todo el mundo.
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