Se prepara alianza “opositora” del PRD y del PAN
23 Dec 2015
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En las últimas semanas, las dirigencias del Partido de la Revolución Democrática y del Partido Acción Nacional han estado en intensas negociaciones con el objetivo de lograr una “alianza opositora” para participar en las próximas elecciones estatales durante el 2016.
Agustín Basave, el actual presidente del PRD, ha planteado que el objetivo es detener al PRI, conformando para ello una “alianza de amplio espectro”.
Se busca participar en la mayor cantidad posible de los comicios que se realizarán en 12 entidades. Es evidente que este posible acuerdo será una primera respuesta conjunta a la debacle sufrida por el PRD en las pasadas elecciones de junio, y la caída electoral del PAN. Ante ello es que están impulsando esta alianza para lograr cierta recuperación, mantener posiciones en la disputa con el PRI, y ganar oxígeno hacia el 2018.
Sin embargo, estas negociaciones podrían peligrar. Pero no por diferencias programáticas, sino -como el mismo presidente nacional del PRD lo ha enunciado- por cuestiones de candidaturas. Ejemplo de ello es el caso de Tlaxcala, donde Basave afirmó que la candidatura de Lorena Cuellar “no se pondrá sobre la mesa en una posible alianza con el PAN”. Asimismo, el PRD debe afrontar posibles cuestionamientos internos, ya que habría sectores que exigirían limitar la alianza a algunos estados, con la clara intención de no aparecer tan “pegados” al derechista y clerical PAN.
La eventual alianza fue denunciada incluso por el mismo presidente del PRI. Manlio Fabio Beltrones no perdió la oportunidad para criticar las “alianzas contra natura”, y que el PRD “ha optado por hacer a un lado su programa y su origen político para tratar de ganar y satisfacer sus ambiciones de poder”. Que el principal dirigente del partido de gobierno -responsable de las desapariciones de los normalistas y de la aplicación de las reformas contra los trabajadores y el pueblo- tenga el margen para realizar esta crítica, evidencia la profundidad del giro a derecha de estos opositores, y en particular del sol azteca.
UNA NUEVA MUESTRA DEL GIRO A DERECHA DEL PRD
Que el PAN es un partido profundamente conservador y reaccionario, que aspira a representar los intereses de las trasnacionales y la gran patronal, es evidente, lo cual lo ha llevado a ser el principal apoyo del PRI en las llamadas “reformas estructurales”.
El PRD, por su parte, que surgió en 1988-1989 presentándose como un proyecto de izquierda -y que desde los inicios se evidenció como la pata “izquierda” del régimen de la transición pactada-, viene profundizando su giro a derecha contra los trabajadores y la juventud.
Esto se vio primero en su incorporación al Pacto por México a fines del 2012, a través del cual fue co-responsable de la sanción de varias de las reformas buscadas por Peña Nieto. La otrora “izquierda moderna” mexicana fue cómplice de estas medidas y garante a su vez de la estabilidad reaccionaria que Peña Nieto requirió para imponer los planes mandatados por la Casa Blanca.
Luego de ello, la deriva de este partido se hizo evidente para millones de personas, con las implicaciones de varios de sus funcionarios e integrantes en la masacre de Iguala y en la desaparición de los 43 normalistas. Por ello es que el PRD fue repudiado -junto al PRI y al PAN- en las multitudinarias movilizaciones por Ayotzinapa.
Como una expresión de que se mantienen los acuerdos que sustentaron el Pacto por México, los gobernantes estatales que llegaron de la mano del PRD aplicaron fielmente la política del gobierno federal. Es el caso de Gabino Cue, responsable directo de la ofensiva contra el magisterio oaxaqueño, de Graco Ramírez en Morelos, o de Miguel Angel Mancera en la Ciudad de México, que desde su asunción encabezó la criminalización de la juventud y de la protesta social, y fue responsable de decenas de nuevos presos políticos en la entidad.
En ese sentido, la política de alianzas electorales que impulsa ahora Agustín Basave demuestra que lo esencial del curso implementado por los dirigentes anteriores, se mantiene. Para el PRD no importa mantener siquiera la pose de ser un partido de “izquierda”: la supuesta diferenciación programática -que como mostró el Pacto por México no es tal- es subordinada a las posibilidades que le brindarían la alianza con los derechistas del PAN.
Más allá de que este acuerdo se realice, y de la disputa entre “oficialistas” y “opositores”, el hecho es que los tres partidos tienen acuerdo en lo esencial. Lo demostraron en el Pacto por México y ahora en su ataque al magisterio combativo y a las libertades democráticas, en lo que coincidieron el gobierno federal como los gobiernos estatales del PAN o del PRD.
Ante eso, los trabajadores, los sectores populares, y la juventud combativa nada pueden esperar de estos “opositores”, que ya mostraron ser enemigos acérrimos de sus demandas. Ya en el pasado los recambios en los gobiernos estatales y la llegada de estas alianzas “opositoras” se evidenciaron como un desvío de las aspiraciones populares: fue el caso de Oaxaca, donde como dijimos antes, Gabino Cue, candidato de la coalición PRD-PAN-Convergencia-PT, es el gran aliado de Peña Nieto contra la sección 22 y el pueblo oaxaqueño.
Desde La Izquierda Diario y el Movimiento de los Trabajadores Socialistas (Agrupación Política Nacional) consideramos que hay que sostener la independencia política de los trabajadores, sin confiar en estas “alianzas opositoras”, y con una postura claramente independiente de quienes consideran que es posible reformar las instituciones de esta “democracia para ricos”. Para resolver las demandas obreras y populares es necesario retomar el camino de la movilización en las calles, enfrentando radicalmente a los partidos del régimen y a sus instituciones políticas.
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