Catedra Libre Karl Marx
Antineoliberalismo, anticapitalismo y marxismo
01 Apr 2007 | Durante el primer semestre del año 2007, la cátedra libre Karl Marx dedicó su séptimo ciclo a la discusión sobre antineoliberalismo, anticapitalismo y marxismo. Este es el primer artículo de una serie que estaremos publicando en Estrategia Obrera con el objetivo de explicar la estrategia de la revolución obrera y socialista como alternativa frente al capitalismo.
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Por: Jimena Mendoza
I ¿Por qué la clase obrera es para el marxismo el sujeto revolucionario?
En el capitalismo, la sociedad esta dividida en clases sociales y la gran mayoría de hombres y mujeres no cuenta con ningún medio de producción, ni capital, ni ningún medio que le permita su subsistencia. Con lo único que cuentan millones de personas en todo el mundo es con su cuerpo y sus capacidades intelectuales, es decir con la capacidad de trabajar. Esta capacidad, en la sociedad capitalista se llama fuerza de trabajo y es una mercancía más ue los trabajadores están obligados a vender compulsivamente en el mercado a cambio de un salario. Nos han hecho creer a los trabajadores, que nuestro salario es la remuneración por todo el trabajo que realizamos. Una de las aportaciones de Marx a la clase obrera es que desmitificó esta falsa creencia y demostró que, en realidad, lo que el obrero vende no es directamente su trabajo, sino su fuerza de trabajo, cediendo temporalmente al capitalista el derecho a disponer de ella. El obrero en realidad, cobra sólo una parte del trabajo que realiza, una fracción equivalente a los bienes que necesita para reproducir su vida y una elemental subsistencia. (1)
El capitalista contrata un trabajador, es decir, compra su fuerza de trabajo, la combina con maquinarias y materias primas y la pone en marcha durante una jornada de trabajo. Con una pequeña parte de esa jornada, el trabajador produce el equivalente o que el capitalista gasta en salarios. Pero como ha vendido su capacidad de trabajar por una jornada completa, está obligado a seguir trabajando el tiempo restante. Estas horas trabajadas por encima de la cantidad necesaria para producir el equivalente a su salario, son apropiadas por el patrón, sin dar nada a cambio. Este robo de horas e rabajo es la única fuente de las ganancias de los capitalistas. Esta condición de explotación se preserva vigente hasta nuestros días.
En la sociedad actual, millones de asalariados mueven los resortes de la economía mundial en la industria, la manufactura, la alimentación, el campo y los servicios. Esta fuerza creadora de la clase obrera es la que ace girar al conjunto de la sociedad y es la que alimenta las millonarias fortunas de un puñado de capitalistas que concentran cada vez mas restringidamente el conjunto de los capitales.(2) En los últimos años, después de la ofensiva «neoliberal», los trabajadores y los pueblos de las semicolonias y de algunos países imperialistas han comenzado a protagonizar luchas de gran importancia contra el capitalismo. Tal es el caso de Bolivia, Argentina, rancia o el propio México con la lucha del pueblo de Oaxaca y la resistencia de los trabajadores contra el ataque a s conquistas. Han surgido direcciones que levantan programas antineoliberales que apuntan a cuestionar algunos aspectos parciales de la ofensiva neoliberal pero que no son anticapitalistas, ya que sus programas no cuestionan la explotación capitalista si no que pretenden «un capitalismo de rostro humano» representado por sectores burgueses postergados por el avasallador capital trasnacional.
Este es el caso de Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia AMLO en México. Para resolver la miseria y las condiciones de explotación es necesario acabar con el capitalismo basado en el despojo del trabajo al proletariado. Por ello, una perspectiva v e r d a d e r a m e n t e anticapitalista sta indisolublemente ligada a la clase obrera, a poner en el centro la necesidad de luchar contra la explotación, por a expropiación de los medios de producción y la planificación de la economía al servicio de conjunto de la sociedad. Esta tarea solo puede ser realizada por los trabajadores que generan toda la riqueza de la sociedad y que tienen en sus manos los medios de producción. De ahí que un método de lucha histórico de los trabajadores, sea la huelga general, donde la producción capitalista es paralizada. Los recursos y riquezas solo podrán estar al servicio de as necesidades mas apremiantes de la sociedad si son puestas bajo el control de los trabajadores, en la industria, en a manufactura, en la alimentación, en los servicios, en la banca y en el comercio exterior. De ahí el rol fundamental e la clase obrera que como el propio Marx planteó, la burguesía y el capitalismo en el curso histórico de su desarrollo engendran tras de si a su propio sepulturero. Muchos compañeros se plantean el problema de que en países semicoloniales como México, hay otros sujetos que en su acción han enfrentado al capitalismo, como es el campesinado y los pueblos originarios, igualmente expoliados y oprimidos por el capitalismo. El marxismo revolucionario nunca ha subestimado la importante acción de estos sectores y su perspectiva defiende la alianza obrera y campesina, pero le da a los trabajadores el rol decisivo en la revolución. A propósito de este problema vital e a teoría revolucionaria, nuestro siguiente artículo estará dedicado a la alianza revolucionaria de los explotados y oprimidos.
NOTAS
(1) La burguesía intenta por múltiples vías fragmentar y dividir a la clase obrera. Una falsedad comúnmente aceptada es que hay trabajadores que tienen «patrones responsables» y que están bajo un contrato colectivo y otros que no, además de los millones de desempleados que no tienen derecho ni siquiera a ser explotados. Por eso es fundamental la unidad de la misma, consiente de que todos los trabajadores somos igualmente explotados pero que hay grandes sectores que están en mucho peores condiciones. Por eso, las demandas e sindicalizados, precarizados y desempleados deben unificarse. (2) En la sociedad actual los servicios han adquirido una importancia preponderante. Las telecomunicaciones, el turismo, la educación son actividades que, aunque no produzcan mercancías, generan valor en la capitalismo. En el campo, ha crecido el número de trabajadores que no tienen ni una pequeña porción de tierra y venden su fuerza de trabajo
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