Gran lucha obrera

La huelga del SITUAM en una encrucijada

04 Apr 2008   |   comentários

El SITUAM realiza la huelga más larga de su historia. Más de 50 días de lucha y la rectoría se niega a atender sus reclamos. Busca desgastar al movimiento, cancelando por completo el diálogo con el sindicato. El movimiento se encuentra en una encrucijada: por una parte entre las posiciones moderadas, como la propuesta de un sector de académicos de ceder a las nulas “ofertas” de la rectoría; y por otra, las del sector más combativo que ha decidido mantener la huelga hasta triunfar. El resultado de esta difícil lucha dependerá de que los trabajadores puedan establecer una relación de fuerzas favorable dentro y fuera del sindicato para obtener sus demandas.

Posiciones encontradas

El 18 de marzo, el rector de la UAM, José Lema Labadie, lanzó un ultimátum a los trabajadores para que levantaran la huelga en 24 hrs., con la promesa del pago de salarios caídos y un aumento salarial de 4.25%, más 1.2% en prestaciones. Esto significaba renunciar al cumplimiento de las demandas principales: el aumento por encima del tope salarial, el cese de las violaciones al Contrato Colectivo, y otras como la reapertura del CENDI 3 y la autorización de plazas en la unidad Cuajimalpa. Un grupo de académicos se presentó al Comité de Huelga buscando que el pleno aceptara la propuesta de la rectoría y se levantara la huelga, llamando a confiar en que “el diálogo estaba abierto” para la posterior negociación de los otros puntos del conflicto.

Esta posición fue considerada como “entreguista y derrotista” por la mayoría del Comité de Huelga, quienes señalaron que el paro se levantaría sólo hasta el cumplimiento cabal de las demandas. Al mismo tiempo, cuatro trabajadores y tres estudiantes iniciaron una huelga de hambre para presionar a que la rectoría solucionara íntegramente el pliego petitorio.

La Secretaria General del sindicato, Hermelinda Hurtado, que ha estado por conciliar con las autoridades y por que se reduzca el pliego petitorio, se deslindó de la huelga de hambre y trasladó las reuniones del Comité de Huelga a otra sede. Ante el cuestionamiento de otros sectores del Comité de Huelga y de la base, Hurtado presentó su renuncia, que fue rechazada por debilitar la huelga y poner en riesgo de forma irresponsable su reconocimiento legal.

El 21/03 el sindicato redujo el pliego petitorio y propuso a la rectoría una retabulación del 10%, así como un bono anual permanente de 6 mil pesos, junto a la exigencia de que mantuviera los “ofrecimientos” del 07/03 referentes al CENDI y Cuajimalpa. Estos planteamientos fueron rechazados por la rectoría, que se ha envalentonado por el aislamiento del conflicto y no está dispuesta a ceder ni un ápice en las demandas del sindicato.

La dirección del sindicato apeló a la mediación de la Secretaría del Trabajo. Mostrando su carácter antiobrero, ésta formuló una “salida” contra los trabajadores (50% de salarios caídos y un bono de $2,500 pesos por única vez), para presionarlos a que levanten la huelga con la tramposa promesa de que posteriormente pueden seguir negociando. ¡Cómo si desmovilizados y sin el recurso de la huelga, los trabajadores pudieran conseguir lo que no han logrado todavía por la intransigencia de la rectoría! El gobierno quiere quebrar la huelga y destruir el Contrato Colectivo de este sindicato combativo, ya que si éste triunfa, podría mostrar a otros trabajadores que luchando se pueden romper los miserables topes salariales y conseguir mejores condiciones de trabajo.

Fortalecer la lucha es la única alternativa

El SITUAM se encuentra hoy a la vanguardia de la lucha sindical, pero se debilitará si no se consigue la solidaridad efectiva con su lucha de otros sindicatos, especialmente del sector universitario. El Comité de Huelga debe exigir el paro en solidaridad con el SITUAM a sindicatos como el STUNAM, Chapingo y el de la Universidad de la Ciudad de México. Esta exigencia debe plantearse con firmeza y no sólo “en la medida de lo posible”, pues el resultado de esta lucha sentará un precedente para otros movimientos.

Igualmente, debe hacerse esta exigencia a sindicatos como el SME y a los agrupados en la UNT, porque una acción de envergadura realizada por estos sindicatos puede dotar de la fuerza necesaria a los trabajadores de la UAM para imponer sus reivindicaciones. Imaginemos como habría cambiado la relación de fuerzas entre el SITUAM y la rectoría, si el SME hubiera estallado su huelga, o si los sindicatos que negociaron sus revisiones de manera individual, se hubieran ido juntos a la huelga. Un paso importante en este camino, sería formar brigadas con trabajadores de base de las distintas unidades, que se presenten en los plenos de estos sindicatos para exigirles a los dirigentes de éstos, de cara a su base, el paro en solidaridad y otras medidas efectivas.

La dureza del conflicto ha generado ríspidas discusiones en el Comité de Huelga, entre las corrientes que participan. La rectoría quiere aprovecharse para decir que la huelga la sostienen grupos minoritarios. Para que las discusiones no debiliten la lucha, es imprescindible que más allá de la postura de su corriente, los delegados del Comité de Huelga expresen verdaderamente los resolutivos de la base, emanados de las asambleas de cada unidad. Esto demostrará en los hechos, que las decisiones sobre el curso de la huelga son aprobadas por quienes la sostienen y no solamente por las corrientes del sindicato.

Finalmente, para neutralizar el ataque de los medios de comunicación, es vital ganar la solidaridad de la población, a través de boteos y brigadas informativas en el metro, en mercados, plazas, etc. para que se sepa que las autoridades mienten, que se niegan a resolver las demandas y que la huelga es la única forma que tienen los trabajadores para defender sus derechos y conquistas históricas.

¡Viva la huelga del Situam!
¡Por la resolución del pliego petitorio!









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