En la UNAM: un conclave cardenalicio elige al nuevo rector
15 Nov 2007
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Por: Omar Garcia
El 20/11 tomara posesión el nuevo rector de la UNAM, luego de una elección en que están excluidos la mayoría de los estudiantes, trabajadores y académicos.
La estructura de gobierno encarnada por la junta de Gobierno (15 notables, 12 de ellos elegidos por De la Fuente) y amparada por la reaccionaria ley orgánica, no otorga el más elemental derecho democrático: el voto libre y secreto de la mayoría de la comunidad universitaria.
En la universidad más importante del país, las formas de gobierno siguen siendo las que se ejercían desde la real y pontifica Universidad de México en la época colonial, donde se sigue reuniendo una junta de notables que nada envidian al consejo cardenalicio que elige al Papa. Y se mantienen organismos como el Tribunal Universitario que recuerda a la Inquisición. Por ello para cambiar esta reaccionaria estructura habría que echar abajo al tribunal universitario, la junta de gobierno y la ley orgánica de la universidad.
¿Que esta pasando en la universidad?
El actual proyecto de universidad apunta a avanzar en la elitización, a través de abrir la misma a la inversión privada, nacional y trasnacional. La privatización se da a niveles profundos donde se esta constituyendo el modelo educativo del Banco Mundial y el FMI. En este sentido en la UNAM se esta abriendo el camino para convertirla en un apéndice del capital privado. José Narro, que seguramente será el próximo rector, planteó que es necesario “dejar todo como está”, lo que de fondo implica cumplir la agenda del BM garantizando a los fondos millonarios, que en la investigación sobre todo en los niveles de posgrado se impondrán objetivos al servicio de las empresas. Lo mismo con el CENEVAL que se encarga del proceso de admisión y selección y evaluación y que sólo este año dejó fuera aproximadamente a 89 de cada 100 jóvenes.
Así cada vez menos hijos de trabajadores y del pueblo pueden acceder a la universidad Por el contrario, la UNAM y el conocimiento que genera, debe estar al servicio del pueblo trabajador. Por ello es necesario luchar por una verdadera educación pública y gratuita, y por mayor presupuesto a la educación, lo cual se podría lograr si se le impusieran impuestos progresivos a las 40 grandes familias de multimillonarios y/o se deja de pagar la deuda externa al FMI y el Banco Mundial, que siguen sangrando y expoliando las riquezas producidas por los trabajadores y el pueblo.
De la Fuente: garante de la elitización y la represión
Estos planes no habrían avanzado sin la conducción de De la Fuente. Ante la huelga de la UNAM, el rector orquestó la ocupación de CU por la PFP, el encarcelamiento y la persecución al activismo. El problema del presupuesto fue la moneda de cambio con la que el rector entregó la Universidad al capital privado. No lo habría podido lograr sin la expulsión de más de 400 estudiantes por motivos políticos, fortaleciendo y solapando a los porros y atacando la organización independiente del movimiento trabajador y académico, con la complicidad de la dirección del sindicato.
La actual cruzada nacional para legitimar a De la Fuente en los medios, impulsada por la intelectualidad y los sectores empresariales, es todo un reconocimiento de su labor de “pacificador” y garante de los planes elitizadores, y para que no pase a la historia como represor. Esto se manifestó con la inauguración del Centro Cultural Universitario en la Plaza de las Tres Culturas, donde presentaron a De la Fuente como "el representante del pensamiento democrático y cultural del país". Su rectorado significó estabilidad social y política en la UNAM; y por ello lo apoyan el PRI, el PAN y el PRD. El que lo suceda apostará a continuar la obra de De la Fuente.
Frente a la sucesión: una propuesta independiente
Los planes elitizadores se basan en la antidemocracia en la UNAM. Frente a esto, la lucha por formas democráticas de gobierno va unida a defender la universidad pública y gratuita, en la perspectiva de ponerla al servicio de los trabajadores y el pueblo.
Para avanzar en ese camino, hay que impulsar un gobierno de estudiantes, trabajadores y académicos, para lo que necesitamos reorganizar un movimiento estudiantil combativo y unido a los trabajadores, basado en asambleas por escuela, salón y carrera con delegados electos y revocables. Ante esto es importante fortalecer la Asamblea Universitaria (AU) luchando para que se nutra de asambleas por escuela, y abrir la discusión sobre la necesidad de organizarnos permanentemente en centros de estudiantes o comités estudiantiles como parte de la lucha por democratizar la UNAM y construir un movimiento estudiantil combativo e independiente.
Avanzar en ese camino y contra el antidemocrático proceso de elección del rector, requiere pelear para que el rector y los directores sean nombrados mediante elección directa, por voto libre y secreto. Esto apuntaría a cuestionar la exclusión de las grandes mayorías de la comunidad universitaria.
En ese sentido, la candidatura independiente que impulsa a Luis Javier Garrido, denuncia correctamente el ataque sobre la universidad y la antidemocracia imperante, pero debería pronunciarse concretamente por el voto libre y secreto. Esto fortalecería la denuncia y la tribuna que tendrá al haber sido considerado por la Junta de Gobierno para presentar su plataforma.
Este es el sentido de nuestra propuesta a la AU, ya que construir la unidad y reorganizar al movimiento estudiantil debe partir de los acuerdos que nos permitan dar respuesta al ataque inmediato y generar los organismos en cada escuela, más allá del 20 de noviembre, que puedan luchar por ser referentes organizativos de los estudiantes, donde se acuerden propuestas por la democratización de la universidad y para empezar a discutir los problemas de fondo como el del presupuesto, la represión y la reinstalación de los expulsados por motivos políticos.
INVITACION
Asamblea Universitaria el 9/11 en el auditorio Che Guevara a las 4pm.
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