Historia

Escritos Latinoamericanos, en el último exilio de Trotsky

18 Nov 2013   |   comentários

Bárbara Funes

Alrededor del 15 noviembre de 1938. En la casa de la calle Viena, Trotsky preparaba la discusión sobre el lanzamiento de un grupo juvenil en EE.UU., que tendría lugar tres días después. Febrilmente, su secretaria tomaba nota. Natalia Sedova estaba ordenando sus papeles. Crear y mantener un archivo era de vital importancia, sobre todo con el recuerdo presente del incendio de la casa en Prinkipo, cuando se habían perdido parte de los papeles de Trotsky, que contenían algunas importantes discusiones y documentos de la Oposición de Izquierda. Octavio Fernández, con premura, preparaba el reporte de la distribución del segundo número de la revista Clave, que se había publicado el 1/11/1938, en cuya portada se anunciaban los artículos “Una lección recientísima” y la entrevista “Trotsky-Fossa”. Los guardias estaban en sus puestos: su función era proteger la vida del gran revolucionario ruso, amenazada por el largo brazo de Stalin. Había poco dinero para financiar las publicaciones: ¡ah, las cosas materiales! Octavio visitaría a los amigos al día siguiente, para pedir ayuda. En esos tiempos difíciles, no faltaba la solidaridad de los camaradas y los amigos.

Presentación en el Museo Casa León Trotsky

Setenta y cinco años después, la memoria de esos días toma por asalto el auditorio del Museo Casa León Trotsky en la presentación de los Escritos Latinoamericanos, 4to. volumen de las Obras escogidas de León Trotsky, ante un auditorio lleno. Manuel Aguilar Mora –profesor de la UACM, autor de El bonapartismo mexicano, intelectual y militante trotskista por muchas décadas– Arturo Anguiano –profesor-investigador de la UAM y autor de El Estado y la política obrera del cardenismo (Era, 1975) y Entre el pasado y el futuro. La izquierda en México, 1969-1995, entre otras obras–, Massimo Modonesi, coordinador del Centro de Estudios Sociológicos en la UNAM y de Horizontes gramscianos / Estudios en torno al pensamiento de Antonio Gramsci, entre otros– y Pablo Oprinari, coordinador y coautor de México en llamas (1910-1917) / Interpretaciones marxistas de la Revolución, por el CEIP México con la moderación del profesor José Antonio González de León, director del Museo.
Manuel Aguilar Mora: reivindicación de la categoría de bonapartismo sui generis
Aguilar Mora, por una parte, hizo un reconocimiento muy amplio a la labor del CEIP y en particular a la edición de Escritos. Por otra parte, planteó que el libro contaba además con algo muy importante: el prólogo de Christian Castillo, que acaba de ser electo diputado en Argentina, por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, que sacó más de 1,200,000 votos, y donde el resultado del FIT es un orgullo para todos los que nos reivindicamos del marxismo revolucionario. Sostuvo que era un triunfo que ojalá que anuncie nuevos avances de la izquierda revolucionaria no sólo en Argentina, sino en el mundo y también, por supuesto, en México. Luego se centró por una parte en destacar la recepción de las ideas y los escritos de Trotsky en México –enfatizó el hecho del quiebre que hubo hasta el ‘58 cuando surgieron el Partido Obrero Revolucionario y la Liga Obrera Marxista– y la categoría de bonapartismo sui generis. Recordó que cuando él utilizó la categoría en su primer texto (a fines de los ‘50) se armó un revuelo porque todo mundo en la izquierda definía (por influjo del estalinismo) como “nacionalista” o “antiimperialista”, etc., al régimen de Cárdenas. Finalmente sostuvo que José Revueltas tomó aspectos del concepto de bonapartimo sui generis, a partir de considerar algunos textos de aquél donde habla del régimen mexicano (México: una democracia bárbara).
Arturo Anguiano: “la compilación refleja la situación latinoamericana y la cuestión de la construcción de organizaciones revolucionarias en la época; constituye un gran aporte”
Anguiano agradeció la invitación a participar del evento y destacó la juventud del auditorio. Inició reivindicando la calidad de la edición, aun cuando más tarde señaló que en el marco de considerarlo un excelente trabajo, aun es necesario profundizar la investigación de la edición, para reponer datos para los lectores actuales. Afirmó que en realidad se puede hablar de tres libros en uno: la sección cartas, entrevistas y artículos, la sección de artículos de la revista Clave, y los tres trabajos introductorios: el de Castillo, el de Oprinari y la reseña de Clave, sobre los que señaló que aportan a reponer el contexto en el que Trotsky realizó sus elaboraciones sobre Latinoamérica, así como otras importantes obras que llegaron hasta nuestros días, como el Programa de Transición y En defensa del marxismo. Señaló que la obra se trata de una compilación y una investigación bibliográfica y hemerográfica, también de análisis. Sostuvo que los textos no han perdido actualidad y que editarlos hoy constituye una gran contribución. Consideró que la compilación refleja la situación latinoamericana y cuestión de la construcción de organizaciones revolucionarias en la época. Subrayó la importancia de la revista Clave, como publicación trotskista no sólo mexicana, sino latinoamericana, por muchas décadas desconocida. Entre los artículos del libro destacó en particular “La industria nacionalizada y la gestión obrera” y “Los sindicatos en la era de la decadencia imperialista”, este último escrito en agosto de 1940, días antes del asesinato de Trotsky, como los dos textos más significativos. En particular señaló el análisis del revolucionario ruso sobre la burocracia política y la burocracia sindical, que se amalgamaron, la desnaturalización de los sindicatos que se dio como consecuencia de ese fenómeno y la necesidad de la independencia política de las organizaciones obreras que planteó Trotsky como salida. En este sentido, sostuvo que el dirigente revolucionario definió el régimen mexicano como semidemocrático. Por último, destacó los debates sobre el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial que se reflejan en la compilación, como los que se dieron en Lima, Perú.

Massimo Modonesi: “Un cruce entre pasado y presente para proyectarse a futuro”

Para Modonesi, quien resaltó la juventud del auditorio, este cuarto tomo de obras escogidas constituye el primer tomo de una historia del trotskismo latinoamericano que está planteado hacer, de la cual hay algunas elaboraciones parciales. Destacó la riqueza de ideas: “En un contexto en el que era muy fácil descalificar procesos, todas las contribuciones de Trotsky y los trotskistas muestran, tratan de rescatar los procesos que se están dando en términos de lo que pueden aportar. Por ejemplo, la polémica con el partido comunista mexicano en torno a la democracia obrera, la capacidad de gestión obrera en empresas con participación obrera es muy interesante. García Treviño, quien luego se alejó del trotskismo, sostuvo la necesidad de ocupar espacios, aprovechar oportunidades, hay que confiar en las experiencias de masas”. Modonesi consideró también una clave de lectura de bonapartismo sui generis del gobierno de Cárdenas: tratar de recuperar los aspectos progresivos sin caer en descalificación ultraizquierdista sectaria y sin caer en la ilusión de que se está frente a un gobierno de tintes socialistas. Dijo: “Va a servir al trotskismo para no descalificar fenómenos latinoamericanos, a pesar de que tienen direcciones populistas, a pesar de que tienen dirección pequeñoburguesas. Eso se nota en polémica con Galicia, con los extremismos de ese momento. Polémicas con el APRA, trotskistas que entran y que salen, sienten que en el APRA hay experiencia de movilización radical desde abajo, idea que se conectará con el entrismo, de conectarse con los movimientos desde abajo, en vez de descalificarlos en forma sectaria”. Señaló que la categoría de bonapartismo sui generis formulada por Trotsky se conecta con una reflexión que realizó Gramsci, algunos años antes, en la cárcel, sobre los cesarismos progresivos. Por último, abrió un debate al sostener si no había un sobredimensionamiento de las capas dirigentes: lo delineó como un problema teórico o un problema ligado a las propias experiencias históricas de las cuales surge la corriente.
Pablo Oprinari: “Volver a Trotsky, retomando su espíritu y su método, es fundamental para edificar una perspectiva y una alternativa socialista, de los trabajadores y la juventud”

Cerró la presentación Oprinari, quien inició planteando que es muy importante contar con la presencia de los presentadores que lo acompañaban. Destacó que tanto Manuel Aguilar Mora como Arturo Anguiano son autores de importantes obras, que para quienes compilamos la edición de Escritos Latinoamericanos y editamos México en llamas, resultaron fundamentales para la comprensión, desde un punto de vista marxista, del México posrevolucionario. Y respecto de Modonesi, quien prologó el libro México en llamas, señaló que “desde un marco conceptual que incorpora definiciones y categorías del pensamiento gramsciano, estudió y analizó fenómenos políticos donde las clases dominantes contienen, desvían o cooptan a las clases oprimidas y explotadas, donde sin duda el régimen posrevolucionario mexicano es un gran ejemplo”. Destacó que desde el momento que Trotsky llegó al país, los estalinistas se unieron para organizar una campaña de desprestigio y calumnias orientadas a preparar las condiciones para su asesinato. Stalin, mientras tanto, enviaba sus pistoleros y gangsters a preparar los atentados.

Explicó que el exilio de Trotsky y sus trabajos se dieron en un momento de grandes acontecimientos internacionales; los años del camino hacia la Segunda Guerra Mundial, la liquidación de la Revolución Española, el ascenso de la hegemonía estadounidense sobre el continente. Ése fue el contexto de la elaboración del revolucionario ruso y sus colaboradores que estuvo vinculada a fijar una postura teórica y política marxista, alternativa a la que propugnaba el estalinismo. Señaló que la revista Clave constituyó una herramienta muy importante para consolidar a las jóvenes organizaciones de la IV Internacional en la región. Destacó entre los elementos fundamentales de la obra las elaboraciones sobre la Revolución Mexicana –“Qué es y que ha sido la Revolución Mexicana” y “Problemas nacionales”. Destacó también las elaboraciones sobre el cardenismo y la Expropiación petrolera de 1938. Afirmó que en los Escritos puede encontrarse una profundización de la Teoría de la Revolución Permanente a la luz de la realidad latinoamericana: “Trotsky sostenía que en países como México, la cuestión agraria y la independencia nacional serían los motores fundamentales de la transformación social, y que la clase obrera era quien podía resolverlas, íntegramente y hasta el final, desde el poder político. Pero que eso implicaba una competencia constante entre la clase obrera y la burguesía nacional por ganarse el apoyo del campesinado. Que la clase que gobernase en México sería la que atrajese el apoyo del campesinado.” Para eso, explicó, “era fundamental, en primer lugar, la independencia política y organizativa de la clase trabajadora, única forma de adoptar un curso propio y de sustraer a los campesinos del influjo de la burguesía y en este caso, de su gobierno, el cardenismo. Cuando hablaba de independencia política y organizativa, Trotsky sin duda está pensando también en lo que es la máxima expresión de ello, la construcción de una herramienta política de los trabajadores, de un partido revolucionario”. Señaló que en ese marco se inscribe también “sobre los sindicatos, esto es, la cuestión de la estatización de las organizaciones obreras y su subordinación al partido de gobierno profundizada y perfeccionada durante el cardenismo. Lo cual fue, como sabemos, fundamental durante las décadas siguientes para someter al movimiento obrero al priato, y que llegó al punto de incorporarlos al propio partido de gobierno.”, tarea que hoy sigue planteada para quienes tomamos la estafeta de la lucha contra la explotación y la opresión, como señaló luego Oprinari “La vigencia de esto es clara: para luchar hoy contra la entrega de Pemex, es fundamental que los trabajadores petroleros se pongan al frente de esto, lo cual requiere, por ejemplo, democratizar sus organizaciones y quebrar la subordinación de las mismas al estado y sus partidos.” Concluyó su ponencia señalando “El estalinismo logró finalmente asesinar a Trotsky, pero su elaboración teórica y su legado político son claves para el presente, son fundamentales ante acontecimientos y procesos como los que vimos en América Latina, donde hemos visto un resurgir de la lucha de clases y de la politización de sectores de la juventud y los trabajadores, como presenciamos en Brasil, en Argentina con el sindicalismo de base y con el resultado electoral del Frente de Izquierda y los Trabajadores que expresa este fenómeno en capas del movimiento obrero. O en México donde desde mediados del año 2012, vemos nuevas luchas juveniles (desde el #Yosoy132 hasta los paros en apoyo a los maestros) y más recientemente la insurgencia magisterial.”. En las alas del tiempo resuenan las palabras de León Trotsky… ¡Obreros de América Latina, ustedes tienen la palabra!

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