Ventas automotrices y empleo, señales de recuperación en EE UU

16 Jan 2015   |   comentários

Raúl Dosta En los últimos cuatro meses los precios de la gasolina han caído en un 40% y se prevé que se sostengan en ese nivel. Si sumamos a esto los bajos tipos de interés tenemos que el gusto del consumidor estadunidense por las camionetas rancheras y autos que gastan grandes cantidades de combustible se ha fortalecido y están incrementándose las ventas de estos (...)

En estos días se lleva acabo el Auto Show de Detroit, que equivale a decir la feria mundial del automóvil, en la que se prevé que los autos y camionetas de gran cilindrada recuperarán el espacio preferencial relegando a un segundo plano a los autos pequeños, híbridos y eléctricos.
Es que en los últimos cuatro meses los precios de la gasolina han caído en un 40% y se prevé que se sostengan en ese nivel. Si sumamos a esto los bajos tipos de interés tenemos que el gusto del consumidor estadunidense por las camionetas rancheras y autos que gastan grandes cantidades de combustible se ha fortalecido y están incrementándose las ventas de estos vehículos.
Según Kurt Mckeil, funcionario de General Motors, la recuperación del optimismo de los consumidores “es un reflejo de que la economía se acelera, lo que crea los cimientos para que las ventas crezcan”. La Asociación Americana de Automovilistas calcula que el abaratamiento del combustible permitió a los conductores del país ahorrar 14, 000 millones de dólares en 2014 y se espera que dicho ahorro se acumule hasta en 75, 000 millones en 2015, una importante cantidad que se derramaría hacia otros mercados, fortaleciendo el consumo.
Las ventas actuales (16.9 millones de vehículos en 2016) superan en 60% a las del 2009, cuando la crisis obligó a las Tres Grandes (General Motors, Ford y Chrysler) a redefinir la cartera de modelos que ofrecían y el conjunto de la industria tuvo que apoyarse en la promoción de autos chicos y el desarrollo de los modelos híbridos y eléctricos.
Estas buenas noticias se suman a las que el mismo presidente está dando vuelo a través de los medios, cuyo eje central es la creación de empleos por lo que asegura que el “resurgimiento estadunidense es real” y que “desde 2010 hemos creado más trabajos que Europa, Japón y cualquier otra economía avanzada, combinados”.
Y es que, de acuerdo con los datos del gobierno, en 2014 se crearon 2.95 millones de empleos lo que sería la mayor generación lograda en 15 años y el quinto año consecutivo de crecimiento en este rubro. Esto ha llevado la tasa de desempleo a 5.6%. Un dato económico muy positivo si consideramos que en los días de la crisis, entre enero de 2008 y febrero de 2010 se habían perdido 8,7 millones de puestos de trabajo y a fines de 2011 promediaba poco más del 9%.
Pero este repunte no alcanza, la población juvenil aún es la más afectada por la carencia de trabajo. Se estima en 16.8% la desocupación entre la juventud y también hay que ponderar que 31.9% de los no ocupados (2.8 millones) son trabajadores que tardan 6 meses o más para conseguir trabajo.
En ese sentido, el premio Nóbel Paul Krugman llama a no desbocarse, precisando que estamos ante un repunte económico que se prevé que pueda durar un par de años sostenidos pero que aún no hay garantía de haber entrado a un nuevo período de auge económico.
Para ejemplificar hace una comparación entre la recuperación del empleo en los gobiernos George W. Bush, que logró 3.1 millones, y de Obama, que lleva 6.6 millones. Pero con Bush, de esos 3.1 millones, 1,2 millones fueron puestos generados en el sector estatal, en tanto que el record de Obama se ha logrado con un gran crecimiento en el sector privado y con una dura política de recortes: 600, 000 puestos estatales.
Agregando a esto, la cuestión de la industria extractiva del “fracking”, la más dinámica de los últimos años y que ha llevado a declarar la autosuficiencia energética y a la caída de los precios petroleros, tiene que afrontar un posible estancamiento por la reducción de ganancias debido a esa misma caída de precios, lo cual podría llevar a la recesión del estado de Texas, dependiente en gran medida de la explotación de gas y petróleo.
La misma FED expresó su preocupación por que el panorama mundial afecte al crecimiento de EE UU. La recaída de Japón, la desaceleración de los países emergentes, el hundimiento del rublo y el estancamiento de Europa amenazan con nuevas turbulencias internacionales, que por la estrecha ligazón de la producción yanqui al mercado internacional pueden enlentecer su dinámica.









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