Unas reflexiones sobre la liquidación del IEEPO y el ataque a la CNTE

22 Jul 2015   |   comentários

Más allá de la política de sus direcciones sindicales, la creciente movilización magisterial es un foco rojo para un gobierno debilitado que logró la mayoría en el Congreso solamente en alianza con el Partido Verde, y en el marco de una gran crisis política causada por la fuga del Chapo Guzmán, que lo obliga a endurecer más su política.

Unas reflexiones sobre la liquidación del IEEPO y el ataque a la CNTE

El primer elemento a considerar ante la desaparición de IEEPO y su sustitución por un organismo administrativo con mayor centralización del gobierno estatal y federal -el cual resta posiciones a la sección 22-, es que esta medida se da en el marco de un endurecimiento del gobierno federal contra los trabajadores, y de mucha represión policíaca y militar. Mario Caballero

Y donde el magisterio en lucha, al ser el único sector que viene enfrentando los planes del gobierno de Peña Nieto mediante el rechazo a la reforma educativa, es la piedra en el zapato de dichos planes.

Más allá de la política de sus direcciones sindicales, la creciente movilización magisterial es un foco rojo para un gobierno debilitado que logró la mayoría en el Congreso solamente en alianza con el Partido Verde, y en el marco de una gran crisis política causada por la fuga del Chapo Guzmán, que lo obliga a endurecer más su política.

Si bien es cierto que la desaparición del IEEPO es un golpe directo contra la sección 22, tenemos que verla como parte de algo más profundo, es decir un golpe estratégico contra la CNTE para imponer un cambio sustancial en la relación de fuerzas entre el gobierno y la Coordinadora, que durante años no ha podido ser derrotada.

No por nada Gabino Cué y el gobierno federal están propagandizando (y satanizando) los acuerdos firmados en 1993 entre la dirección de la sección 22 y el entonces gobernador Heladio Ramírez que le daba ciertas concesiones y puestos claves al magisterio en este organismo estatal, y desde donde las direcciones sindicales hacían política.

Y es que el gobierno ve claramente, en la dinámica del actual movimiento magisterial contra la evaluación, una gran potencialidad basada en las tendencias progresivas anti gubernamentales y anti burocráticas expresadas en la base magisterial a nivel nacional, donde nuevos sectores se suman a la lucha. Esto venía fortaleciendo así a la Coordinadora y abriendo la posibilidad de una nueva reconfiguración de la disidencia magisterial, que apuntara a su recomposición.

Pero sobre todo, porque esta nueva etapa de movilización de la disidencia enfrenta a una dirección burocrática e ilegítima (espuria) en el SNTE, como la de Juan Díaz de la Torre que todavía no logra asentarse para controlar la gran estructura burocrática formada por Elba Esther a lo largo de décadas. Esto se muestra en las exigencias, en algunos estados, de la destitución del CEN del SNTE.

Es decir, se están configurando nuevas fuerzas disidentes -en frente único con la CNTE-, mientras que la nueva dirección del sindicato expresa cierta debilidad y mucho cuestionamiento – incluso para muchos “institucionales” Juan Díaz traicionó a “la maestra“-. Por eso, el gobierno no puede esperar hasta que esta nueva dirección charra asuma el control total de la estructura nacional.

En última instancia podemos decir que, para el gobierno, vencer la resistencia de la CNTE (después de la derrota del SME, de la recuperación del SNTSS y el SNTE, del disciplinamiento del SUTERM para aplicar la reforma energética y del SNTSA para avanzar en la privatización del sector salud), y ante la política complaciente de la “opositora” UNT que dejó pasar la reforma laboral, golpear a un movimiento sindical opositor de miles de trabajadores es un objetivo estratégico para avanzar en la privatización de la educación -reprimiendo también al movimiento normalista- y en los planes anti-obreros de Peña Nieto.

Es evidente que un fuerte golpe a la CNTE debilitaría la lucha de los demás trabajadores del país.

Gabino Cué y Peña Nieto contra la sección 22

Después de 4 años de acuerdos políticos que le permitieron gobernar con estabilidad, Gabino Cué cambia su política hacia la sección 22. Se apega a la política del gobierno federal para debilitar a ésta -en su conferencia de prensa junto a Chuayffet mencionó el apoyo de Peña Nieto- y, por esa vía, a la CNTE.

De esta manera responde a los cuestionamientos del PAN, Mexicanos Primero y toda la derecha que buscan privatizar la educación y someter a la CNTE.

Y es que, una vez que se sirvió de las negociaciones y el apoyo de la sección 22, calculando un mejor posicionamiento político ante las elecciones del 2018, tiene que desligarse del magisterio visto como “radical”.

El fuerte golpe que es la liquidación del IEEPO y la creación de un organismo sin participación de los maestros, que castigará las ausencias laborales de los maestros movilizados -con lo que el no reinicio de clases el próximo ciclo escolar acordado por el magisterio de Oaxaca, tendría una dura respuesta del nuevo organismo-, no fue previsto por la dirección de la 22.

Acostumbrada a las mesas de negociación apostaba a que el actual abandono de ésta por el gobierno no implicaba algo mayor. Sobre todo cuando el gobernador Gabino Cué venía responsabilizando al magisterio del déficit en el erario estatal, y pretextado lo “reducido” del aparato represivo para contener el radicalismo del magisterio. Y por eso no salió a denunciar contundentemente esta derechización del gobernador “democrático”, esperando la negociación, en medio de una campaña de desprestigio contra los maestros en los medios. Ya desde ahí no alertó políticamente al magisterio.

Por eso la ciudad de Oaxaca – en el marco de la Guelaguetza- está virtualmente ocupada por la Policía Federal, la Gendarmería y el ejército, pues esperaban que la sección 22 acordara el boicot a la celebración oficial para justificar la represión al magisterio y la aprehensión de los dirigentes.

Hoy, el tono amenazante del ex priísta Gabino Cué de no tolerar más disturbios o ataques a “instalaciones estratégicas” (edificios públicos educativos, etc.), muestra su acuerdo con Peña Nieto de ir con todo contra sus antiguos aliados. Es una ofensiva para acabar con la movilización de la 22; ya se denunció que hay una lista de órdenes de aprehensión a 30 dirigentes.

La extinción del IEEPO no solamente busca cambiar las reglas de juego entre la 22 y el gobierno estatal -pues habrá mayor injerencia y control del gobierno federal en lo que hace a la educación en la entidad-, sino generar mayor acuerdo político reaccionario para contener al magisterio. Por eso el PRI, el PAN y el PRD desde la Cámara de Diputados y de Senadores avalaron la desaparición del IEEPO.

A nivel local, la acusación de los “privilegios” al magisterio a través del IEEPO, le da más elementos a las “fuerzas vivas” del estado para azuzar a la derecha, atrayendo a un sector de la población cansada de los plantones y revitalizará a la charra sección 59, hasta ayer no reconocida por el IEEPO.

La derechización en Oaxaca es parte de la política nacional de los partidos que antes firmaron el Pacto por México

Como se menciona, este ataque no es solamente contra la sección 22, sino contra la CNTE y los sectores que surgen a la lucha magisterial. Por ello urge una respuesta al mismo nivel: hay que rechazar que se detenga a la dirección de la sección 22 de Oaxaca, así como a la militarización de la ciudad.

Es necesario convocar a un Encuentro Nacional del Magisterio que enfrenta la reforma educativa, para decidir un plan de lucha que, al apoyar a los trabajadores de la educación de Oaxaca, refuerce la lucha a nivel nacional y suelde la unidad de la CNTE con los nuevos sectores que salen a luchar en varios estados. Sobre esa base se puede organizar un Paro nacional de los trabajadores de la educación, que frenen este ataque y avancen en su lucha contra la traidora dirección del SNTE.

En estos momentos se requiere la más amplia solidaridad de clase con el magisterio resistente. De no hacerlo – ya lo anunciaron- van contra los maestros y los sectores en lucha en Guerrero, Michoacán y otros estados del país.









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