La fortuna de Carlos Slim: El enriquecimiento capitalista y la miseria de los trabajadores
15 Sep 2007
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Por: Sofia Andrade
En agosto, Carlos Slim Helú se convirtió en el hombre más rico del planeta al acumular más de 59 millones de dólares (mdd), ubicándose por encima de Bill Gates, dueño de Microsoft, quien ocupó ese sitio por varios años. Analistas económicos de todo el mundo señalaron que la clave para este logro del magnate mexicano es su habilidad para los negocios y su comportamiento «ejemplar» como empresario, al apoderarse de sectores clave en México –como la telefonía – y proyectar sus negocios al exterior para aumentar sus utilidades.
En sólo unos años, la riqueza de Carlos Slim aumentó unos 38.5 mdd cada día. Tras apoderarse de Telmex, en un remate irrisorio por parte del gobierno y aprovechando su cercanía al ex presidente Salinas de Gortari, Slim adquirió gradualmente completa hegemonía de las comunicaciones en el país durante varios años.
Además de poseer Telmex y América Móvil (la mayor telefónica celular de Latinoamérica), Slim Helú es dueño de empresas como Sanborns, Inbursa Banco y Grupo Carso que en total le reditúan un sueldo de 1.6 mdd por hora.
Pero, ¿qué permite que un empresario obtenga semejantes niveles de ganancia en un país tan empobrecido como el nuestro?
Podría pensarse que estas millonarias ganancias surgen de los altos costos de los servicios telefónicos que se utilizan en el país (que ubican a las tarifas mexicanas como de las más caras del mundo). También que la participación de Slim en otros sectores como el bancario o restaurantero le permiten variedad de ingresos. O bien, que si el empresario «arriesgó» su dinero al invertir en empresas casi en la ruina, sus millonarios dividendos son apenas su «merecida recompensa».
Estas suposiciones parten de la falsa idea de que colocar dinero en un punto clave del mercado, por sí mismo generará más dinero.
Lo cierto es que la posesión de maquinaria o la logística para producir NO son el origen de la ganancia capitalista. La realidad que vivimos millones de trabajadores muestra que la fuente de estas «ganancias» radica única y exclusivamente en la explotación de los trabajadores por los patrones, lo que Marx llamó la plusvalía.
Por ejemplo, la mayoría de la población no cuenta con capital para invertir, ni medios de producción para su subsistencia, salvo su cuerpo y su cerebro. A esto se le denomina fuerza de trabajo y los trabajadores deben venderla constantemente en el mercado a cambio de un salario, o sea, por una cantidad de dinero indispensable para su manutención.
Una persona vende su fuerza de trabajo por unas 8 horas en promedio. Sólo en un par de ellas genera el total de su salario, por lo que en el resto de las horas realiza un trabajo extra por el cual no recibe paga alguna. El resultado de este trabajo extra (plustrabajo) genera un valor extra al producto de nuestro trabajo (plusvalor), eso es la plusvalía: el robo de horas de trabajo que se apropia el patrón. Así que, la ganancia no depende de pagarle al trabajador menos de lo que «vale» su fuerza de trabajo. Depende, pura y exclusivamente de la diferencia entre la cantidad de trabajo que el obrero realiza y lo que cuesta la reproducción de su vida (el valor de su «fuerza de trabajo» o su salario).
El origen de la fortuna de Carlos Slim.
Los trabajadores de Telmex deben trabajar 31 años para acceder a la jubilación. Las utilidades generadas durante este periodo de vida laboral activa ascienden a 355 mil millones de pesos (mdp). 1 En este mismo lapso, la cantidad destinada a los salarios y prestaciones de todos los empleados de la empresa suma unos 53 mil mdp. Tomando en cuenta jornadas de 8 hrs por día, los telefonistas reponen sus percepciones salariales en 1 hr y 12 minutos en promedio, o sea que, el producto del trabajo de 6 hrs y 48 min se lo apropia la empresa. Dicho en otros términos, resulta que en toda su vida laboral los trabajadores de Telmex reponen lo que se les paga en sólo 4 años con 7 meses y 19 días. Entonces, las millonarias ganancias se encuentran en el trabajo realizado por los empleados durante 26 años, 4 meses y 15 días. No conforme con ello, Slim busca aumentar la edad jubilatoria de los telefonistas a 35 años de servicio o 65 años de edad. Más ganancias a costa de la salud y esfuerzo de los trabajadores. Ese es el verdadero origen de los magnates en nuestra sociedad.
Por eso, como decía Marx opinamos que la emancipación de los trabajadores y la socialización de los medios de producción son las condiciones fundamentales para poner toda la producción al servicio del pueblo de y toda la humanidad, y no en manos de unos cuantos.
Notas
1.Datos obtenidos de Fibra Telefonista , órgano informativo del trabajadores del STRM, en su edición de febrero de 2006.
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