LA UNT: brazo “sindical” de los planes contra los trabajadores
15 Nov 2007
| comentários
Por: Mario Caballero
En medio de la ofensiva gubernamental contra los sindicatos (basada en la acción de la Secretaría del trabajo y Previsión Social), como el minero-metalúrgico al que dividen para debilitarlo imponiéndole tres sindicatos blancos; o la atomización iniciada en el SNTE con el reconocimiento a un nuevo sindicato en el Politécnico; o la central Elbista arrancada a la burocratizada FSTSE, una nueva escalada anti-obrera contra los derechos sindicales y laborales está siendo avalada por los sindicatos que se reclaman “independientes”.
La dirección de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), a pesar de que declara su oposición política al gobierno (y que sus dirigentes se alinean con el PRD y el PRI), está entregando los contratos colectivos y las viejas conquistas. Mientras los patrones cuentan con el Congreso del Trabajo y la CTM para controlar a los obreros industriales, la UNT actúa – principalmente en las empresas de servicios y paraestatales como TELMEX, la UNAM y el IMSS- con una política de subordinación a los planes monopolistas de patrones como Carlos Slim, y a los dictados del Banco Mundial sobre la educación superior y la salud. Bajo su control se desmantelan las conquistas laborales logradas durante el llamado “Estado de Bienestar”, y se mantiene la contención salarial en sus sindicatos.
Es sabido que los bajísimos aumentos salariales acordados casi de antemano por la dirección del STUNAM (como el de fines de octubre pasado), son el precedente para los demás sindicatos universitarios. En el IMSS, la dirección sindical en cada congreso negocia la entrega del contrato colectivo y ayuda a las autoridades en sus pasos privatizadores de la salud pública y la seguridad social. Para ello, evitan que los trabajadores estallen huelgas (reprimiendo a los trabajadores disidentes y logrando apoyos en base a canonjías). Su divisa es la de mantener una relación “responsable” con las instituciones y el gobierno y no “desestabilizar”. Por eso hoy, la UNT tiene un lugar clave como interlocutora “obrera” del gobierno, garantizando a Calderón “el diálogo” y evitar la “confrontación” como afirmó Francisco Hernández Juárez (“La Jornada”, 18-10-07). Para afirmar este posicionamiento necesitan rebasar a la desprestigiada burocracia del Congreso del Trabajo, aprovechando su desgaste. Por lo que hacen frente con sectores “disidentes” del charrismo oficial (como la CROC), para “contrarrestar la actitud hegemonista de la CTM.”
La UNT, a pesar de sus discursos políticos opositores, colabora con la política económica y hacendaria y es pilar de estabilidad para los planes antiobreros. No es casual que, mientras el PRD y el PRI negocian con el PAN en el Congreso, la UNT abandona toda referencia a la movilización.
Los métodos charriles
Para afirmarse en esta política, estos burócratas imponen en sus sindicatos las prácticas de la CTM (represión a la disidencia; congresos y asambleas amañadas; desconocimiento de delegados; y prebendas a su allegados). En el SNTSS Valdemar Fragoso, sancionó a cerca de 2000 trabajadores para evitar que asistieran al 46 Congreso sindical a defender su contrato colectivo de trabajo. Una táctica de la dirección de esta central, es que los dirigentes se reelijan por varios períodos para cumplir sus compromisos con el gobierno y los patrones, e incrementar sus poder político y su riqueza (Hernández Juárez lleva ya 30 años en la dirección de los telefonistas y prepara una reforma estatutaria para seguir en el cargo.) Tan sólo este sindicato recibió por concepto de cuotas – entre agosto de 2006 y julio de 2007-, 364 millones 424 mil 823 pesos, según constó en su 32 Convención Nacional Ordinaria de septiembre pasado.
Sin embargo, ante el descontento en sus bases trabajadores, estas direcciones pueden hacer tibios llamados a la movilización, con el fin de controlarlo. Y no está descartado que, dada la reaccionaria iniciativa de ley del PAN para que los sindicatos rindan cuentas sobre el manejo de las cuotas sindicales, llamen a los demás sindicatos a acciones de protesta, para, en cuanto puedan, negociar a espaldas de las bases.
Una política independiente frente a la burocracia unetista
En su Primer Congreso Nacional Extraordinario realizado el 26 y 27 de abril de 2007, esta central delineó sus objetivos estratégicos sobre sus relaciones con el poder político y los planes económicos de la clase dominante. Allí se propone “construir acuerdos acerca de proyectos de mayor dimensión”, como la Reforma del Estado (impulsada por el régimen para fortalecer el dominio institucional sobre las masas trabajadoras a través de los partidos y los aparatos corporativos sindicales).
O, como la “Reforma Laboral y Productiva”, donde colaborará con el gobierno para imponerles a los trabajadores la “nueva cultura laboral” que implicará una dura legislación (productividad, inhibición del derecho a huelga, pago por horas, trabajo precario, inseguridad laboral, polivalencia, etc.). Todo esto aunque se pronuncie demagógicamente contra las llamadas “reformas estructurales” y pague grandes desplegados contra las mismas. Los trabajadores debemos rechazar esta estrategia de una burocracia sindical contraria a nuestros intereses.
Si la UNT sale a movilizarse, lo hace para no ser rebasada por sus bases y cubrir “por izquierda” sus capitulaciones. Todo llamado a la movilización debe ser impulsado por las organizaciones y trabajadores democráticos y clasistas, ya que -si se concreta-, significaría un paso adelante en la lucha obrera y popular. Pero, al mismo tiempo, todo “acuerdo táctico” para la acción común (como el rechazo a la intervención oficial en los sindicatos), no debe condicionarnos ni impedirnos levantar una política de independencia de clase contra sus acuerdos con el gobierno y los patrones, explicando pacientemente que no hay que depositar ni un gramo de confianza en estas direcciones.
Contra los que opinan que levantar una política alternativa a estas direcciones es sectarismo, desde la LTS consideramos que es necesario hablar con la verdad a los trabajadores. Por eso, desde la conformación de la “Promotora” advertimos los riesgos de no delimitarnos políticamente de esta central. Y por ello nos opusimos a la mayoría de los integrantes de la Promotora a unir fuerzas con Camacho Solís y Porfirio Muñoz Ledo cuando la UNT los invitó a la Promotora pues, lejos de ser una alternativa de lucha para los trabajadores, podría haber terminado en un organismo de colaboración de clases.
Esa ha sido y es nuestra propuesta a los trabajos preparatorios de la fundación del FUT, que impulsamos junto a otras organizaciones y compañeros.
Luchar contra los planes de miseria de los patrones y el gobierno, implica - en el marco de la unidad de la clase trabajadora - levantar una política por la independencia política ante los enemigos de clase, alternativa ante las direcciones sindicales que permiten el avance de los planes. No hacerlo, bajo el argumento de “no romper la unidad”, seria una capitulación que no ayuda a los intereses de la clase obrera.
No hay comentarios para este artículo